Si bien faltan aún algunos días para cerrar oficialmente la pretemporada carbonera, ya es posible sacar conclusiones sobre lo que ha sido la preparación del equipo para el clausura y la Libertadores.
En
líneas generales creo que ha sido una buena pretemporada y se han hecho las
cosas bien, repitiendo lo que se hizo antes del inicio del clausura. Se comenzó
a entrenar más de un mes antes del comienzo de los partidos oficiales,
consiguiendo sortear la absurda prohibición de la mutual que generalmente ha
perjudicado la preparación de los equipos uruguayos (sobre todo aquellos que
tienen actividad internacional). En el apertura fueron evidentes las
diferencias físicas entre Peñarol y la mayoría de sus rivales en lo que mucho
tiene que ver ese inicio temprano de los trabajos.
El
segundo éxito ha sido conservar el 100 % del equipo campeón del apertura. No sé
cuántos años atrás habría que ir para encontrar un equipo aurinegro al que, de
un campeonato al otro, no se le haya ido ningún jugador. Se pudo mantener no
solo la base titular del equipo sino también los jugadores que fueron
habitualmente recambios en el pasado campeonato. Se hizo lo necesario por parte
de la directiva para que no se fuera Darío, tentado por Cerro Porteño, se
mantuvo a Cristóforo a pesar del gran sudamericano sub-20 que hizo e incluso se
mantuvo a Alejandro González al que se daba como segura salida.
Pero
además se trajeron los jugadores que pretendía Da Silva y en las posiciones en
que era imprescindible reforzar el equipo. Llegaron dos jugadores por línea.
En
defensa, se produjo la vuelta a casa del vasquito Aguirregaray, jugador de
selección, integrante del Uruguay olímpico de Londres y campeón 2010 con
Peñarol con gol suyo ante el tradicional rival. Es un jugador potente, con
subida, dinámico y que tiene además la virtud de poder jugar como volante también.
Vino Baltasar Silva, un polifuncional en
defensa, al que no hemos tenido posibilidad de ver todavía en cancha en los
amistosos
Para el
medio campo, llegó Píriz de Danubio, que es una apuesta pero que no me
desagradó lo que mostró en los minutos que jugó en los partidos de preparación.
Llegó un jugador que tuvo gran rendimiento en Defensor, que en su momento integró
la selección y que es un viejo conocido de Da Silva, como es Amado, que no ha
dado todavía la talla de lo que puede en estos partidos, pero en quien
depositamos muchas esperanzas en que se convierta en un miembro importante de
este equipo. Podríamos sumar como un semi-refuerzo en esta zona al regreso de
Walter López que estaba a préstamo en Cerro Porteño.
En
ofensiva se incorporó al argentino Mauro Fernández proveniente de Estudiantes
de La Plata, jugador rápido, más asistidor que goleador por lo que se dice y
que puede dar una gran mano surtiendo a nuestros delanteros centros, Olivera o
incluso Zalayeta si tiene que eventualmente ocupar esa posición. Y finalmente
llegó el gran sueño del técnico: Carlos Nuñez, que hizo una gran Sudamericana
con Liverpool (aunque no lo haya podido ratificar en el Uruguayo). Es un
jugador joven (prácticamente todos los que llegaron en este período lo son),
habilidoso, encarador, potente, rápido y con buena definición. Se han manejado
algunas dudas con respecto a su comportamiento fuera de la cancha y su
propensión a las lesiones, pero confiamos en que el profesionalismo del plantel
de Peñarol, el consejo de los más veteranos y el manejo del técnico,
contribuyan a minimizar riesgos en ese sentido.
En
cuanto al juego mostrado en los amistosos, ha sido preocupante. Más allá de los
resultados puntuales de los encuentros, el equipo ha carecido de dinámica y sobre todo
de elaboración de juego. Este equipo carece de un conductor claro, que hubiera
podido ser Pacheco de no haberse lesionado, que podría ser Grossmüller si
encontrara el nivel que puede tener y que muchas veces termina siendo Zalayeta
quien lo hace bien (muy bien) pero no es su función natural y no es el más
dotado para esa tarea.
Bologna
parece venirse afirmando, aunque todavía no nos deje un 100 % de seguridad. La defensa
ha corregido algunos defectos crónicos como recibir tantos goles de cabeza,
pero se ha mostrado lenta en algunas ocasiones. En el medio campo, aún no ha
dado la talla Amado y Novick se muestra impreciso como siempre. En este sector
parece clara la intención de Da Silva de jugar al menos los partidos de
visitante en la copa, con dos jugadores de recuperación (Amado-Novick o
Cristóforo-Novick) lo cual, en lo personal, encontramos acertado.
El
problema se ha mostrado por los laterales, donde Raguso parece haber perdido la
titularidad por izquierda ante Torres (se probó primero con López pero no
convenció) y en derecha en principio parece mantenerse Ale González. A mí me
gustaría ver a Raguso y Aguirregaray ocupando esas posiciones.
En
resumen, se ha hecho una buena pretemporada, extensa, jugando una buena
cantidad de encuentros y ante rivales de fuste. Los resultados importan poco
(salvo la victoria clásica por la malograda Copa Bimbo), pero si en nivel de
juego, que no es el que esperamos los hinchas carboneros.
Muchas
veces hemos criticado a la directiva, pero en este período de pases (al igual
que en el anterior), no se le puede reprochar nada. Ha hecho los esfuerzos, ha
negociado bien y ha conseguido reforzar los puestos requeridos por el técnico y
además con los jugadores pedidos por éste.
Se ha
ganado el apertura, garantizando nuestra presencia en las finales.Se arranca
el clausura con 4 puntos de ventaja en la anual. Se ha mantenido el equipo
titular y se lo ha reforzado. No hay excusas, ahora es tarea de Da Silva y de
los jugadores responder a ese esfuerzo.
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