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jueves, 16 de abril de 2020

Leonard Crossley; El arquero que enseño a atajar a los arqueros.



Con el tema de la epidemia en curso sabido es que no hay fútbol  y eso nos ha hecho dejar algo abandonado este espacio. Sin embargo, nos parece esta una buena ocasión para retomarlo con una de las historias de nuestra historia.

Hace pocos días nos enteramos que el famoso “día del arquero” ya no es una expresión popular que se usa por estas tierras para referirse a algo que no se cumplirá nunca. Honestamente no sabíamos que desde 2013 efectivamente existe el día del arquero. Se celebra el 14 de abril en homenaje al nacimiento del arquero colombiano Miguel Calero quien falleció a los 41 años por una extraña enfermedad.

Hablar de arqueros en Peñarol nos llevaría interminables páginas. Para mencionar solo algunos de ellos, sin desmerecer a los demás, el equipo aurinegro ha tenido bajo los tres palos figuras de la talla de Roque Gastón Máspoli, Ladislao Mazurkiewicz, Luis Maidana, Fernando Alvez, Gustavo Fernández, Eduardo Pereira, José Luis Chilavert, Roberto Chery (https://manyahistoriasdenuestrahistoria.blogspot.com/2019/05/roberto-chery-y-el-dia-que-brasil-se.html) y tantos otros. Desde Faustino Fabre, el primero que se paró en nuestro arco en la temporada de 1900 hasta Kevin Dawson, actual titular en esa posición, Peñarol ha contado con una galería de arqueros excepcionales, campeones de América, campeones del mundo, de clubes y con la selección.

Sin embargo hoy queremos hacer el homenaje a ese ingrato puesto en la figura del arquero que le enseñó a atajar a todos los arqueros en Uruguay. Se trata del inglés Leonard Crossley. Fue el primer arquero en nuestro país que contenía la pelota cuando venía hacia su arco en lugar de rechazarla hacia adelante como todos los demás. Esto le permitía salir jugando con la mano y con pases directos a sus compañeros para comenzar la jugada del equipo. Algo que hasta ese momento era desconocido en nuestro medio y que pronto adoptarían los demás arqueros.

Crossley había nacido en Inglaterra en 1883 y había llegado a jugar profesionalmente en la segunda división de su país. De profesión taquígrafo, llego a Montevideo en 1906 junto con Charles W. Bayne que venía a ocupar el cargo de Administrador General del ferrocarril del Uruguay y que desde su llegada, inició el conflicto que terminaría en la separación del club de la empresa en 1913. Situación en la cual el mismo Crossley tendría participación.

Él mismo daba el motivo por el cual terminó atajando en un país sudamericano tan lejos del suyo. Contaba Crossley: "Yo jugaba en segunda división profesional en Londres. Un sábado, después de un partido, se me acercó un caballero, me felicitó por mi juego y lamentó que no fuera diez centímetros más alto. De lo contrario debutaría el fin de semana siguiente en primera división con el Everton. Por eso estoy en América, Señor, por diez centímetros de menos".

Poco tiempo pasó para que Crossley sumara a sus tareas administrativas en la empresa, la condición de arquero de Peñarol. Se sumó al equipo que había sido campeón uruguayo en 1905 en forma invicta y sin recibir ni siquiera un gol en todo el campeonato. Tal marca histórica mundial pertenece a Francisco Carbone, otro destacado arquero aurinegro y continúa vigente.

Accedió a la titularidad en 1907 y pronto destacó por su juego moderno, que buscaba en todo momento hacerse de la pelota en lugar de simplemente rechazarla con las manos o a puntapiés y siendo el iniciador de las jugadas colectivas del equipo con la pelota entregada siempre al compañero. Lo que luego el escocés John Harley le enseño a los jugadores de campo a partir de 1909 cuando llegó a Peñarol, Crossley se los transmitió a los arqueros: pasar siempre la pelota al compañero, con pases cortos y a ras del piso.

Con ambos en el campo, Peñarol era un equipo distinto, moderno, que jugaba la pelota en lugar de mandar pelotazos largos para los delanteros como era típico del fútbol inglés de la época. Este estilo de juego es el que llevaría a Uruguay a sus primeros triunfos internacionales (medallas de oro en los juegos olímpicos de 1924 y 1928 y primer campeón del mundo en 1930).

En 1909 sufrió una grave lesión que lo tuvo un mes fuera de las canchas, producto precisamente de su forma de atajar buscando siempre atrapar la pelota. Fue en un partido ante el Montevideo, equipo de la colectividad alemana que antiguamente se llamaba Deutscher y que era el concesionario original del Parque Central, mientras se le prestaba a Nacional la cancha secundaria para que jugara sus partidos.

El jugador Alfredo Schroeder atropelló a Crossley en el momento de convertir un tanto y lo golpeó con la rodilla en la cabeza provocándole un traumatismo de cráneo (no obstante la evidente falta, el gol fue sancionado como válido). Mientras se lo trasladaba a un hospital, corrió el rumor de que había fallecido. Hubo indignación entre los hinchas carboneros que incluso llevaron a que se sucedieran incidentes lamentables de violencia, llegando a incendiar el vagón de ferrocarril que transportaba a los jugadores del Montevideo. Este incidente (el de la quema del vagón) reforzó la intención del administrador Charles Bayne de que la empresa se deshiciese del club, lo que se terminaría concretando 4 años después.

Crossley fue partícipe de la histórica asamblea del 13 de diciembre de 1913 que separó al club de la empresa e inició nuestra vida independiente. Al día siguiente, fue el único jugador titular que disputó el clásico que se conoce como el de la tercera de fierro por ser el único que no estaba suspendido por la directiva (https://manyahistoriasdenuestrahistoria.blogspot.com/2013/12/100-anos-del-clasico-de-la-segunda-de.html)

Jugó hasta 1916 cerrando una década en nuestro arco donde obtuvo los campeonatos uruguayos de 1907 y 1911 y la Copa de Honor en 1909, 1911 y 1916. Luego de su retiro fue socio honorario del Club Atlético Peñarol, integró diversas directivas del club y fue tesorero entre 1935 y 1936.

Nunca regresó a su país y falleció en Montevideo en 1958 dejando tras de sí una leyenda y el logro de ser el arquero que le enseño a jugar a los arqueros.