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martes, 31 de octubre de 2017

Hace 30 años. Peñarol campeón de América 1987



Hace 30 años era sábado. A pesar de toda la expectativa por la final, de todos modos fui al liceo como siempre. La verdad es que no hicimos nada. Solo se hablaba del partido. Recuerdo pasar todo el horario de clase hablando con los compañeros, compartiendo la expectativa con los de Peñarol y jugando alguna broma – apuesta – desafío con los de Nacional.

Teníamos 16 años por lo que todos recordábamos bien la libertadores del 82, aquel gol de Morena sobre la hora, en ese mismo estadio donde se disputaría esa finalísima, 5 años después. Yo pensaba que después de haber visto eso, no había nada más grande que el futbol me pudiera reservar. Estaba equivocado.

Solo 3 días atrás había estado en la tribuna Ámsterdam del Centenario para ver ese partido revancha. El estadio repleto de bote a bote, pese a ser todos conscientes de que en esa noche Peñarol no podía ser campeón. Porque en aquella época no había diferencia de goles, se jugaba por puntos. Peñarol había perdido en Cali por lo que solo le quedaba la chance de ganar para forzar un tercer partido.

Y empezamos perdiendo. Gol de Cabañas en el arco de la Ámsterdam. Recuerdo el cabezazo, recuerdo haber visto volar a Pereyra, llegar a tocar la pelota pero se le metió en el arco. Recuerdo haberle dicho a mi cuñado que estaba conmigo “No lo puedo creer, Daniel, yo creí que la sacaba”.

Pero el estadio no se amilanó y el equipo en la cancha tampoco. Lo buscó y lo buscó. Lucho, metió, guapeó, pero también jugo y jugó mucho, porque era un buen equipo.

Segundo tiempo, cuando ya se hacía tarde, zapatazo de Trasante que saca Falcioni al córner. Y de ese tiro de esquina la cabeza de Diego Aguirre para meterla arriba y el estadio se partió en un grito. Me abrace con mi cuñado y desde ese minuto hasta el final del partido, no nos sentamos más. Porque el partido era para verlo de pie, porque no alcanzaba el empate, había que ganar.

Y se iba el partido. Faltaban 3´ y un tiro libre para el aurinegro. Toda la convicción del “bomba” Villar para patearlo. No era titular regularmente, los jugadores del América no lo tenían, no sabían cómo pateaba. El zapatazo les enseño porque le decían “bomba”.

El estadio se vino abajo. Otro abrazo con mi cuñado y casi nos caemos de la tribuna. No exagero nada, quedamos colgados del balcón de segundo anillo de la Ámsterdam y nos tuvieron que sujetar para que no nos cayéramos.

Garganta destrozada, locura desatada, ilusión intacta y el grito sagrado en la voz “Peñarol nomá!”

Todas esas sensaciones aun latían en mi ese sábado 31 de octubre de 1987. El partido empezó sobre el final de la tarde. En mi casa una banda. Varios de mis amigos. Por supuesto mi familia, mi viejo que no soportó los minutos finales de la final del 82 y se encerró en el dormitorio para no verlos y me dejó solo ante la tv para asistir al gol de Morena. Mi cuñado que me acompaño a ese partido 3 días antes, con mi hermana y mi sobrino que tenía 7 años. Mi madre, mi tía, hasta mi primo, hincha de Nacional pero que estaba allí con nosotros viendo el partido.

Unos nervios enormes porque ahora si tenía ventaja el América, porque si el partido terminaba empatado luego de alargue, la copa se iba para Colombia. Y América era un buen equipo, casi una selección con buenos jugadores colombianos como Aponte, Luna o Wellington Ortiz, pero también los paraguayos Cabañas y Battaglia, el argentino Gareca y hasta el mundialista uruguayo Sergio Santín. Tenían un buen técnico, Gabriel Ochoa Uribe y era su tercer final consecutiva.

Peñarol era un equipo de gurises, respaldado por algunos mayores como el arquero Pereyra, Trasante y el zurdo Viera. Pero también tenía un técnico excepcional como el maestro Tabárez, hoy mundialmente famoso.

El partido fue malo, de verdad malo. Quizás fue por el cansancio de haber jugado 72 horas antes. Quizás fue por el viaje a Chile en medio. Quizás fueron por los nervios de una final definitiva. Quizás también fue porque el América se dedicó más a ensuciar el partido que a jugarlo. Sendos puñetazos de Cabañas a Aguirre y a Herrera. Provocaciones permanentes de Falcioni. Las provocaciones previas de Battaglia apareciendo en el hotel con una camiseta de Nacional. Los suplentes tirando pelotas al campo para hacer correr los minutos. Todo buscando desequilibrar a un juvenil equipo aurinegro y sacarlo de quicio.

Resistí hasta faltando 5´ para terminar el segundo tiempo del alargue. Mis nervios no pudieron más. Me tuve que ir. Salí a la calle y empecé a caminar. Di la vuelta a la manzana y cuando estaba en la esquina de mi casa, se produce la jugada donde Peñarol erra el tanto casi debajo del arco. Vi la jugada, porque era una tarde de calor y había una familia en el jardín de la casa viendo el partido. Se agarraron la cabeza y yo también. Si esa no entró, no habría otra. No podía ser.

Seguí mi camino masticando la bronca y la última imagen que tengo es la de llegar a la puerta de mi casa que estaba abierta para atrás y desde el mismo jardín, ver la pelota entrando en el arco del América. No vi la jugada, no vi el remate, no vi quien hizo el gol. No vi nada.

Luego solo recuerdo una enorme confusión de gritos, abrazos, llanto, locura. Perdí el conocimiento sin desmayarme porque no recuerdo nada más. Mi viejo me contaba que caí arrodillado en la puerta de casa, con la cabeza hacia arriba y la mirada al cielo, que mis brazos cayeron lánguidos al costado del cuerpo y que solo atinaba a llorar y decir “grande Peñarol”.

Cuando reaccione lo abrace. Igual que en el 82. Me tire sobre mi padre en su silla de ruedas para compartir con él ese momento. Recuerdo también el abrazo a mi madre y su preocupación de que no me fuera a dar un infarto. Madre es madre dicen y por muy manya que fuera, le preocupaba más mi salud.

Han pasado 30 años y me basta cerrar los ojos para recordar cada detalle, cada momento, cada sensación, cada reacción. Mis padres ya no están en este mundo. Mi primo, aquel que era de Nacional, tampoco. Sin embargo están conmigo en ese recuerdo de uno de los momentos más importantes de mi vida.

Pensé que no iba a ver nada superior a lo del 82. Me equivoqué. Porque en el 82 había tercer partido. En el 87 no quedaba nada, eran apenas segundos para que la copa se fuera para Cali y ese gol de Aguirre la trajo al museo de Peñarol.

Tengo 46 años. Obviamente me quedan menos años de vida, pero estoy convencido que volveré a ver a Peñarol campeón de la Libertadores. Es una convicción, una certeza, una seguridad absoluta. No nace de un hecho racional nace de la misma fe inquebrantable que nos ha llevado a ser uno de los equipos más ganadores en el mundo.

Estuvo cerca en 2011. No pudo ser. Pero sé que será antes que tenga que partir.

Hoy, a 30 años de aquel momento, revivo cada instante con solo proponérmelo. Está tan indeleblemente grabado en mí, que ni me cuesta esfuerzo conseguirlo. Hoy como hace 30 años, repito el mismo grito sagrado

PEÑAROL NOMÁ


sábado, 14 de octubre de 2017

El palacio del gol. Peñarol 4 Rampla 1



Peñarol enfrentaba a Rampla en el Centenario con bajas importantes. Atrás, en el medio y adelante, porque faltaban Arias por suspensión y el cebolla Rodríguez y Viatri por lesión. Ramos decidió colocar a Quintana y Palacios, dándole también entrada a Estoyanoff por Gastón Rodríguez.

Enfrente Rampla, un equipo históricamente complicado con un técnico experimentado y sabiendo que ya Defensor había ganado sobre la hora y obligaba al aurinegro a obtener los tres puntos.

Nuevamente fue Peñarol quien asumió el protagonismo desde el primer minuto y comenzó a generar opciones para convertir. La primera a los 3´ con una entrada de Rossi por el medio, cuerpea la pelota y saca el remate que rechaza el arquero Odriozola.

A los 5´ se da una jugada donde se cometen dos penales en la misma incidencia. Es un centro desde la derecha, cabecea Palacios y la pelota da en la mano de un zaguero. Claro penal que no se cobra. La pelota le queda a Palacios que toca para Rossi que devuelve atrás para Estoyanoff, engancha para sacarse al marcador y saca el remate que rebota en un zaguero y cuando lo va a tomar de nuevo el lolo,  lo agarran de la camiseta. Segundo claro penal, esta vez sí cobrado.

Lo remata ya sobre los 8´ Palacios, suave, a colocar, a media altura contra el palo derecho. Adivina el arquero Odriozola que se arroja bien, consigue tocar la pelota pero no puede evitar que siga su dirección hacia la red del arco de la Ámsterdam para meterse y marcar el 1 a 0 aurinegro.

Era justo, porque era más el carbonero y lo siguió demostrando en las opciones que tuvo para aumentar. La primera a los 23´ con un remate de Maxi Rodríguez desde afuera del área, frente al arco y contiene Odriozola en dos tiempos contra el palo derecho.

A los 27´ un notable, exquisito, magistral, toque de taco de Maxi Rodríguez para la entrada de Palacios por izquierda, enfrenta al arquero y saca el remate cruzado que se pierde apenas afuera contra la base de palo izquierdo.

El segundo llega a los 32´ con una pelota que pelea Gargano, se la lleva, toca para Palacios que devuelve para el mota que se va por izquierda y la mete al medio para que Palacios saque el remate fuerte que se clava arriba contra el palo izquierdo, inatajable para Odriozola. Peñarol ganaba 2 a 0.

Tuvo otra más a los 39´ cuando entra Estoyanoff por derecha, ingresa al área y con poco ángulo, saca el remate que rechaza al córner Odriozola contra el palo izquierdo.

Rampla no tiró al arco durante todo el primer tiempo (igual que Fénix en el partido anterior) pero las cosas cambiarían para el segundo tiempo

El primer tiempo se fue 2 a 0 con la enorme preocupación de la posible lesión de rodilla de Lucas Hernández. Para el segundo tiempo ingresó Piriz en el lateral izquierdo y Peñarol buscaría liquidar el encuentro rápidamente.

Ya en el primer minuto jugada en velocidad de Estoyanoff por derecha toca al medio donde entraba solo Maxi Rodríguez y el argentino se equivoca al intentar eludir al arquero en lugar de rematar y permite que Odrizola le quite la pelota tirándose a los pies.

Pudo liquidarlo a los 7´con una pelota que trae Rossi por el medio y toca a la derecha para la entrada de Estoyanoff que saca el remate que supera al arquero y la saca un zaguero cuando entraba en el arco y era el tercero.

A partir de ese momento creció el equipo picapiedra y ya un minuto después tuvo la primera, a través de una pelota que se lleva Leites por derecha, engancha para sacarse de encima a Quintana dentro del área y saca el remate que obliga a una gran atajada de Dawson yendo abajo contra el palo izquierdo.

Sobre los 20´ un tiro libre de Leites desde la derecha en forma de centro y cabecea solo De León y la pelota se pierde afuera contra el palo izquierdo. Seguía avisando Rampla.

El descuento llega a los 25´ con una mala salida de Dawson con el pie que se la deja a un jugador rival y cuando entraba al área lo baja Quintana. Penal claro y bien sancionado. Lo remata Silva, fuerte, arriba, contra el ángulo izquierdo de Dawson que adivinó y fue hacia ese lado pero sin chance de rechazar la pelota.

Y en esos minutos Peñarol la pasaba mal, desordenado en defensa, sin claridad para sacar la pelota al ataque y la manejaba mucho mejor Rampla que ponía varios jugadores en campo mirasol.

Pero la cosa se empieza a simplificar a los 31´ cuando se va expulsado Cándido que lo baja a Rossi sobre el sector derecho y recibe la segunda amarilla.

A los 33´ pelota cruzada de Gastón Rodríguez de izquierda a derecha para la entrada de Rossi que define por encima del arquero y la pelota se va afuera contra el palo izquierdo.

Dos minutos después, a los 35´ centro al área de Gastón desde la izquierda y cabecea Palacios por encima de horizontal.

El partido se liquida a los 38´. La salida de Rampla y Gargano que roba la pelota, se va por derecha y la mete al medio, la baja con el pecho Gastón de frente al arco y desde afuera del área saca el zapatazo que rechaza el arquero Odriozola. El rechazo le queda a Palacios que remata fuerte para clavarla contra el caño derecho y marcar su tercer tanto en el partido.

Posteriormente a esa jugada, se va expulsado el arquero Odriozola por protestar por un jugador picapiedra que estaba en el suelo en el momento de la jugada del gol. Ya sin cambios, fue un jugador de cancha (Risso) quien tuvo que ir a ocupar el lugar en el arco.

En esas circunstancias Peñarol consiguió el cuarto sobre los 43´. Una pelota que roba Gastón Rodríguez por izquierda, va hasta en fondo, encara al improvisado arquero y toca al medio donde entraba Maxi Rodríguez que casi entra caminando al arco para marcar el tanto.

Peñarol volvió a ganar, encadenó una serie de 7 triunfos consecutivos y encarará a Defensor la próxima semana con ventaja de dos puntos. Volverán Arias y el cebolla y eso es positivo. Hoy se vio que cada vez que juega Quintana hay alguna jugada que nos termina costando un tanto en contra.

Lo negativo, la preocupación por la situación de Lucas Hernández y que Lucas Viatri no podrá ser de la partida. Preocupa también que en el encuentro de hoy, Peñarol fue superado en varios momentos por Rampla, que le manejó la pelota, jugó en nuestro campo y creó permanente sensación de peligro.

El próximo fin de semana (si se juega por la situación de los jugadores) será decisivo. Peñarol enfrentara  al gran rival que se presenta en este clausura y que ya nos ganó un partido increíble en el campeonato intermedio. Del resultado de ese partido dependerá grandemente el futuro del carbonero en lo que resta de la temporada.

lunes, 9 de octubre de 2017

Aniversario de la fuga



Como cada 9 de octubre, los hinchas aurinegros recordamos y celebramos el aniversario de la fuga. El dia que el tradicional adversario tuvo tanto temor a una goleada histórica, que no salió del vestuario a disputar el segundo tiempo del clásico.

A pesar de los 68 años que han transcurrido desde entonces, el hecho es tan significativo, tan revelador de un temor superlativo de un equipo ante otro que jamás se olvida.

Para no reiterarnos en conceptos que expresamos año a año, nos limitaremos a dejar el enlace de la nota correspondiente a este transcendente hecho tan marcante en la historia del clásico del fútbol uruguayo:

https://manyahistoriasdenuestrahistoria.blogspot.com.uy/2012/10/el-dia-que-nacio-el-mote-de-gallinas.html

Desde entonces, desde ese dia, nacio el mote de gallinas para nuestros tradicionales adversarios. Mote que aun, casi 70 años después les sigue recordando un episodio de vergüenza deportiva sin igual en el futbol del mundo


sábado, 7 de octubre de 2017

Arrollador. Peñarol 3 Fénix 0



Finalmente Peñarol volvía a jugar después de 20 días sin futbol por un problema en juveniles donde el responsable último fue nuevamente el Ministerio del Interior, cada vez más negligente e irresponsable para cumplir su función primaria de velar por la seguridad de la población en cualquier actividad (espectáculos deportivos incluidos).

Con las ausencias de Estoyanoff por suspensión y del cebolla Rodríguez y Corujo afectados a la selección, Ramos optó por colocar a Guzmán Pereira y Gastón Rodríguez en el medio. Con un Campeón del Siglo precioso en su estado, recibía a Fénix buscando continuar la racha ganadora que podría ser afectada por esta interrupción intempestiva e imprevista del campeonato.

Peñarol fue arrollador desde el primer minuto y no exageramos nada porque ya al minuto debió ponerse en ventaja, cuando la pelota se juega hacia la derecha para Varela que manda al centro al área y es cortado por Ferro con la mano en un claro penal que sanciona bien Ostojich (si, el de pésimo clásico amistoso). Lo remata Viatri con la posibilidad de convertir su primer tanto con la camiseta aurinegra. Fuerte y al medio y el arquero Denis despeja con las piernas evitando el tanto.

Pero Peñarol no se cayó, siguió siendo superior y luego de superar algunos minutos de imprecisión, volvió a tomar el control del partido y así se fueron sumando las situaciones.

A los 22´ un córner desde la izquierda, despeje de la defensa y la toma Guzmán Pereira que saca el remate desde afuera del área que provoca una gran atajada de Denis yendo abajo contra el palo izquierdo.

La apertura llega a los 24´ cuando Lucas Hernández ejecuta un tiro libre desde la izquierda y salta Viatri para meter el cabezazo que vence a Denis y tomarse la revancha por el penal malogrado.

Pero el aurinegro no se conformó y siguió acumulando situaciones para convertir. Sobre los 27´ González le mete un patadón a Gastón Rodríguez que era roja pero Ostojich arregla con una tibia amarilla. Lo vuelve a ejecutar Lucas Hernández desde la izquierda la pelota deriva hacia la otra banda y Maxi Rodríguez mete el centro,  esta vez quien gana por arriba es el cachila Arias y su cabezazo revienta el palo derecho de Denis, el rebote lo toma Formiliano y manda la pelota contra el otro palo para poner el 2 a 0. Otro que se estrena en goles con la camiseta aurinegra.

Confiado, seguro, dominante, arrollador, siguió el carbonero. Sobre los 31´un toque atrás de Gastón Rodríguez para Hernández que saca el zapatazo de afuera del área que se va apenas arriba del horizontal.

A los 35´es Rossi que arranca por derecha, mete la diagonal al medio y saca el toque al área que recibe Maxi Rodríguez, gira y saca el remate cruzado que revienta el  palo derecho cuando estaba vencido Denis.

Otra vez a los 39´ Rossi por derecha, enganche hacia el medio y entrando al área saca el remate que contiene bien Denis abajo contra el palo izquierdo.

Y hubo tiempo para una más, a los 43´ cuando Denis sale con la mano fuera del área y tiro libre frontal al arco lo remata Gargano y la pelota vuelve a reventar el palo izquierdo cuando el arquero volaba pero no llegaba.

Fue aplastante la superioridad de Peñarol y perfectamente debió cerrarse el primer tiempo con un par de goles más de ventaja .  Dos goles, un penal malogrado y dos pelotas en los palos dan testimonio cabal de esa superioridad. Fenix? Se dedicó a pegar y no remató al arco.

El segundo tiempo tuvo la misma tónica con un Peñarol muy superior desde lo futbolístico, lo físico y lo anímico.

El primer (y único) remate de Fénix en el partido lo hace Cantera a los 6´ desde dentro del área y contiene bien Dawson en buena atajada abajo contra el palo izquierdo.

Pero Peñarol responde con el golpe de knock out a los 7´. Una jugada por izquierda con giro y toque atrás de Gastón Rodríguez para Lucas Hernández, el centro rastrero, falla Ferro al intentar despejar y por el segundo palo entra Rossi para cruzar el remate y clavarla abajo contra la base del palo derecho para marcar el 3 a 0.

Y el resto del segundo tiempo estuvo demás. Porque Peñarol aflojó el ritmo y Fénix nunca pudo. Apenas si tuvo otra el aurinegro a los 23´ con un remate desde afuera de Palacios (que ingresó por Viatri sentido) que contiene Denis.

La nota negativa se da a los 27´ cuando Arias es expulsado por discutir con González que también se va expulsado (jugó regalado desde el primer tiempo), ambos por segunda amarilla.

La última fue a los 40´ con un pase profundo de juvenil debutante Franco Martínez (hasta para eso dio el encuentro de hoy) para la entrada en velocidad de Palacios pero Denis reacciona rápido y traba con el cuerpo el remate del delantero mirasol.

Ganó Peñarol. Gustó Peñarol. Goleó Peñarol (y debió hacerlo por más). Un arranque inmejorable del equipo, después de todas las dudas que había generado la pretemporada. Es un equipo que busca abrir la cancha, genera muchas situaciones, hace circular la pelota, es sólido en defensa y contundente en ataque y tiene un arquero sobrio y que además se impone físicamente porque empieza y termina corriendo los partidos. No le afectó en nada la detención forzada del campeonato y jugó de la misma forma que lo venía haciendo.

Los números son claros y corroboran esas afirmaciones. 6 partidos, 6 victorias (incluyendo el clásico), 14 goles a favor, 1 en contra.

Ahora será Rampla el rival para intentar continuar esta marcha arrolladora. Podrán volver los seleccionados y los suspendidos pero no estará el cachila Arias y habrá que ver qué pasa con Viatri.