La
vuelta a la “formación de la copa” con Aguirregaray como volante esta vez por
derecha, pasando el lolo a jugar por izquierda, Torres por el mismo lateral,
Darío en la zaga y Cristóforo en el doble cinco, ante el equipo más fuerte de
la zona y el a priori designado para pelear el primer lugar.
Con el
recuerdo fresco, en ambas tiendas, de los enfrentamientos del 2011, pero con
equipos muy distintos. En lo personal pienso que los dos tienen un poco menos
que en aquella Libertadores.
El
encuentro empezó tal como se podía prever. Con mejor toque de balón por parte
de Vélez, con mayor dinámica y buscando siempre la triangulación para avanzar
sin apurarse. Pero parece que Peñarol aprendió la lección del encuentro que
jugaron amistosamente al inicio del verano.
Da
Silva planteó muy bien ese primer tiempo, con un Peñarol que presionó en ¾ de
cancha ajena, apostando al anticipo o al error del rival y que lo maniató y lo
tuvo a mal traer. Bien plantado en defensa, buena marca por el medio de Novick
y Cristóforo, aporte de dinámica por parte de Aguirregaray, Zalayeta con su
toque de clase y el lolo con muchísima movilidad para cruzarse de punta, sumado
a lo que obligaba Olivera.
El
encuentro se hizo parejo y no tuvo grandes opciones de gol y las pocas que existieron,
llegaron siempre por vía de la pelota detenida.
La
primera fue a los 9 con un tiro libre de Estoyanoff (que tiró todo menos los
córners) desde la derecha que ganó por arriba Olivera y su cabezazo se fue por
encima del travesaño.
A los
18 otro tiro libre de Estoyanoff, esta vez más central, que pasó cerca del palo
izquierdo de un Sosa que cubría bien.
A los
28 lo más peligroso de Vélez. Un córner tirado en busca del gol olímpico, que
fue bien resuelto por Bologna con los puños.
A los
32 otro tiro libre del lolo muy al medio que el arquero ex aurinegro Sebastián
Sosa saca por encima del travesaño.
Finalmente
a los 42 otro tiro libre de Estoyanoff, esta vez sobre el vértice izquierdo del
área velezana, le salió muy suave y a las manos de Sosa.
Se fue
así el primer tiempo de un partido equilibrado, donde impresionó algo mejor
Peñarol pero sin crear opciones claras de gol. La duda se presentaba en cuánto
tiempo podría el aurinegro aguantar un ritmo tan sostenido del cual dependió
todo su juego en ese primer tiempo.
Para el
segundo intentó hacer lo mismo Peñarol pero no pudo mantener el ritmo y sobre
los 10 minutos ya comenzó a dominar Vélez con su toque y rotación.
Antes,
a los 2 pudo ser para el aurinegro, un desborde en velocidad del lolo por
derecha, el centro al corazón del área y Zalayeta que no pudo apretar el remate
y se le fue desviado cuando estaba en inmejorable posición para convertir.
A los 7
un ataque de Vélez por el centro y el remate desde afuera de Pratto es bien
rechazado por Bologna.
A los 18
otro centro de Estoyanoff desde la derecha es bajado de cabeza por Olivera
dentro del área para Zalayeta y cuando el moreno intenta el remate es trabado
por un defensa de Vélez.
A
partir de allí el dominio visitante se fue haciendo más evidente y no pudo
contrarrestarlo Da Silva con los ingresos de Nuñez, Nicolini y Gallegos.
A los
39 un contragolpe rápido del equipo argentino por izquierda donde se la lleva
el colombiano Copete (que había ingresado) la juega en profundidad para la
entrada de Insúa y el remate a la carrera de éste lo saca bien Bologna abajo
con un mano. Pero fue el anuncio.
Porque
un minuto después se da la misma jugada con desborde por izquierda de Copete y
el pase atrás para que Pratto fusile a Bologna y la meta contra el palo
derecho, marcando el 1 a 0 definitivo.
Tuvo
una posibilidad Peñarol sobre el cierre mismo con otro desborde entreverado por
derecha donde se la llevan más a prepo que a fútbol y el pase atrás para el
remate de Gallegos que la manda por encima del travesaño.
Caída
por la mínima en un partido parejo que estaba para el que hiciera el gol, lo
hicieron ellos. Caída que complica las posibilidades de futuro en la serie y
que obliga a ir nuevamente a rescatar puntos en el exterior.
No por
eso debemos dejar de reconocer lo mucho que se hizo y lo bien planteado que
estuvo el partido, con un Peñarol que dominó el primer tiempo y en el segundo
pagó por no poder concretar las pocas que tuvo.
Ahora
el domingo contra River, porque esto no da descanso y hay que pensar también en
el clausura.