Peñarol volvía a jugar en el Centenario después de mucho tiempo y ante un rival a quien nunca le había podido ganar desde que llego a primera división. Era la última chance de pelear por la clasificación a la próxima Libertadores, porque de perder, ya no quedaba chance para clasificar. Y no sería fácil la tarea porque Torque es el equipo que juega mejor fútbol en este campeonato y tiene el mismo técnico desde 2018.
En el once inicial de Larriera el cambio obligado por la suspensión de Giovanni González y el técnico optó por dar ingreso a Terans jugando un poco más atrás de lo habitual. A esto se sumó la ausencia de Trindade lesionado, sustituido por Álvarez Wallace.
Desde el principio dominó Torque aunque la primera fue para el carbonero a los 6´ con un tiro libre desde la derecha en forma de centro y el cabezazo de Formiliano que se va afuera contra el palo derecho.
Responde Torque a los 9´ cuando Peñarol pierde una pelota en el medio (cosa que sucedió toda la noche) y entra en el área Coccaro pero no puede definir ante la salida de Dawson y la pelota se va afuera.
El gol de Torque llega a los 17´ por otra pelota que se pierde en el medio, se la juegan a Pereira que saca el remate desde afuera del área y la pelota supera a Dawson y se mete contra la base del palo derecho.
Sobre los 21` un remate de Terans desde afuera del área que contiene sin problemas el arquero Fiermarín.
Un minuto después es Torres quien remata desde afuera y la pelota pasa lejos por encima del horizontal.
A los 27` otra pelota que pierde Kagelmacher en salida, se la lleva Coccaro y toca para Pereira que saca el remate cruzado que contiene Dawson con dificultad.
Un minuto después el remate desde afuera es de Pereira y contiene Dawson.
Peñarol volvió a jugar muy mal, fue notoriamente superado por su rival y cuando quedó en desventaja afloraron todos los nervios de este equipo. Se notaron las ausencias de Giovanni González y Trindade. Mal partido de Torres, de Terans y de Britos arriba y de Gargano y Álvarez Wallace en el medio. Acosta y Piquerez fueron superados en defensa e intrascendentes en ataque y en el fondo solo Formiliano sacó alguna pelota. Un panorama triste para el inicio del segundo tiempo.
Nada hacía prever el cambio en el juego que tendría el equipo aurinegro y que comienza a los 11´ con una pelota que pelea Piquerez por izquierda con Arismendi (que se cansó de pegar con la complicidad del juez) consigue hacerse con la pelota, mete el centro y el cabezazo en el primer palo de Terans que supera al arquero, que buscaba la pelota por abajo y se mete mansa por el medio del arco marcando un empate que, nobleza obliga, hasta ese momento no merecía el mirasol.
Y en el siguiente ataque, en el minuto 19´, otra vez Piquerez por izquierda, el toque al medio para Nahuelpan (que había ingresado en el segundo tiempo) y el argentino, de espaldas al arco, hace de pivot para tocar notable atrás donde llegaba el “canario” Álvarez. Y el juvenil aurinegro saca el zapatazo desde la puerta de la media luna que supera la estirada del arquero y se mete contra el palo derecho. Peñarol lo daba vuelta y se ponía arriba 2 a 1.
Una para Torque a los 31` con una pelota larga al área, falla Formiliano y entra solo a sus espaldas Del Prete que saca el remate casi sin ángulo que se pierde afuera contra el vertical derecho de Dawson.
Y de ahí en más, el aurinegro controló el juego y no sufrió en defensa. Tuvo dos claras chances para convertir el tercero, ambas pasada la hora (el juez Leodán González dio exagerados 7 minutos de descuento), ambas por intermedio de Terans.
En la primera, una jugada por el medio que termina con toque a la izquierda para la entrada solo al área de Terans, que define al bulto y permite que rechace el arquero con el cuerpo.
En la segunda, una pelota que gana el “cebolla” por el medio y toca para dejarlo solo a Terans que adelanta la pelota y permite que el arquero se haga con ella.
Ganó Peñarol, aunque no jugó bien. Se encontró con el empate cuando no se veía por ningún lado y eso lo hizo crecer anímicamente. Cuando consiguió ponerse en ventaja, controló el juego y no sufrió en su propio arco.
Una victoria que era impostergable, porque ahora queda segundo en la tabla anual y si gana sus tres partidos se puede meter en la fase de grupos de la Libertadores siempre y cuando el campeón uruguayo sea Liverpool o el tradicional adversario.
Peñarol se sacó la espina de ganarle al único equipo que aún no había podido derrotar desde su llegada a primera.
Ahora vendrá Plaza en el CDS y el carbonero deberá volver a ganar y continuar esperando el resto de los resultados.
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