Peñarol
con la posibilidad de ampliar ventaja después de los empates de Defensor y El
Tanque, se presentaba con varios cambios en el campo del Centenario. Cambios en
la integración y posiciones, con la vuelta de Valdez a la zaga por Macaluso y Raguso
al lateral izquierdo, pasando Torres más arriba, al lugar de Zambrana y la
entrada de Cristóforo por el suspendido Novick.
Jugando
nuevamente con indumentaria de alternativa, esta vez toda amarilla. Como
dijimos en el comentario del partido anterior, creemos que Peñarol debe tener
como exclusiva indumentaria de alternativa, la vieja camiseta del CURCC,
rescate y homenaje merecidos de nuestra historia.
Empezó
mejor Peñarol, llevándose por delante a Wanderers y sobre los primeros minutos
un cabezazo de Olivera la salió muy al medio a las manos del arquero Pérez.
Pero
ese mejor funcionamiento aurinegro duró apenas 5 minutos. Comenzó a copar la
media cancha Wanderers, haciendo correr la pelota y jugándola siempre
cuidadosamente para no perderla. Y así llegaron un buen par de oportunidades
para el equipo bohemio, que no terminaron en gol gracias a muy buenas
intervenciones de Bologna.
A los
12 un impresionante cabezazo de Mercado con aún más imponente atajada de
Bologna, volando sobre el palo derecho para sacarla al córner. Y a los 16 un
remate bajo de Gagnebin que nuevamente Bologna saca abajo, esta vez sobre el
palo derecho.
De ahí
en más el partido se hizo bastante aburrido, sin muchas opciones claras de gol.
Con Wanderers siguiendo ese estilo de cuidar la pelota y Peñarol buscando
ofender pero sin la profundidad, claridad y contundencia de otros encuentros.
Apenas
hubo un par de remates de Estoyanoff desviados (el segundo después de una buena
volea) y otro cabezazo limpio de Olivera que le volvió a salir débil a las
manos de Pérez.
Un párrafo
aparte para el mal arbitraje de Silvera, muy rápido en sacar tarjetas para los
jugadores aurinegros, hoy vestidos de amarillo y no aplicando el mismo
criterio con los jugadores bohemios,
donde Mercado vivió cometiendo faltas y se retiró al entretiempo sin ver la
amarilla que claramente merecía.
En el
segundo tiempo se reiteraron las mismas características. Peñarol al inicio
empujando y metiendo a su rival en su campo pero paulatinamente Wanderers se
fue haciendo de la pelota y manejándola con criterio.
Y en
esa segunda parte serían determinantes las jugadas de pelota quieta. Los tres
goles del encuentro llegaron luego de ejecuciones de tiros libres aunque
ninguno fue conquistado directamente por esta vía.
Primero
fue el gol de Wanderers a los 15. Tiro libre desde la derecha de Maximiliano
Rodrìguez , jugada preparada, tres toques que dejan a Gagnebin de frente al
arco que saca el remate bajo esquinado contra el palo derecho que escapa al
control de Bologna y se mete en el arco de la Amsterdam.
Pero ese
gol fue el revulsivo que necesitaba Peñarol (y el técnico) para despertar. En
lugar de dejarse ganar por el nerviosismo como sucedió ante Progreso, Peñarol
apeló a la rebeldía y a su legendaria mística. Se dio ingreso a Zambrana por
Torres (de opaca actuación) que fue fundamental para el cambio de actitud del
equipo.
En 4
minutos Peñarol lo dio vuelta, después de dos ejecuciones de tiro libre de
Grossmüller. La primera fue a los 19. El centro al segundo palo, perfecto,
medido, a la cabeza de Darío Rodríguez que tirándose en palomita la cambia de
palo para ponerla a la derecha del arquero y meterla en el arco de la Colombes
marcando el empate.
Y a los
23, otro tiro libre de Grossmüller que toca por bajo a Zambrana que gira y mete
el centro. Olivera hace de pivot y la baja atrás donde entraba el lolo
Estoyanoff que a la carrera y de bolea bate a Pérez para marcar el segundo gol
de Peñarol. Golazo.
Wanderers
hizo los cambios pero fue Peñarol el que estuvo más cerca. Dos veces tuvo el
tanto debajo del arco bohemio sin poderla meter.
A los
34, un gran pase de Grossmüller para la entrada de Zalayeta que encara y cuando
le sale el arquero Pérez, la toca al medio y Olivera tirándose hacia adelante
no llega a tocarla por milímetros.
A los
43 Estoyanoff apreta la salida de Pérez sobre la banda derecha, le gana la
pelota y la cruza al medio donde entraba Zambrana que no puede tocarla y un
zaguero la despeja debajo mismo del arco. Dos oportunidades increíbles donde
Peñarol no pudo marcar por muy poco.
En la
recarga tuvo la última Wanderers, después de la ejecución de un nuevo tiro
libre, pasado al segundo palo y el cabezazo del jugador bohemio es sacado por
Bologna con una mano al córner. Por si algo le faltaba al arquero para
configurar una muy buena actuación, consiguió despejar.
Gran
victoria aurinegra, mostrando la mística, la garra y la enjundia que aplaudimos
todos los hinchas carboneros. Victoria de atrás pero merecida, justa, acertada
al trámite y lograda sin jugar lindo, pero ganando cuando hay que ganar, en el
remate de los campeonatos, que había sido nuestro déficit en los últimos años.
Muy
buen partido de Bologna, gran encuentro de Valdez y Darío (hasta convirtiendo
un tanto), buen partido del lolo y con aportes de Zalayeta, aunque no tan
destacados como nos tenía acostumbrados. Buen recambio de Zambrana cuando
entró. Partido apenas regular de Raguso, Alejandro González y Cristóforo.
Partido opaco de Olivera y francamente malo de Torres.
Faltando
dos fechas, Peñarol amplió la ventaja sobre los segundos (que ahora son tres) y
quedó a una victoria de consagrarse campeón de este Apertura.
La
próxima fecha será ante Juventud (seguramente el domingo) y de ganar, Peñarol
alzará la primer copa de esta temporada y quedará automáticamente clasificado
para las finales en caso de no ganar el clausura.
Por
último la crítica para la dirigencia de Wanderers, que colocó precios ridículos
y se perdió la gran oportunidad de hacer una muy buena recaudación. Con precios
razonables hoy iban no menos de 40.000 personas. Además Wanderers perdió en la
cancha, seguramente los dirigentes estarán contentos con el “flor de negocio”
que hicieron.