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sábado, 9 de febrero de 2013

La pretemporada aurinegra.




Si bien faltan aún algunos días para cerrar oficialmente la pretemporada carbonera, ya es posible sacar conclusiones sobre lo que ha sido la preparación del equipo para el clausura y la Libertadores.

En líneas generales creo que ha sido una buena pretemporada y se han hecho las cosas bien, repitiendo lo que se hizo antes del inicio del clausura. Se comenzó a entrenar más de un mes antes del comienzo de los partidos oficiales, consiguiendo sortear la absurda prohibición de la mutual que generalmente ha perjudicado la preparación de los equipos uruguayos (sobre todo aquellos que tienen actividad internacional). En el apertura fueron evidentes las diferencias físicas entre Peñarol y la mayoría de sus rivales en lo que mucho tiene que ver ese inicio temprano de los trabajos.

El segundo éxito ha sido conservar el 100 % del equipo campeón del apertura. No sé cuántos años atrás habría que ir para encontrar un equipo aurinegro al que, de un campeonato al otro, no se le haya ido ningún jugador. Se pudo mantener no solo la base titular del equipo sino también los jugadores que fueron habitualmente recambios en el pasado campeonato. Se hizo lo necesario por parte de la directiva para que no se fuera Darío, tentado por Cerro Porteño, se mantuvo a Cristóforo a pesar del gran sudamericano sub-20 que hizo e incluso se mantuvo a Alejandro González al que se daba como segura salida.

Pero además se trajeron los jugadores que pretendía Da Silva y en las posiciones en que era imprescindible reforzar el equipo. Llegaron dos jugadores por línea.

En defensa, se produjo la vuelta a casa del vasquito Aguirregaray, jugador de selección, integrante del Uruguay olímpico de Londres y campeón 2010 con Peñarol con gol suyo ante el tradicional rival. Es un jugador potente, con subida, dinámico y que tiene además la virtud de poder jugar como volante también.  Vino Baltasar Silva, un polifuncional en defensa, al que no hemos tenido posibilidad de ver todavía en cancha en los amistosos

Para el medio campo, llegó Píriz de Danubio, que es una apuesta pero que no me desagradó lo que mostró en los minutos que jugó en los partidos de preparación. Llegó un jugador que tuvo gran rendimiento en Defensor, que en su momento integró la selección y que es un viejo conocido de Da Silva, como es Amado, que no ha dado todavía la talla de lo que puede en estos partidos, pero en quien depositamos muchas esperanzas en que se convierta en un miembro importante de este equipo. Podríamos sumar como un semi-refuerzo en esta zona al regreso de Walter López que estaba a préstamo en Cerro Porteño.

En ofensiva se incorporó al argentino Mauro Fernández proveniente de Estudiantes de La Plata, jugador rápido, más asistidor que goleador por lo que se dice y que puede dar una gran mano surtiendo a nuestros delanteros centros, Olivera o incluso Zalayeta si tiene que eventualmente ocupar esa posición. Y finalmente llegó el gran sueño del técnico: Carlos Nuñez, que hizo una gran Sudamericana con Liverpool (aunque no lo haya podido ratificar en el Uruguayo). Es un jugador joven (prácticamente todos los que llegaron en este período lo son), habilidoso, encarador, potente, rápido y con buena definición. Se han manejado algunas dudas con respecto a su comportamiento fuera de la cancha y su propensión a las lesiones, pero confiamos en que el profesionalismo del plantel de Peñarol, el consejo de los más veteranos y el manejo del técnico, contribuyan a minimizar riesgos en ese sentido.

En cuanto al juego mostrado en los amistosos, ha sido preocupante. Más allá de los resultados puntuales de los encuentros,  el equipo ha carecido de dinámica y sobre todo de elaboración de juego. Este equipo carece de un conductor claro, que hubiera podido ser Pacheco de no haberse lesionado, que podría ser Grossmüller si encontrara el nivel que puede tener y que muchas veces termina siendo Zalayeta quien lo hace bien (muy bien) pero no es su función natural y no es el más dotado para esa tarea.

Bologna parece venirse afirmando, aunque todavía no nos deje un 100 % de seguridad. La defensa ha corregido algunos defectos crónicos como recibir tantos goles de cabeza, pero se ha mostrado lenta en algunas ocasiones. En el medio campo, aún no ha dado la talla Amado y Novick se muestra impreciso como siempre. En este sector parece clara la intención de Da Silva de jugar al menos los partidos de visitante en la copa, con dos jugadores de recuperación (Amado-Novick o Cristóforo-Novick) lo cual, en lo personal, encontramos acertado.

El problema se ha mostrado por los laterales, donde Raguso parece haber perdido la titularidad por izquierda ante Torres (se probó primero con López pero no convenció) y en derecha en principio parece mantenerse Ale González. A mí me gustaría ver a Raguso y Aguirregaray ocupando esas posiciones.

En resumen, se ha hecho una buena pretemporada, extensa, jugando una buena cantidad de encuentros y ante rivales de fuste. Los resultados importan poco (salvo la victoria clásica por la malograda Copa Bimbo), pero si en nivel de juego, que no es el que esperamos los hinchas carboneros.

Muchas veces hemos criticado a la directiva, pero en este período de pases (al igual que en el anterior), no se le puede reprochar nada. Ha hecho los esfuerzos, ha negociado bien y ha conseguido reforzar los puestos requeridos por el técnico y además con los jugadores pedidos por éste. 

Se ha ganado el apertura, garantizando nuestra presencia en las finales.Se arranca el clausura con 4 puntos de ventaja en la anual. Se ha mantenido el equipo titular y se lo ha reforzado. No hay excusas, ahora es tarea de Da Silva y de los jugadores responder a ese esfuerzo.

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