Esta
vez no hubo comentario previo del partido y existieron varias razones que
coadyuvaron en eso. En primer lugar porque hasta pocos minutos antes del
partido eran demasiadas las dudas sobre la integración del carbonero. Es algo
que pasa siempre, pero no recuerdo ninguna como esta donde hubieran tantas dudas
a tan poco del inicio de encuentro.
En
segundo lugar porque como pocas veces en lo personal he sentido tanta
incertidumbre antes de un partido clásico. Porque lo que pienso y he visto de
este equipo de Peñarol se contradice con la posición que traía en la tabla.
Considero que este es de los peores equipos que he visto defendiendo los
colores que amo y el hecho de que haya conseguido una victoria histórica esta
tarde no me hace cambiar el concepto.
En
tercer lugar porque tradicionalmente el peor rival de Peñarol siempre ha sido
el mismo Peñarol y el resultado dependía de con qué equipo nos íbamos a
encontrar a la hora del pitazo inicial. Por suerte nos encontramos con el mejor
Peñarol que podríamos haber esperado.
Finalmente
Fossati se decidió por Castillo en el arco, Bizera, Macaluso y Valdez en la línea
de tres, el japo Rodríguez y Sandoval como carrileros, Píriz y Aguiar en el
medio, Pacheco como enlace y Zalayeta y Jonathan Rodríguez como delanteros.
Desde
los primeros momentos se mostró mejor el carbonero que encontró facilidades por
el sector derecho de su ataque, el izquierdo de la defensa tricolor donde
Torres y el paraguayo Benegas no pararon a nadie.
Ya al
minuto de juego pudo poner la apertura cuando un cambio de frente largo de
izquierda a derecha de Macaluso para Jonathan Rodríguez provocó que el juvenil
ganara en velocidad, fuera hasta el fondo y metiera la pelota al medio donde
entraba solo Aguiar y su remate pasó lamiendo la base del palo derecho cuando
no llegaba Munúa.
Pero
esta jugada fue premonitoria porque fue calcada de la que a los 12´ se transformó
en la apertura. Esta vez el pase lo puso Pacheco para que Jonathan Rodríguez se
la lleve de cabeza, ganándole el cuerpo a cuerpo a Benegas, fuera hasta el
fondo y cuando Munúa cubría el arco, la toca al medio donde entraba solo
Zalayeta que, con arco libre, no tiene más que tocarla para marcar la apertura.
En los
minutos siguientes fue mucho más Peñarol que mostró movilidad, rotación, buen
toque de pelota y hasta velocidad. Nacional estaba como perdido en la cancha y
era un momento propicio para pegarle un segundo golpe. Sin embargo, para eso
hubo que esperar al final mismo del primer tiempo.
A los
22´ el árbitro Ubríaco inventa una falta de Macaluso que claramente gana con el
hombro y el tiro libre rematado por el arquero Munúa, pasa cerca del palo
derecho de Castillo.
Dos
minutos después se complica la defensa de Peñarol con una pelota que
increíblemente pierde Valdez, se la lleva De Pena y toca para Mascia que saca
el remate desde fuera del área y nuevamente la pelota vuelve a pasar cerca del
palo derecho de Castillo.
A los
27´ un toque de Pacheco para la entrada de Sandoval por izquierda, hace la
diagonal al medio y saca el remate que contiene Munúa.
Sobre
los 31´ un tiro libre de Pacheco pasa cerca del ángulo superior derecho del
arco tricolor.
Y
cuando moría el primer tiempo, Peñarol saca la diferencia que correspondía al
juego mostrado en el campo. Córner desde la derecha de Pacheco, Macaluso salta
solo y cabecea limpio para meter la pelota contra el palo derecho de Munúa
marcando el 2 a 0.
Peñarol
se fue al descanso con una merecida ventaja de dos goles y para el segundo
tiempo Pelusso hace dos cambios y hace entrar al morro García y Recoba.
Pero si
esperaba cambiar algo en el segundo tiempo, rápidamente la realidad del juego
se lo impidió. Porque a los 4´ Torres comete falta sobre Pacheco y recibe la
segunda amarilla, quedando con uno menos y Peñarol se lo hizo pagar rápidamente.
Porque
a los 6´ llega el tercero. Pelota que recupera Valdez, manda para Zalayeta y el
moreno toca sutilmente para Pacheco que desborda por derecha (donde ya no
estaba Torres y donde Nacional no paró a nadie en toda la tarde) y saca el
remate fuerte que rechaza Munúa y por el segundo palo entraba solo el japo
Rodríguez que con toque corto la mete en el arco y liquida el partido.
Analizar
tácticamente el partido después de eso es absolutamente imposible. Porque
Nacional fue un desastre dentro del campo, dejó enormes huecos atrás y Peñarol
no los aprovechó todo lo que pudo porque Fossati decidió colocar a Estoyanoff
que entró con el balde puesto y sacó a Jonathan Rodríguez para poner a Orteman.
De ahí
en más solo podemos hacer el recuento de las chances y los goles del aurinegros.
A los
26´ llega el cuarto. Toque de Zalayeta atrás para Orteman, centro perfecto hacia
donde entraba solo Aguiar que solo tiene que poner la cabeza para mandarla
contra el palo izquierdo de Munúa marcando el 4 a 0.
Dos
minutos después pudo ser el quinto. Otro pase de Zalayeta, que hoy dio razón al
sobrenombre de “El Alquimista”, para el desborde por derecha de Estoyanoff que
gana en velocidad, supera al arquero y su remate el medio se estrella en la
base del palo izquierdo y sale impidiendo el quinto festejo mirasol.
Festejo
que debió llegar a los 32´ cuando Estoyanoff se va solo otra vez y decide
rematar él, mal y desviado, cuando tenía dos compañeros solos por el medio.
La
lotería llegó faltando tres minutos. Desborde por izquierda del japo Rodriguez, el
centro lo llega a desviar Munúa, recoge Nuñez por el segundo palo y la mete
atrás para que Aguiar saque el fuerte remate de zurda para marcar el 5 a 0.
Peñarol
consigue una goleada histórica, porque iguala su mejor marca lograda el 25 de octubre
de 1953 cuando también batió a su rival de siempre por 5 a 0.
Será
histórico también porque seguramente será el último clásico de Pacheco que todo
indica que se retirará al fin de esta temporada. De ser así, se retirará el
jugador que más veces en la historia ha disputado este encuentro con 59
presencias. Se retirará como un ganador neto, después de haberse anotado 30
victorias y 13 empates además de marcar en 11 oportunidades.
Un
enorme partido de Zalayeta, de Aguiar, de Pacheco, de Jonathan Rodríguez, de
Macaluso y hasta de Sandoval bien acompañados por el resto y marcando un nivel
de superioridad superlativa sobre el rival.
Ahora
hay que bajar la pelota y no permitir que nos gane la euforia porque el fin de
semana nos espera Juventud, el mismo al que en el apertura no le pudimos ganar después
de haber conseguido una clara victoria clásica. Que no nos pase.
No
cambiamos en nada lo que pensábamos antes de este encuentro. Este es un
mediocre equipo, pero bien merecido tiene el festejo por este resultado
histórico.