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martes, 7 de agosto de 2018

Otra amarga noche.


Peñarol recibía en el Campeón del Siglo al Atlético Paranaense por la revancha de la copa Sudamericana y entraba perdiendo 2 a 0, porque hipotecó su chance hace 15 días cuando no aprovecho que su arquero atajo un penal y tenía un hombre demás y ese mismo arquero cometió un error que nos costó un gol y el toro Fernández se hizo echar y termino cayendo por dos goles. Tenía que hacer 2 goles para ir a penales, 3 para pasar y no recibir ninguno.

Prácticamente imposible. Porque en los últimos años Peñarol nunca ha logrado remontar estas instancias cuando vino mal herido desde el exterior. También porque no es fácil nunca golear a un equipo brasileño, aunque sea como este que pelea el descenso en su país. Pero además porque no había nada que nos hiciera pensar que este equipo podría remontar esa diferencia.

Y para esa titánica tarea, por primera vez López repetía el equipo, mandando a los mismos 11 que arrancaron contra Wanderers el sábado. Desechando la posibilidad de Maxi Rodríguez como media punta y el cebolla como doble cinco, para darle más llegada al equipo, como era de esperar. El técnico se jugó por mantener a Freitas en el medio.

Y hasta que la primera fue para Peñarol temprano en el partido, a los 2´ cuando un centro desde la derecha de Estoyanoff lo despeja a la defensa y lo toma Freitas que saca el zapatazo de primera que se clavaba contra el palo derecho, pero vuela el arquero Santos para rechazar la pelota en notable atajada.

Y si alguien tenía una pequeña esperanza (no éramos nosotros precisamente) ésta se murió a los 6´ cuando luego de un tiro libre desde la izquierda en forma de centro, se para mal toda la zaga aurinegra y permite que Leo Pereira toque la pelota de cachetada para ponerla contra el palo izquierdo marcando el 1 a 0 que obligaba a Peñarol a hacer 4 goles. Ya ni al más fanático de los hinchas aurinegros le pudo quedar la mínima esperanza.

De ahí en más, el Paranaense manejo la pelota, la toco con precisión y velocidad y Peñarol no la agarró nunca.

Pudo marcar el segundo a los 16´ cuando la zaga aurinegra rechaza un centro desde la izquierda y le queda a Pablo que saca el remate que contiene bien Dawson parado en medio del arco.

Peñarol tuvo una a los 21´ con un remate desde afuera del área del cebolla Rodríguez que contiene bien Santos.

A partir de los 30´ se aburrió el visitante, le dejó la pelota a Peñarol que atacó como mal supo y pudo y generó alguna chance.

A los 33´ un remate de Rojo dentro del área desde la izquierda que contiene bien nuevamente Santos.

La más clara a los 34´. Córner desde la derecha y cabezazo de Freitas, esquinado, a media altura, contra el palo derecho que otra vez se metía y de nuevo es rechazada por Santos en notable atajada.

La última del primer tiempo fue a los 41´ con un envío de Rojo desde la izquierda y el cabezazo del cebolla Rodríguez que le sale muy al medio y no genera problemas para que atrape el arquero.

Un primer tiempo donde Peñarol fue claramente superado y careció completamente de ideas para convertir. Apenas tuvo dos chances claras, ambas de Freitas y ahí apareció el arquero Santos con dos atajadas fantásticas.

Y si el primer tiempo fue un sufrimiento, el segundo sería un suplicio. Sale lesionado Giovanni González (que no es lateral y ya quedo demostrado en el horror que se mandó antes del primer gol de Paranaense en Curitiba) y lo suplantó Franco Martínez que tampoco es lateral. Y uno se pregunta cómo demonios puede ser que Peñarol, que no tiene lateral derecho, haya dejado ir a Petryk que mostro ser un buen lateral cuando le dieron chance?. Es increíble, los continuos errores de este tipo que comete la institución.

El Paranaense salió igual que en el primer tiempo, pero en este segundo fue más contundente y ya pudo marcar a los 4´ con una jugada por izquierda de Renan Lodi, va hacia el medio, se va de tres y toca de nuevo a la izquierda donde entraba solo Pablo que define y Dawson consigue atorarlo para despejar con el cuerpo y salvar su arco.

Pero una jugada parecida a los 6´ (igual que en el primer tiempo) por izquierda la arma Pablo que pone toque sutil para dejar solo dentro del área a Marcinho, que toca suave para que la pelota pase por debajo del cuerpo de Dawson marcado el 2 a 0 ya lapidario.

Otra vez a los 15´ por izquierda y el centro que cabecea solo Rafael en medio del área pero levanta la pelota por encima del horizontal.

Un minuto después el gol del honor mirasol (ni eso nos queda hoy). Un centro de Lucas Hernández desde la izquierda, llovido al área brasileña, Viatri que se esfuerza para bajarla y toca atrás para que el Cebolla Rodríguez saque el zapatazo en el aire sin dejar que caiga la pelota y la clava contra la base del palo derecho. 1 a 2.

Y todavía pudo empatar el mirasol porque a los 18´ un córner desde la izquierda y cabecea solo el cebolla Rodríguez, cruzado, a media altura y la pelota se va apenas ancha contra el vertical derecho.

Pero se liquida a los 22´ con una jugada por derecha, desborde de Marcinho, toque al área para Pablo que recibe, para y toca atrás (tiempo para todo eso tuvo) para el remate de Nikão que la clava contra el palo izquierdo de Dawson. 3 a 1 y habría más.

Sobre los 37´ luego de un despeje en el área visitante, la chilena de Carlos Rodríguez que se pierde afuera contra la base del palo derecho.

Pudo descontar el aurinegro a los 40´ con un tiro libre del cebolla desde la derecha, la pelota rebota y le queda a Lucas Hernández que saca el remate fuerte y el arquero Santos rechaza con el cuerpo en otra notable atajada de un arquero que salvó varias veces su arco.

Ya sobre los 45´ otra vez jugada por derecha, pelota al área, remate de Marcinho, rebote y la pelota le queda a Guimarães dentro del área y remata para mandarla contra el palo izquierdo de Dawson que quedó parado.

Y pudo ser lotería pasada la hora, porque se va Nikão por izquierda, le tiran dos viajes dos jugadores de Peñarol sin poderlo bajar, se va a puro físico y entra al área para sacar el remate que se pierde por encima del horizontal, cuando tenía dos compañeros por el medio.

Peñarol termina goleado, bailado y vapuleado en su propia casa, se come 4 goles en este partido y 6 en el global con un equipo que pelea el descenso en su país. Pero esto se suma a las frustraciones permanentes de los últimos 30 años a nivel internacional (salvo la honrosa final de la Libertadores en 2011 y un par de finales de la extinta copa Conmebol, todas perdidas).

Resulta difícil para alguien que vio a Peñarol ser campeón de América y del Mundo entender (y mucho menos explicar) que es lo que pasa. El Campeón Sudamericano del Siglo XX transita este nuevo siglo entre la frustración, la amargura y la vergüenza que nos invade en el plano internacional cada vez que termina una temporada.

Ahora nos queda solo el campeonato local, donde ya corremos desde atrás con un equipo que no muestra el nivel que pretendemos, al que se le fueron jugadores claves, que tiene menos potencial que a principio de año y un técnico nuevo que necesita tiempo y no lo tiene. 

Hoy nos vamos amargados una vez más y, aun así, sabemos que el fin de semana ante Liverpool volveremos a vibrar con estos colores. Porque somos manyas, porque es parte de nuestra vida, porque mientras tengamos aliento será siempre para este club al que vimos campeón de todo.

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