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jueves, 16 de julio de 2020

El goleador de toda la historia. Fernando Morena


Mi padre era hincha fanático de Peñarol. Pero como muchos uruguayos, tenia simpatía por un equipo menor que todos llamamos "el equipo del barrio". Mi padre nació en 1931 y se crió en la ciudad vieja, cerca del puerto. Un año después, se fundo River Plate (que es el resultado de la fusión de dos equipos existentes. Olimpia y Capurro y no es el mismo que el River Plate de la época amateur) afincado en la dársena del puerto, antes de mudarse al Prado. Para mi viejo River era "el equipo del barrio".

Mi padre iba a los partidos del carbonero pero también a muchos del darsenero y contaba (y tenía a mi madre como testigo) que a principio de los 70 le empezó a llamar la atención un juvenil que entraba en los últimos 15´ y siempre terminaba convirtiendo uno o dos goles. Mi madre atestiguaba que cada vez que mi viejo lo veía entrar decía "como me gusta este para Peñarol".

Y eso se terminó concretando aunque no sin dificultades. A comienzos de 1973 tanto Nacional como Peñarol querían hacerse con el concurso del goleador darsenero. El tradicional rival parecía tener ventaja puesto que Morena era hincha de Nacional, pero una situación de juego terminaría siendo decisiva para que Morena terminara en Peñarol. Nacional tenía un equipo armado, cuya delantera estaba comandada por los argentinos Artime y Mamelli y venia de ganar 4 campeonatos uruguayos seguidos. En tal estructura, Morena llegaría como suplente. En cambio en Peñarol, que necesitaba cortar el posible quinquenio tricolor, el técnico Juan Ricardo Faccio necesitaba un goleador titular para comandar el ataque y le aseguraba ese puesto a Morena. Fue esta circunstancia la que determinó que Morena eligiera firmar por Peñarol a pesar de su sentimiento tricolor.

Pero su llegada tendría aun ribetes épicos. La transferencia quedo cerrada el 23 de febrero de 1973 a altas horas de la noche por el entonces presidente aurinegro el contador Gastón Guelfi. En la madrugada de esa noche, el contador Guelfi falleció de un infarto y Morena contaba que cuando se enteró a la mañana siguiente, no tenía la seguridad de si era jugador de Peñarol o de River Plate. En épocas donde no existía internet ni celulares y toda comunicación era a través de teléfonos fijos, recién sobre mediodía pudo confirmar que era nuevo jugador carbonero.

Desde el primer momento Morena pagó la confianza con goles. Fue goleador del campeonato del 73 con 20 goles y comenzaría una racha de 6 campeonatos seguidos como máximo artillero del campeonato (1973, 1974, 1975. 1976. 1977 y 1978). Peñarol no solo cortó el posible quinquenio nacionalófilo sino que inició un tricampeonato (1973, 1974 y 1975).

En 1975 rompería una marca histórica al convertir 34 goles en ese campeonato superando la marca establecida por otro goleador aurinegro: el legendario Pedro "el tigre" Young que había convertido 33 goles en el campeonato de 1933.

Pero no se quedó ahí el "nando", como lo conocen todos los hinchas aurinegros. En 1978 rompería su propio récord convirtiendo la impresionante cantidad de 36 tantos en ese torneo, marca que permanece vigente hoy día. Un 16 de julio de ese año, Peñarol goleó a Huracán Buceo 7 a 1. Ese día Morena anotó los 7 goles (y todavía se dio el lujo de marrar un penal) para superar otro récord que tenía otro jugador mirasol: Nicolás Falero, que en 1947 había convertido 6 tantos ante Cerro. Hoy se cumplen por tanto, 42 años de aquella jornada.

Mi padre me llevo a ver a Peñarol por primera vez en 1977 y el nando era dios para el hincha aurinegro. Durante mi infancia no hubo un jugador mas admirado e idolatrado. Se iba a al estadio "a ver los goles de Morena" porque la victoria de Peñarol ya se daba por descontada.

Era el goleador clásico por excelencia. Nacional era su víctima preferida. Convirtiendo él, nunca Peñarol perdió un clásico, Anotó nada menos que 27 goles clásicos en 49 encuentros disputados, con 21 victorias aurinegras y 20 empates.

Cuando hacía un gol trascendente (y casi todos lo eran) tenía la costumbre de correr hacia el rincón de la tribuna América en el Estadio Centenario y treparse al portón que allí existía en una imagen que se tornó sinónimo de festejo para todos los manyas.

A mediados de 1979 Peñarol, siempre escaso de recursos, debió transferirlo al Rayo Vallecano de España y los hinchas carboneros nos quedamos sin los goles del "potrillo", como también se lo conocía. Se fue como goleador de los 6 campeonatos mencionados y también de dos copas Libertadores (1974 y 1975) y fue campeón uruguayo en 1973, 1974, 1975, 1978 y 1979.

Por suerte, duró poco la nostalgia. En 1981 el entonces presidente aurinegro Washington Cataldi, inició una campaña para repatriar al nando, donde los hinchas aurinegros podían contribuir económicamente para su regreso al club. Peñarol debía pagar la entonces astronómica cifra de 1 millón de dólares para repatriarlo. Con mis inocentes 10 años de edad de entonces, tomé mis ahorros (la ridícula suma de 14 pesos) para depositarlos en la cuenta a tal efecto. Fue el dinero mejor invertido en toda mi vida. Me retornó una Copa Libertadores y una Intercontinental del equipo del que soy hincha.

Bajo la consigna de "a Morena lo traemos todos porque todos somos Peñarol" como cantaba el jingle publicitario que se difundía por radio y televisión a cada rato, los manyas salimos a traer a nuestro ídolo. Cierto es que el club tuvo que poner la mayoría de los recursos, pero los hinchas (y sobre todo los niños) nos sentimos parte de ese regreso.

El día que regresó se formó una impresionante caravana que lo acompaño desde el aeropuerto a la sede aurinegra en el Palacio Peñarol (que lleva el nombre de Contador Gastón Guelfi quien trajo a Morena a Peñarol). Montevideo se paralizó con la marea amarilla y negra de los hinchas carboneros que llenaron las calles. En su discurso de regreso, Morena expresó "si cuando me fui hubiera sabido que el hincha de Peñarol me quería como me quiere, no me hubiera ido nunca".

Y Morena pagó como siempre, con goles y con títulos. Fue campeón uruguayo en 1981 y 1982 (ese año también goleador del campeonato) y campeón de la Libertadores 1982 (y goleador del certamen) y la copa Intercontinental.

En la final de la Libertadores del 82 jugó mal, Casi no tuvo chances de rematar al arco. Ya en el final el partido se iba 0 a 0 y habría una tercera final en Buenos Aires. El nando estaba en la mitad de la cancha pidiéndole al juez Lousteau que lo terminara (Peñarol era visitante) cuando vio que Venancio Ramos se iba como tantas veces por la punta con pelota dominada. El instinto del goleador lo hizo correr hacia el área una vez más, sabiendo que el "chicharra" Ramos iba a mandar la pelota al corazón del área. Y ahí lo encontró la pelota, donde tienen que estar los goleadores. No le pegó bien le salió mordida, con un efecto extraño, pero alcanzó para superar el esfuerzo del arquero chileno Wirth para meterse en el arco y darle a Peñarol la cuarta copa Libertadores de su historia y la segunda conquistada en el estadio Nacional de Santiago (habría una quinta y tercera ganada en ese estadio 5 años después).

Yo tenía 11 años. Vi ese partido por tv y el gol lo vi solo, porque mi papá, aquel que quería a Morena en Peñarol desde siempre, no aguantó los nervios y se fue a fumar un cigarrillo lejos del televisor. Hasta entonces, era él quien me contaba lo que se sentía ver a Peñarol campeón de América. Desde ese día ya no tuvo que contármelo mas porque como hincha, ese día yo también gané la copa.

Después vino la Intercontinental (que en nuestra soberbia de entonces festejamos mucho menos que esa Libertadores) y el cierre del campeonato uruguayo que también ganó Peñarol.

Un año después, Peñarol volvió a disputar la final de la Libertadores, con Morena entre sus filas. Ese año, jugando con la selección uruguaya ante Venezuela por la Copa América, Morena se fracturó la tibia y el peroné luego de una entrada criminal del venezolano René Torres en el estadio Centenario. Su recuperación fue muy complicada y nunca pudo volver a ser el mismo.

En 1984 pasó fugazmente por Boca Juniors de Argentina y retornó a Peñarol para retirarse ese año, aunque retornó de su retiro para disputar la Copa Libertadores de 1986 donde Peñarol terminó ultimo en su grupo. Nadie podía imaginar que un año después Peñarol volvería a ser campeón de la Copa, ya sin Morena.

Los números fríos son impresionantes. En su carrera Morena anotó 668 goles. Fue goleador del campeonato uruguayo 7 veces y campeón también en 7 ocasiones. Fue goleador de la Libertadores en 3 ocasiones y campeón en 1982. También fue campeón intercontinental ese año. Es el segundo goleador máximo de la historia de la Libertadores con 37 tantos, solo por detrás de otro aurinegro, el ecuatoriano Alberto Spencer que convirtió 54 (48 con Peñarol y 6 con el Barcelona de Guayaquil) y por encima de otro carbonero, el "verdugo" Pedro Virgilio Rocha que anotó 36 goles.

Como técnico su carrera no fue tan exitosa. Fue el orientador de nuestro equipo en dos períodos diferentes sin obtener títulos trascendentes, apenas una liguilla. En la actualidad se desempeña como Gerente de Relaciones Públicas de la institución. Habiendo nacido con otro sentimiento, aquel jugador que llegó a Peñarol apenas porque quería ser titular, hoy es reconocido hincha de nuestra institución e ídolo venerado de toda una generación de carboneros y continúa como funcionario del club.

Muchos recuerdan el 16 de julio por el aniversario del triunfo celeste en Maracaná. Desde estas páginas lo recordamos como aniversario de cosas mas importantes. El campeonato sudamericano de clubes de basquetbol conquistado por Peñarol el 16 de julio de 1983 y por los 7 goles de Morena ante Huracán el 16 de julio de 1978.

Morena trepado al portón de la América para gritar GOL DE PEÑAROL!