Peñarol
debutaba en la Copa Libertadores, de la cual es un histórico como primer
campeón y la que ha conquistado 5 veces. En un estadio que no nos traía buenos
recuerdos como el Arena da Baixada y ante un equipo que tampoco nos dejó el
mejor recuerdo: Athletico Paranaense (si así con esa hache sin sentido antes de
la ele y que no tenía hasta hace pocos años).
Es verdad
que este Athletico es menos que aquel de hace 2 años atrás, pero de todas
maneras es un equipo de cuidado y más jugando en su casa. Se le fueron algunos
jugadores importantes como el argentino Ruben, Henrique Ribeiro, Rony y Bruno Guimarães. Llegaron Marquinhos Gabriel del
Cruzeiro y Carlos Eduardo del Palmeiras, asi como un medio que estaba en
Bélgica, Fernando Canesin. De los más importantes que jugaron ante Peñarol hace
dos años, el golero Santos está lesionado y quien si estaba en el campo era Nikão,
pero ya no Pablo que jugó muy bien ante el carbonero en aquella ocasión.
Forlán puso
el mismo equipo que viene utilizando para el campeonato local y que no ha
convencido demasiado. La única variante, la salida de Pellistri (aparentemente
sentido) y la entrada de Piquerez en su lugar. Si Peñarol quería traerse puntos
debía mejorar su desempeño defensivo (sobre todo por el lado de Abascal y
Giovanni Gonzáles) y sobre todo, convertir en un porcentaje más razonable las
chances que crea. No sucedió así.
La
iniciativa fue toda para el local que se fue arriba, aunque afortunadamente,
sin inspirarse demasiado en ese primer tiempo. Peñarol nunca hizo pie en el
césped sintético del Arena da Baixada. Fue llamativo como se erraron los pases más
fáciles y nuestros jugadores casi nunca consiguieron parar bien la pelota.
Peñarol
prácticamente no pasó la mitad de la cancha y no remató al arco en todo el
primer tiempo.
Tampoco Paranaense
fue un equipo deslumbrante, pero al menos tuvo dos opciones claras para
convertir.
La primera
a los 22´ con un pase desde el medio hacia la punta derecha para el ingreso de
Adriano que remata cruzado y la pelota se va afuera contra el palo derecho de
Dawson.
La segunda,
la más clara, fue a los 28´ un centro desde la derecha y el salto en el segundo
palo de Thiago Heleno que le gana a Kagelmacher y el cabezazo manda la pelota
para que reviente el ángulo superior derecho de Dawson que poco podía hacer.
Fue poco lo
del local, pero fue preocupante lo del carbonero, que además volvió a perder un
jugador por lesión por un golpe en la rodilla de De Los Santos (y habrá que
rezar a todos los dioses para que no se trate de algo grave, dada la mala
suerte que nos persigue hace tiempo con las lesiones).
El segundo
tiempo siguió con la misma tónica. Paranaense atacando y Peñarol defendiéndose
como podía. Así se fueron acumulando las chances para el equipo local y era
cuestión de tiempo que entrara alguna.
La primera
fue a los 5´ cuando Carlos Eduardo toma la pelota por izquierda, se mete hacia
el medio y saca el remate desde fuera del área que se pierde afuera contra el
palo derecho.
La segunda
a los 13´ con una jugada por derecha (flanco más débil de la marca aurinegra
donde Rojas hoy no pudo), el pase atrás por bajo y el remate de frente de Erick
para una notable atajada de Dawson que se arroja hacia atrás a contrapié para
sacar la pelota al córner contra el palo izquierdo.
Una tercera
a los 17´ con otro centro desde la derecha y el cabezazo de Bissoli para otra
impresionante atajada de Dawson con una mano que desvía la pelota que se metía,
pega en el palo izquierdo y sale.
Era solo
cuestión de tiempo. Y el tiempo se cumplió a los 31´ cuando otra vez va por
derecha Nikão, no puede
Rojas y mete el centro al medio para que defina Bissoli de taco con un recurso
impresionante que manda la pelota contra el palo derecho marcando la apertura y
el gol que sería definitivo.
No cabía
otra posibilidad, era cuestión de esperar que el equipo brasileño acertara una
vez y se llevara el partido y así fue.
Peñarol recién
remata al arco a los 42´ con una pelota pasada a la izquierda para la entrada
de Pellistri (que entró en el segundo tiempo) y el remate del juvenil se pierde
muy alto, lejos por encima del travesaño.
Peñarol estuvo 87 minutos sin rematar al arco. Tomando en cuenta ese parámetro, que otra cosa se podía esperar que una derrota?
Peñarol
cayó 1 a 0 y ya en el primer partido comienza a comprometer su chance en la
copa. Preocupante el planteamiento de Forlán que jugó a defenderse y terminó
perdiendo como la mayoría de los equipos que apuestan por esa estrategia. Ahora deberá ganarle al Wilstermann en el CDS y
salir a rescatar algún punto afuera. Pero antes será Danubio el rival
arrastrando el peso de la injusta derrota ante Defensor obra y gracia de la
ineptitud de Fedorczuk y de los cambios equivocados de Forlán.
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