Cada año
resulta una tarea más complicada escribir en esta fecha. Nos parece recordar
que con estas palabras empezamos a escribir el año pasado y mucho nos tememos
que sea el mismo encabezado para el año entrante. ¿Porque qué forma nueva
podemos encontrar de celebrar el aniversario del Club Atlético Peñarol que ya
no hayamos utilizado en años anteriores?
Hemos
apelado a la crónica, al sentimiento, al recuerdo histórico, a la descripción
del Uruguay en tiempos de la fundación del carbonero, hasta nuestra propia historia personal, recordando cada triunfo que vivimos y los que nos contaron. Todo ha sido utilizado ya
para resaltar esta fecha sin igual en nuestro calendario.
Hoy Peñarol
cumple 128 años de vida. 128 años de lucha, de sacrificio, de gloria y de
sinsabores que nos han hecho aún más fuertes. Triunfos increíbles, vueltas
olímpicas inolvidables, goles fantásticos, jugadores exquisitos. Todos los que
hemos podido ver, todos los que vinieron antes de nuestro nacimiento y todos
aquellos que vendrán cuando ya no estemos más. Porque si hay una profecía que
se ha cumplido es la que fuera garabateada por una mano anónima al pie de
nuestra acta de fundación: “serás eterno como el tiempo y florecerás en cada
primavera”.
No sabemos quién
escribió estas palabras y no saberlo las dota de un halo de leyenda. La
historia no registra a quién pertenecía la mano que las escribió, de que mente
iluminada surgió ese pensamiento, pero si sabe con creces como fueron de proféticas.
Un club que
nació de una inspiración modesta; apenas ser el vehículo para la recreación de
un grupo de trabajadores de una empresa de origen inglés enclavada en
Sudamérica. Es prácticamente imposible que esos fundadores pudieran siquiera
imaginar que estaban dando vida a una de las instituciones más gloriosas del
mundo. Una institución que sería más laureada en su país y en el mundo que
cualquiera que se haya fundado en la Inglaterra cuna del fútbol.
Porque ese
club modesto de un grupo de empleados de una empresa, se transformó en el cuadro
del pueblo, la institución más popular de este país. Y también la más laureada,
ganando 52 campeonatos uruguayos. Pero no se quedó ahí. Porque la visión de
nuestros dirigentes los llevó a buscar consagrarse también en América y luego
en el mundo. 5 veces Peñarol alzó el trofeo más importante de este continente y
otras 3 batió a sus rivales de Europa para consagrarse como el mejor del mundo.
Hoy, en un
mundo distinto, donde las autoridades que rigen el futbol cada vez profundizan más
las brechas entre los poderosos económicamente y quienes no lo son, este club
mantiene alta su cabeza, con el orgullo de saber de su origen modesto y también
de su alcurnia de campeón. Hoy a 128 años de su fundación el Club Atlético
Peñarol vive eterno como el tiempo y pasea con orgullo sus colores oro y carbón
como el campeón sudamericano del siglo.
128 años
después de que aquella mano anónima trazara tu destino, tu presente sigue fiel
a ese mandato y consciente de que continuará siendo así en el futuro, cuando
otros hombres tomen el relevo de los que hoy tenemos el orgullo de sentir tus
colores.
En tus 128
años, Peñarol querido, te saludamos una vez más, con la pasión de toda una vida
y el recuerdo de quienes ya no están, pero con quienes compartimos ese amor
inexplicable y eterno. A cada carbonero no es necesario explicarle que
significa este día. Cada uno de nosotros lo sabe y lo asocia a su propia
historia personal de amor, de afectos, de amistades, porque Peñarol es parte de
nuestra familia. Porque de Peñarol eran nuestros padres y son nuestros hijos
para aquellos que los tienen.
Salve
glorioso Peñarol. Continuarás tu camino de lucha y gloria sabiendo que detrás
hay millones de corazones palpitando por ti. Corazones que te aman en la victoria,
pero te adoran aún más en la derrota.
Hoy damos 128 brindis para honrarte. 128 brindis en la dulce copa que la gloria siempre te ha tenido reservada. Salve
glorioso Peñarol en tus primeros 128 años.
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