Nacional ha
decidido reclamar los puntos del pasado clásico en otro gesto que lo
caracteriza. Reclama que el asistente técnico de López, el italiano Michele
Fini, ofició como entrenador sin tener contrato registrado en la AUF, luego de
la expulsión del DT.
Fini estuvo
en el campo durante 3 o 4 minutos después de la expulsión del titular y fue el
propio Peñarol quien lo retiró para evitar suspicacias. Ahora Nacional pretende
argumentar que ese retiro es confesión de delito. Lo que hizo claramente
Peñarol fue retirarlo para evitar cualquier interpretación equivocada que
llevara justamente a esta situación. Mal puede ser tomado como “reconocimiento”
de una infracción sino como la voluntad manifiesta de evitar cualquier señal que
pudiera llevar a una interpretación equivocada en el sentido que se buscaba
sacar alguna ventaja deportiva de la situación. Peñarol retiró a Fini para
dejar expresa su voluntad manifiesta de no contravenir, no una norma que no
existe, sino el espíritu de la norma existente. Parece que no fue suficiente y que,
aun así, algunos necios no lo entendieron.
El argumento
tricolor no resiste el menor análisis. De ser dado por válido, el propio
Nacional estaría en infracción, puesto que fueron expulsados el técnico Medina
y el ayudante Machado. De ser válido el argumento de Nacional, nadie podría haber
dado indicaciones técnicas desde su banco. Aceptar este argumento lleva al
absurdo que tendrían que tener contrato registrado como ayudantes no solo quien
hace las veces de tal, sino cualquier otra persona que estuviera en el banco de
suplentes. El médico, el kinesiólogo, el utilero y hasta los propios suplentes.
Porque de lo contrario, al ser expulsado el técnico, cualquier jugador que
gritara “vamo arriba” a sus compañeros sería considerado ayudante técnico y
como no tiene contrato como tal, perdería los puntos el club. Un argumento de
una puerilidad realmente asombrosa.
Pero por
otra parte hay antecedentes que avalan la posición aurinegra. Fénix reclamó los
puntos ante Rampla porque un ayudante técnico firmó un formulario como
asistente técnico estando suspendido el DT titular y estuvo en el banco en ese
partido. Es el mismo caso donde alguien que no tiene contrato como DT ejerce
una función propia del técnico. Con buen criterio, el tribunal falló a favor de
Rampla y desestimó el reclamo.
Pero además
Nacional dice que en la final del año pasado donde el ayudante técnico de
Defensor entró al vestuario antes del juego estando suspendido, Peñarol hubiera
reclamado los puntos. Y es verdad, pero la clave de esa situación es que dicho
ayudante estaba suspendido por haber sido expulsado en el encuentro anterior.
Acá Fini no estaba suspendido, ni siquiera López estaba suspendido, sino
expulsado del juego en cuestión.
Pero por si
esto fuera poco, Peñarol ya había consultado a la comisión de reglamento para
un caso como este y la respuesta fue que cuando el DT es expulsado se
RECOMENDABA (no se obligaba) que se retirara el ayudante que no tenía contrato.
Pero además de ser solo una recomendación, la comisión deja establecido que en
caso de que no se retire, no existe sanción establecida en el código, ni para
el club ni para el propio asistente.
Es un
principio general de derecho que no existe sanción sin ley que la establezca y
las sanciones no pueden aplicarse por analogía. No es aplicable a los ayudantes
técnicos una sanción que no existe en el reglamento y no puede aplicárseles infiriendo
por analogía que les corresponde porque si existe para los técnicos.
Dado lo
expuesto, no dudamos que el tribunal descartará por improcedente este
trasnochado reclamo del Club Nacional de Footbal que busca recuperar en los
tribunales, lo que ha perdido en la cancha. Es evidente que esta maniobra busca
paliar las responsabilidades de una mala gestión deportiva y dirigencial del
tradicional adversario que se ve agravada porque en los últimos tres
campeonatos oficiales disputados, la vuelta olímpica la dio Peñarol.
Entendemos
que lo hagan, porque es evidente la insatisfacción de sus parciales con esta gestión,
pero además es coherente con lo que ha sido la historia del Club Nacional de
Footbal.
Ese es un
tema mucho más profundo. El club Nacional de Footbal se fundó (no se sabe cuándo
puesto que no tienen acta fundacional) para contrarrestar la influencia de equipos
fundados por colectividades extranjeras (léase Peñarol). Su génesis no está
determinada para competir y conseguir títulos, sino para contrarrestar a otros
equipos (y ese otro no es más que Peñarol que ya se imponía como fuerza
dominante de nuestro fútbol). Esto es reconocido y hasta con orgullo por sus
propios parciales. No lo decimos nosotros, lo dicen ellos.
De esta
manera, ya su sino queda determinado por el propósito manifiesto de su
creación. Esto es, ir en contra de los demás y no a favor de sí mismo. Y ese propósito
ha quedado adherido a su naturaleza de tal manera que ha determinado toda su
actuación posterior.
Es así que en
lugar de cimentar su historia, se han preocupado más y puesto más empeño en discutir
la fundación de Peñarol, su carácter de decano del futbol uruguayo, los
campeonatos conseguidos por Peñarol (hasta negando campeonatos reconocidos por
la propia AUF en su refundación luego del laudo Serrato), su carácter de equipo
más popular de este país (cosa no solo reconocible a simple vista sino
ratificada por cuanta encuesta se ha realizado sobre el tema) y hasta a negarse
a compartir una tribuna, prefiriendo que su parte quede vacía antes que aceptar
la evidente desproporción de convocatoria, claramente favorable al aurinegro. Hasta
pretenden negar el reconocimiento de la IFFHS a Peñarol como campeón
sudamericano del siglo XX. Esta manía de ir en contra los ha llevado a absurdos
tan enormes como intentar agrandar una canchita para convertirla en un estadio
y contraer deudas que ahora los han puesto en aprietos para poder cumplir.
Esto
también los ha llevado a arrogarse “distinciones” que no les corresponden para
intentar conseguir algo más de grandeza. Hablar de que crearon la camiseta
celeste, cuando en realidad la celeste se utilizó por primera vez para
homenajear un triunfo del viejo River Plate (que no es el mismo que el actual)
ante el Alumni argentino y la propuesta la hizo un dirigente de Wanderers. Nacional
nada tuvo que ver en eso.
Por esa misma razón se han autodenominado "rey de copas" contabilizado como copas internacionales oficiales, aquellas copas amistosas que se disputaban en el Río de la Plata a pincipios del sigo pasado (Cousenier, Chevallier Button, Lipton etc) y que muchas veces eran patrocinadas por alguna marca comercial. Incluso se adjudican como propias algunas de estas copas (al menos 3) cuando no fueron definidas y quedaron sin concluir. Tan lejos han ido en esa pretensión que hasta la propia CONMEBOL tuvo que hacer público que esas copas carecen de valor oficial y solamente valen como amistosas. Peñarol tiene unas cuantas de esas ganadas y nunca se le ha ocurrido a nadie querer equipararlas en valor a una Libertadores por ejemplo.
Así también
sostienen que el Parque Central está en el terreno donde se asentaba la Quinta
de la Paraguaya, donde se celebró el congreso de 1813 que eligió a Artigas como
jefe de los orientales. Sin embargo, destacados historiadores han demostrado
que no era en ese lugar sino sobre la intersección de las actuales calles
Garibaldi y 8 de octubre. Tanto es así, que la intendencia de Montevideo colocó
un monolito conmemorativo en ese lugar. Para que la quinta llegara hasta donde
está el Parque Central ya no deberíamos hablar de quinta sino de Estancia de la
Paraguaya.
Siguiendo
con Artigas, sostienen que llevan los colores por la bandera artiguista, cuando
en realidad los colores de la camiseta de Nacional son producto de la fusión de
los clubes que se unieron para fundarlo.
Esta
búsqueda desesperada de gloria los ha llevado al despropósito de instalar una
estatua de Carlos Gardel en el Parque Central, contradiciendo al propio Gardel
que se había declarado hincha de Racing en Argentina y de Peñarol en Uruguay
por ser los equipos más populares. Para más datos, Gardel estuvo presente en el
encuentro del 18 de julio de 1926 entre Peñarol y el Deportivo Español de
Barcelona cuando el “maestro” Piendibene venció al “divino” Zamora. Se jugó en
el Parque Central, es verdad, pero quien jugó fue Peñarol. Es más, en la época,
el Parque Central no pertenecía aún al Club Nacional de Footbal.
Pero hay más
perlitas para este collar del absurdo. El primer gol de los campeonatos del
mundo lo convirtió el francés Lucien Laurent contra México a los 19´ del juego
en el estadio de Pocitos, el estadio de Peñarol. Esto ha sido reconocido por la
Fifa, que hasta ha colocado una plaqueta en el lugar donde se encontraba el arco
del desaparecido estadio. Sin embargo, partidarios de Nacional han llegado a
sostener que en realidad el primer gol se convirtió en el Parque Central porque
el partido empezó antes de horario. Como siempre, una justificación absurda
intentando interpretar los hechos para sostener sus delirantes teorías.
Esa búsqueda
de grandeza los ha llevado a páginas verdaderamente grotescas. Nacional tiene
como un ídolo legendario a Abdón Porte, hasta el punto de que una de las
tribunas del Parque Central lleva su nombre. La historia “oficial” es que Porte
en el final de su carrera no soportó no poder continuar defendiendo la camiseta
de Nacional y decidió suicidarse de un disparo en el campo de juego y dejó un
poema para el presidente declarando su amor eterno a la enseña tricolor. Esto
ya sería preocupante de por sí de reverencial a alguien que optó por el camino
del suicidio. Pero, además pese a lo romántico de la historia, investigaciones más
actuales parecen demostrar que Abdón Porte se suicidó fuera del Parque Central,
tenía 24 años y por tanto mal podría estar en el final de su carrera, había
festejado con sus compañeros el día anterior un triunfo deportivo del tricolor
y además apenas sabía escribir como para dejar un poema. En cambio, el presidente
de Nacional de la época, José María Delgado, si era una pluma reconocida por su
habilidad.
Todos estos
hechos a los que hacemos mención y que no son más que un recuento que termina
resultado hasta ridículo, dan muestra cabal de la idiosincrasia que ha marcado
al Club Nacional de Footbal a lo largo de su historia. Desde su propio
nacimiento no han hecho otra cosa que vivir a contra-reacción de Peñarol. Eso
los ha llevado a ese complejo que los empequeñece hasta el punto de
convertirlos en enanos. Este absurdo reclamo de puntos no es otra cosa que otra
expresión de ese complejo centenario que los aqueja.
Desde la
época del amateurismo marrón cuando ofrecían sueldos a los jugadores de Peñarol
estando prohibido, para que se fueran a sus filas, hasta la época del 40 cuando
compraban campeonatos en una peluquería, la ética y la dignidad no han sido precisamente
marcadores de la “cultura nacional”. Este
reclamo no los pone colorados con semejante historia detrás.
Hay que ser
comprensivos y entender ese complejo. No es fácil para sus simpatizantes y
dirigentes vivir a la sombra de Peñarol y corriendo detrás de sus logros. Si
Nacional hubiera nacido en cualquier otro país de la región y tuviera los
títulos que tiene, sería sin dudas el equipo más grande de ese país. Pero en
Uruguay nadie tiene más títulos locales e internacionales ni nadie tiene más
hinchada que Peñarol. Seguramente les resulta difícil aceptar que, de haber
nacido en cualquier otro país, serían los más grandes y los más populares, pero
tuvieron la mala suerte de nacer en el país de Peñarol.