Peñarol
volvía al Campeón del Siglo con la misión de vencer a Progreso y confirmar el
campeonato clausura y el pase a las finales y también poner algo de presión
sobre el rival de siempre por la tabla anual.
Otra vez un
aurinegro con bajas importantes como la de su capitán Cristian “cebolla”
Rodríguez (quien seguramente tampoco estará ante Defensor y al que se busca
tener en buenas condiciones para las finales) y le goleador Gabriel “toro” Fernández.
Dos bajas trascendentes porque además son los dos jugadores que han convertido
más tantos en todo el semestre. Para suplantarlos, dos jugadores que no estaban
al 100%: Walter “mota” Gargano, titular después de 7 meses de inactividad y con
solo unos minutos jugados ante Nacional y Lucas Viatri, quien no empezó jugando
el clásico y no entrenó con normalidad en la semana. A eso sumó la presencia
del lolo Estoyanoff en lugar de Agustín Canobbio.
Enfrente un
Progreso que nos había amargado la tarde la última vez que nos enfrentamos (aún
con Ramos como técnico) ganándonos 4 a 3. Una institución actualmente llena de
ex aurinegros como su técnico Marcelo Méndez, ex zaguero mirasol. Con tres ex
carboneros como titulares: Viega, Asconeguy y Nicolás Freitas, hermano de
Gonzalo, actual jugador aurinegro que hoy no estuvo ni en el banco. Una
institución que es presidida además por Fabián Canobbio (sin parentesco con
Agustín), otro que supo ponerse la amarilla y negra y ser campeón con Peñarol
en 2003.
Peñarol
arrancó con todo y ya en los dos primeros minutos tuvo dos chances para anotar.
Al minuto el centro de Estoyanoff desde la izquierda y el cabezazo forzado de Núñez
que se pierde lejos contra el palo derecho.
Un minuto
después es Núñez el que va hasta el fondo como puntero derecho, mete el pase
atrás y el remate de Estoyanoff dentro del área lo controla el arquero Fuentes
bien parado contra su palo izquierdo.
Pero
Peñarol se quedó después de esos primeros minutos y Progreso se fue sintiendo
más cómodo, aunque no generó casi nada. Apenas si a los 17´ una incursión por
izquierda donde entra solo Millacet (no estaba Busquets en su puesto) y saca el
remate cruzado que se pierde ancho contra el palo izquierdo.
El
aurinegro vuelve a tomar la iniciativa y a los 20´ un centro al área de
Busquets desde la derecha y el cabezazo de Viatri que el arquero consigue
rechazar al córner con el cuerpo contra el palo izquierdo.
Un minuto
después, un córner desde la derecha y el cabezazo de Carlos Rodríguez que se
metía y lo saca Asconeguy sobre la línea cuando estaba vencido el arquero.
Sobre los
24´ un notable cruce de Gargano de izquierda a derecha para que gane Giovanni
González en velocidad, se meta en el área y saque el remate fuerte que consigue
rechazar otra vez Fuentes con el cuerpo y termina alejando el peligro la
defensa.
Otra más
sobre los 32´ con una pelota que recibe Núñez fuera del área, de espaldas al
arco. Gira y saca el remate fuerte que hace que Fuentes vuele para sacar al
córner contra el palo izquierdo.
La última
sobre el cierre del primer tiempo. Otro córner desde la izquierda, cabezazo de
Guzmán Pereira y por el segundo palo cruza el remate Formiliano que se pierde
afuera contra la base del palo derecho.
Fue más
Peñarol en el primer tiempo, pero al igual que contra Rampla, no consiguió
convertir y dejaba esa sensación de incertidumbre para el segundo tiempo.
Y en el
segundo tiempo Peñarol fue y fue, como corresponde a un equipo grande, como
demanda su historia y se expuso porque parecía que hoy no quería entrar.
Sin embargo,
arrancó mejor el gaucho. Ya a los 2´ una jugada entreverada en el área
aurinegra, la defensa que no alcanza a despejar y la pelota le queda a Millacet
que saca el remate que se va arriba del horizontal.
Otra más a
los 8´ cuando falla en el cierre Formiliano marcando por izquierda, la meten al
medio, a Dawson se le escapa de las manos y la defensa consigue despejar al
córner cuando estaba el arco libre.
Y una
tercera a los 12´ luego de un centro por izquierda y el cabezazo de Colman que
le sale muy débil y contiene Dawson sin problemas.
Era un
comienzo complicado con un Peñarol que tenía que ganar y se exponía a recibir
el golpe de gracia. Para peor se lesiona Busquets que estaba jugando un buen
partido y al que seguramente perderemos para el partido con Defensor.
La primera
del segundo tiempo para el carbonero fue a los 13´ con un centro de Lucas desde
la izquierda y Lores (que había entrado por Busquets) se arroja hacia adelante
para tocar la pelota y se va apenas ancha contra el palo izquierdo.
Otra vez a
los 18´ un toque largo para el ingreso de Núñez por izquierda, engancha dentro
del área para hacer pasar al marcador y cuando saca el remate, lo ahoga el
arquero Fuentes que consigue rechazar la pelota.
Pudo ser a
los 20´ luego de un centro de Estoyanoff desde la derecha y el cabezazo de
Lores en palomita en el primer palo para cruzarla y la impresionante atajada de
Fuentes hacia atrás con una mano para sacar una pelota imposible y mantener el
cero en su arco.
A los 32´
otra vez debió venir el gol aurinegro. Una
jugada por derecha, el toque al medio para Guzmán Pereira que saca el remate
desde afuera del área, de frente al arco y otra vez rechaza Fuentes y el rebote
lo toma Maxi Rodríguez (que también había ingresado) y la pelota revienta el
palo izquierdo cuando ya se gritaba el gol carbonero. La pelota no quería
entrar.
Y siguió
yendo Peñarol y generando chances. Tuvo tres seguidas, todas por intermedio de
Viatri que quedó más de punta con la entrada de Maxi Rodríguez. La primera a
los 34´ con un centro desde la izquierda y el cabezazo de Viatri de pique al
suelo que se pierde por encima del horizontal.
Un minuto
después, otro centro desde la izquierda y de nuevo cabecea Viatri y Fuentes
contiene arriba contra el palo izquierdo.
La tercera
fue a los 39´. Una jugada por izquierda, el toque atrás de Lores para que
Viatri saque el remate fuerte desde afuera del área y vuelve a volar Fuentes
para mandarla al córner en otra notable atajada.
Pero dos
minutos después, pudo perder Peñarol y quedó demostrada la importancia de tener
un buen arquero en un equipo grande. Porque Peñarol se iba arriba, con ganas,
con fuerza, no con demasiado fútbol, pero haciendo el papel que el partido le
requería y se exponía en el fondo. A los 41´ un centro desde la izquierda de
Millacet y salta solo Labandeira para meter el cabezazo limpio y fuerte que se
metía contra el palo derecho, pero Dawson se arroja con ambas manos para
despejar al córner esa pelota que sepultaba nuestras aspiraciones. La
importancia de esa atajada se vería pocos minutos después.
Otra vez
pudo convertir el aurinegro a los 44´ cuando cae un centro al área desde la
derecha, la pelea Maxi Rodríguez y consigue abrir a la izquierda para Viatri
que saca el remate que se pierde arriba del travesaño.
Y se iba el
partido. Otra vez Peñarol quedaba en la puerta. Volvía a dejar puntos en un
partido que hizo todo para ganar y mereció ganarlo con creces. Se dieron 5´ de
descuento y ya iban 4´, 94´ de juego. Enésimo centro desde la izquierda de
Lucas Hernández, pelea la pelota Marcel Novick (que también había entrado), va
el choque por la pelota y ésta queda sobrando. Aprovecha Maxi Rodríguez que,
con su visión de siempre, la alarga a la derecha para Estoyanoff dentro del área.
El lolo engancha hacia adentro y en lugar de rematar, viendo que tenía al
arquero y dos zagueros tapando el arco, vuelve a abrir al medio para que Maxi
Rodríguez, meta el remate justo para mandarla al fondo del arco de la Cataldi
donde estaba toda la hinchada para desatar el viejo grito sagrado: GOOOOOOOL DE
PEÑAROL!!!
Gol de
Peñarol y clausura en casa. Gol y pasaje a las finales. Gol y a seguir peleando
por la anual mientras todavía haya chance por remota que sea.
Ganó
Peñarol, porque mereció ganar Peñarol. Porque creó no menos de 10 chances de
gol. Porque tiró más de 10 córners. Porque transformó en figura al arquero
rival que tuvo atajadas monumentales. Porque reventó el palo del arco rival o
la sacaron en la línea cuando entraba. Porque el arquero propio salvó una
pelota impresionante, respondiendo cuando tenía que responder. Porque la pelota
caprichosa y voluble no quería entrar.
Peñarol volvió
a ganar en esa forma característica que en este país todo el mundo conoce como “ganar
a lo Peñarol”. Una marca en el orillo de los equipos carboneros de no dar nunca
nada por perdido hasta el último minuto, de luchar, batallar, pelear, empujar,
pero también jugar hasta el último minuto. Una forma única y nuestra que
disfrutamos los hinchas carboneros y sufren los que son de otras tiendas. Esa forma que nos ha transformado en el campeón sudamericano del siglo.
Peñarol
consiguió el primer objetivo que se propuso en el segundo semestre. Ganar el
clausura y asegurarse ir a finales. Ahora luchara por la anual mientras se
pueda. Mérito de los jugadores y del cuerpo técnico que tuvo que soportar
momentos complicados, muchas lesiones y bajas de jugadores que se perdieron por
transferencias en este segundo semestre.
Peñarol es
el campeón del clausura, que nos mete en las finales. Ahora vendrá Defensor en
su cancha y será una batalla como siempre que se enfrenta a los violetas. Pero
pase lo que pase, Peñarol ha forzado finales y dependerá de si mismo para
revalidar su título de campeón uruguayo.
Ya remató Maximiliano Rodriguez y explota el Campeón del Siglo.
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