Por su
parte Peñarol debía conseguir la victoria para afirmar su recuperación y
terminar lo mejor posible este penoso apertura, logrando la mayor cantidad de
puntos que se puedan cosechar para la tabla anual que, de todos modos, está más
que comprometida.
Y
Peñarol volvió a jugar con la misma mediocridad que nos ha metido en esta
situación tan poco envidiable. Volvió a jugar un desastroso primer tiempo,
donde generó una sola chance de gol. En cambio Juventud generó unas cuantas y
mereció irse ganancioso.
La
primera fue a los 2´ con un córner tirado desde el ángulo de Colombres y
América donde sale muy mal Castillo y se queda sin nada y el despeje de
Macaluso hacia atrás por poco no se mete en el arco.
La
segunda a los 11´ con una pelota cruzada a la espalda de Raguso, la recibe Baez
con el pecho y remata sin ángulo, afuera.
La
tercera a los 25´ con un remate del ex aurinegro Franco que se va por encima
del horizontal.
A los
30´ otra vez estuvo cerca el conjunto pedrense con un remate desde afuera del
argentino Otreras que se perdió cerca contra el palo izquierdo.
Peñarol
no aportaba nada de juego colectivo, sin elaboración, sin sorpresa y abusando
de los pelotazos al área para un equipo que juega sin centrodelantero.
Tuvo su
única opción a los 36´ con una gran apilada en velocidad de Jonathan Rodríguez
que deja dos jugadores por el camino y centra al medio y Pacheco no llega por
centímetros para empujarla al arco vacío.
La
última del primer tiempo fue de Juventud sobre los 44´. Tiro libre desde la
derecha, salta solo Reyes sin marca en el corazón del área y su cabezazo lo
saca Castillo abajo en medio del arco.
Otro
primer tiempo desastroso de Peñarol, que generó una única chance de gol y no
vino por juego colectivo sino por inspiración individual de Jonathan Rodríguez.
El
segundo tiempo fue apenas menos espantoso, pero apenas.
Tuvo
alguna más Peñarol. Ya a los 2´ un remate de Pacheco que se va arriba contra el
ángulo superior izquierdo.
A los
6´ un centro de Baltazar desde la derecha, pasado al segundo palo lo recibe
Aguiar y remata fuerte forzando una gran atajada del arquero Góngora.
A los
14´ una para Juventud con un remate fuerte desde afuera de Blanes que paso
cerca del palo izquierdo.
Sobre
los 24´ Zalayeta se iba solo contra el arco de Juventud y lo bajan. El moreno
se levanta rápidamente y vuelve a enfilar hacia el arco, pero el árbitro
Cabrera no otorga la ley de ventaja y hacer tirar el tiro libre, pero además no
saca tarjeta para el infractor, favoreciendo así DOBLEMENTE al equipo que
comete la falta.
A los
39´ debió ser gol de Peñarol. Un contragolpe que trajo Zalayeta desde nuestra
área, tocó para Aguiar, que se fue por izquierda y metió el centro al medio que
superó por poco el salto de Jonathan Rodríguez cuando era tocarla para meterla
en el arco vacío.
A los
42´ hubo una para cada uno. Primero para Peñarol con una pelota que le queda a
Estoyanoff y lo traban justo cuando iba a rematar. En el contragolpe se va solo
el brasileño Marco Antonio y cuando quiere eludir a Castillo, gana el arquero
con el pie.
Peñarol
se fue 0 a 0 con Juventud de las Piedras. Volvió a mostrar un nivel de juego
paupérrimo, absolutamente intolerable de ver. Peñarol no juega a nada y en
consonancia con eso, no consigue nada dentro de la cancha. Este es un equipo
mediocre y consigue resultados mediocres.
El
propio técnico Gonçalves en sus declaraciones decía que lo que más desea es que
termine este campeonato. Que podemos esperar si nuestro conductor está
convencido (igual que lo estamos nosotros) que lo mejor que nos puede pasar es
que se termine este maldito campeonato de una buena vez?.
En un
día tan significativo para la historia aurinegra por ser aniversario de la
conquista de la libertadores de 1982 (http://manyahistoriasdenuestrahistoria.blogspot.com/2012/02/mi-primera-libertadores-1982.html)
, el equipo aurinegro volvió a defeccionar.
Viendo
lo que vimos hoy, queda más que claro que ganamos el clásico porque somos
Peñarol. Lo ganamos con el nombre, lo ganamos con la mística, lo ganamos con
los colores. A esta altura lo único que
nos queda es la mística de la camiseta.
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