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miércoles, 21 de octubre de 2020

No alcanzó. Peñarol 3 Athletico Paranense 2

 

Diciendo que Peñarol debe ganar es como habitualmente comenzamos las crónicas de los encuentros del carbonero en este espacio. Pero hoy esa máxima adquiría ribetes trascendentales. Porque de ganar hoy dependía el resultado del semestre (deportivo y económico). Porque solo ganando, Peñarol tenía chances de acceder a la siguiente fase de la copa Libertadores después de 9 años sin conseguir este objetivo. Pero ni siquiera el triunfo garantizaba la obtención de ese objetivo. Porque además era necesario que Jorge Wilstermann no ganara en Chile.

Y la parada no era nada fácil, porque era ante un equipo brasileño y desde que se inauguró el CDS no se le había podido ganar a ninguno por las diferentes copas. Derrotas ante Palmeiras, ante este mismo Paranaense y ante Fluminense y un empate ante Flamengo.

Saralegui, ahora si colocó al equipo titular luego de la inexplicable decisión de jugar con suplentes ante River.

En Paranaense apenas dos titulares habituales eran de la partida desde el inicio: el arquero Santos y el mediocampista Erick. Porque los brasileños están peleando el descenso en el brasileirão (lo mismo que hace dos años cuando nos golearon en el CDS) y reservaron a su mejor equipo que se quedó en Brasil. Sin embargo, tiene buenos jugadores, como el argentino González y Nikão (que fueron figuras aquella noche).

Como en varios partidos de esta Libertadores, la cosa empezó bien para el carbonero que ya al minuto pudo convertir. Una pelora cruzada de Torres de derecha a izquierda, toca de cabeza Álvarez para Terans dentro del área que saca el remate y el arquero Santos rechaza al córner con el pecho.

A los 2´el gol. Centro de la izquierda de Terans, toca Formiliano en el primer palo para descolocar al arquero, recoge en el segundo palo Kagelmacher que toca atrás y Álvarez intenta rematar, pero le sale un pase para Formiliano que toca con el arco vacío. 1 a 0 y con dos minutos de juego Peñarol estaba obteniendo lo que necesitaba.

Pero a Peñarol le hizo mal anotar tan rápido, porque se echó atrás y le dejó el campo y la pelota a Paranaense apostando a un contragolpe. Y tendría chances, pero como tantas veces durante esta temporada, no las iba a aprovechar.

Debió aumentar el carbonero a los 21´luego de un centro desde la izquierda de Piquerez y entra solo por el segundo palo Urretaviscaya y le entra mal, muy de abajo y la pelota se va lejos por encima del horizontal.

La primera de la visita es a los 22´ con un centro desde la derecha y el cabezazo de Bissoli que se pierda apenas afuera contra el palo derecho de Dawson.

A los 27 pudo ser para el carbonero. Una pelota que recupera Álvarez por izqueirda, se va hacia el área contra tres y la pelota le rebota para quedarle a Terans que saca el remate y el arquero Santos la manda al córner contra el palo derecho.

Parananense, que casi no había llegado toma una pelota por izquierda por Fabinho, mete el centro pasado, la pelota supera a Formiliano y entra por atrás Nikão que domina y toca al medio para el argentino González que se anticipa a Formiliano y toca contra el arco vacío. 1 a 1.

Un minuto después, otra vez Fabinho por izquierda, se mete hacia el medio y saca el remate desde la medialuna que se pierde por encima del horizontal.

Peñarol pudo conquistar el segundo a los 40´ con un ataque por el medio, intenta Álvarez y la pelota le queda a Torres que engancha dentro del área y saca el remate y el aquero Santos se arroja con una mano para despejar contra la base del palo derecho en impresionante atajada.

Y lo peor para el final, sobre los 45´ centro al área desde la derecha, despeja Gargano pero corto y al medio y le queda a Richard que saca el zapatazo que supera la volada de Dawson y se clava contra el palo derecho. 2 a 1 Paranaense. Injusto pero real y otra vez a Peñarol le daban vuelta un partido en esta Libertadores, como en Chile y en Bolivia.

La primera jugada del segundo tiempo mostró a lo que se iba a exponer el aurinegro desesperado por conseguir los goles. Fue a los 3´ a través de un contraataque con una pelota que manda al área para Nikão que remata apenas afuera contra el palo derecho.

Peñarol se iba hacia arriba como corresponde a su historia, pero se exponía al contragolpe. El aurinegro ponía al rival en su campo y generó una serie de chances para convertir.

La primera a los 14´ por Álvarez que recibe un pase largo y se mete por el medio del área y saca el remate que se pierde afuera contra el palo derecho.

Un minuto después una clarísima cuando Álvarez apura al arquero, la pelota le rebota, la toma Torres que consigue tocar al medio cuando lo bajan y Urretaviscaya define mal, pegándole muy de abajo y la manda por encima del horizontal cuando tenía el arco libre. Otro de esos goles increíbles que erra Peñarol.

De nuevo un minuto más tarde, a los 16´ con un remate de Terans y el arquero tiene que hacer un enorme esfuerzo para atrapar la pelota cuando se le metía por encima.

A los 19´córner desde la derecha, cabezazo de Formiliano y entra por el segundo palo Kagelmacher para reventar la pelota de un zapatazo y clavarla contra el palo derecho de Santos. Peñarol empataba y seguía con vida.

Tuvo otra para pasar de largo dos minutos después con una pelota que es enviada larga por izquierda para Piquerez que desde el fondo del campo manda el centro pasado y recibe solo por el segundo palo Álvarez, pero nuevamente define mal y manda la pelota por encima del horizontal. Otro gol errado con arco libre.

Finalmente, a los 36´ pase largo de Urreta para Giovanni que va hasta el fondo, saca el centro perfecto y Britos (que había entrado por Álvarez) salta por el medio y mete el cabezazo de pique al suelo que supera a Santos y marca el 3 a 2.

En Chile empataban 0 a 0 y Peñarol clasificaba.

La última fue para la visita a los 37´ con un tiro libre desde la derecha, el centro al área y el remate de Carlos Eduardo que se va por encima del horizontal.

Pero faltando dos minutos llegan las noticias que no queríamos: gol de Wilstermann y todo el esfuerzo no servía para nada.

Peñarol dio todo y ganó como debe ganar un equipo aurinegro, pero otra vez no alcanzó. La clasificación no se perdió hoy. Se perdió en Chile cuando nos dejamos ganar por un Colo Colo sin alma. Se perdió en Brasil donde perdimos con un Paranaense a quien no le pateamos al arco en todo el partido. Se perdió en Bolivia, donde empezamos ganando y no lo supimos mantener.

Peñarol quedó una vez más fuera de los octavos de final de la copa Libertadores y es el resultado de un desastre anunciado, porque se ha hecho todo mal. Para peor, muchos que se dicen hinchas de Peñarol, querían que el equipo no clasificara. Lo hemos leído en páginas y foros partidarios durante toda la jornada de hoy. Según estos, la eliminación dejaría mal parada a esta dirigencia de cara a las elecciones de diciembre.

Un razonamiento que no solo es pobre, sino que peca de ingenuo. Ya quedó demostrado que esta dirigencia no siente vergüenza de nada. No siente vergüenza de haber desguazado el equipo el año pasado y haber regalado el tricampeonato. No siente vergüenza de haber designado un entrenador sin experiencia como Forlán que vino a aprender a Peñarol. No siente vergüenza de haber armado tan mal el plantel y dejarnos con este equipo mediocre. No siente vergüenza de haber designado a un técnico que ya había fracasado en nuestra institución. No siente vergüenza de no haber trabajado para reforzar este equipo, sabiendo las carencias que tenía y que se disponía solamente de 3 días para hacer contrataciones, so pena de no poder incorporar hasta terminado el campeonato uruguayo.

A esos que hoy querían que Peñarol quedara eliminado, desde este espacio les negamos el reconocimiento como hinchas de Peñarol. Quienes desean al mal del club para que se modifiquen situaciones que no les gustan, no merecen ser llamados hinchas. Peñarol es un bien incorpóreo que está por encima de sus dirigentes, de sus jugadores, de sus técnicos y hasta de sus hinchas. Nunca nos afiliaremos a esa opinión de desear el mal del club para “que las cosas mejoren”. Como hinchas y socios Peñarol, tenemos el deber, la responsabilidad y el derecho de ejercer nuestro voto para cambiar aquellas situaciones que le hacen mal a la institución. Jamás admitiremos como válida la opción de hacerle mal al club, la denunciamos y la combativos con vehemencia.

Esos estarán contentos hoy, hasta habrán festejado el gol de los bolivianos y eso no es de carboneros bien nacidos. Creerán que de esta forma las cosas se arreglarán solas. El socio tendrá que ser sabio para identificar a estos personajes y a los candidatos que apoyan. En cuanto a los dirigentes, grandes responsables de este cúmulo de fracasos, es hora que hagan un mea culpa y cedan su lugar a alguien más capaz para dirigirnos.

Peñarol necesita sangre nueva y dejar de lado un modelo perimido que sigue los lineamientos de la política que rige a Peñarol hace 30 años.

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