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sábado, 10 de noviembre de 2012

La previa del aurinegro.



Cuando, previo al clásico anterior, analizábamos las virtudes y las carencias de Peñarol, decíamos que había dos sectores donde el equipo era deficitario. En defensa en toda la temprada pasada no encontramos una consistencia y una solidez que nos dieran la tranquilidad necesaria y en ataque fuimos muy livianos y dejamos pasar muchas oportunidades de ganar partidos donde fuimos más, pero no lo marcamos en el score y dejamos puntos que a la larga, nos privaron de mejor suerte.

Este Peñarol de hoy no ha solucionado todos sus problemas en defensa, pero ha mejorado notoriamente, Està mucho más ordenado y firme. Ha recibido muchos menos goles que el año pasado y parece haber solucionado bastante el tema del juego áereo que fué nuestro gran dolor de cabeza en la temporada anterior. Con un Darío Rodriguez mucho más firme de zaguero que por el lateral. Con la frescura de un Raguso que trajo al lateral izquierdo la velocidad y proyección necesarias, aunque le falte un poco de marca. Con Alejando González, fuera de puesto y jugando a base de sus condiciones. La principal falta será la de Valdez, que venía levantando mucho, pero Macaluso no lo hizo mal contra Defensor, nada mal.

En ataque, este Peñarol es demoledor. Con un Zalayeta mucho más fino físicamente, con un Juan Manuel Olivera que va a todas y desgasta una enormidad a las defensas rivales y cuando no convierte, obliga y genera oportunidades para los compañeros. Con un resucitado Zambrana, que alterna momentos muy buenos con otros no tanto, pero que ha sido ayuda fundamental para el alto rendimiento del avance mirasol. Con un Estoyanoff, que no ha alcanzado el nivel que puede, pero es un jugador de cuidado y que ya sabe lo que es convertir en clásicos (aunque no siempre le hayan convalidado los goles convertidos). A esto se suma el aporte de Grossmüller, cada día mas cerca del nivel que esperamos de él, jugador con visión de cancha, pausa acertada y buena capacidad de pase.

Curiosamente el sector que para mí había sido el más firme en la temporada anterior, es el que hoy me genera más dudas. Sigo sin entender que no se hiciera el esfuerzo para retener a Freitas y hemos tenido suerte que el pelado Novick anda volando. Todo ganas, fuerza, coraje, pulmones. Pero lo estamos matando al pelado dejándolo solo y como único responsable de recuperar la pelota cuando no la tenemos. Sigo siendo de la opinión de que este Peñarol está desbalanceado y que se puede colocar otro volante que ayude en la recuperación sin que por eso se resienta nuestra vocación ofensiva.

Enfrente está un Nacional lleno de problemas (los problemas son de ellos, a nosotros no nos importan) que se ha mostrado superdependiente de Recoba y que mañana intentará colocarlo como cuña detras de Novick para hacernos daño. Por eso más que nunca creo que otro volante de marca no sobraba.

No comparto el excesivo optimismo que hay en la mayoría de los hinchas carboneros. Estoy convencido de que vamos a ganar, estamos jugando mejor y creo que tenemos las armas para ganar mañana. Pero no creo en esa goleada que muchos esperan, ni siquiera en un triunfo fácil. Será una victoria luchada, ganada con uñas y dientes y dejando todo, como lo hizo siempre Peñarol. Olvidarnos de quienes somos y colocarnos el traje de "claros favoritos" es lo peor que podemos hacer.

Parrafo aparte para cuanto han llorado dirigentes, jugadores y técnicos de Nacional por la designación del árbitro. Les recordamos que Fedorczuk es el mismo que dejó que Fénix nos matara a patadas en la primera fecha (con la consabida fractura de Pacheco), que nos robo un penal que se vió desde la luna en ese partido y que convalido un gol en off side de Cerro Largo en el Ubilla en nuestra contra.

No he escuchado a jugadores, dirigentes ni al técnico de Peñarol quejarse, a los de Nacional si. Ladran Sancho, señal que el miedo es grande.

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