Peñarol
recibía en el Campeón del Siglo al Atlético Paranaense por la revancha de la
copa Sudamericana y entraba perdiendo 2 a 0, porque hipotecó su chance hace 15
días cuando no aprovecho que su arquero atajo un penal y tenía un hombre demás
y ese mismo arquero cometió un error que nos costó un gol y el toro Fernández
se hizo echar y termino cayendo por dos goles. Tenía que hacer 2 goles para ir
a penales, 3 para pasar y no recibir ninguno.
Prácticamente
imposible. Porque en los últimos años Peñarol nunca ha logrado remontar estas
instancias cuando vino mal herido desde el exterior. También porque no es fácil
nunca golear a un equipo brasileño, aunque sea como este que pelea el descenso
en su país. Pero además porque no había nada que nos hiciera pensar que este
equipo podría remontar esa diferencia.
Y para esa
titánica tarea, por primera vez López repetía el equipo, mandando a los mismos
11 que arrancaron contra Wanderers el sábado. Desechando la posibilidad de Maxi
Rodríguez como media punta y el cebolla como doble cinco, para darle más
llegada al equipo, como era de esperar. El técnico se jugó por mantener a
Freitas en el medio.
Y hasta que
la primera fue para Peñarol temprano en el partido, a los 2´ cuando un centro
desde la derecha de Estoyanoff lo despeja a la defensa y lo toma Freitas que
saca el zapatazo de primera que se clavaba contra el palo derecho, pero vuela
el arquero Santos para rechazar la pelota en notable atajada.
Y si
alguien tenía una pequeña esperanza (no éramos nosotros precisamente) ésta se murió
a los 6´ cuando luego de un tiro libre desde la izquierda en forma de centro,
se para mal toda la zaga aurinegra y permite que Leo Pereira toque la pelota de
cachetada para ponerla contra el palo izquierdo marcando el 1 a 0 que obligaba
a Peñarol a hacer 4 goles. Ya ni al más fanático de los hinchas aurinegros le
pudo quedar la mínima esperanza.
De ahí en más,
el Paranaense manejo la pelota, la toco con precisión y velocidad y Peñarol no
la agarró nunca.
Pudo marcar
el segundo a los 16´ cuando la zaga aurinegra rechaza un centro desde la
izquierda y le queda a Pablo que saca el remate que contiene bien Dawson parado
en medio del arco.
Peñarol
tuvo una a los 21´ con un remate desde afuera del área del cebolla Rodríguez
que contiene bien Santos.
A partir de
los 30´ se aburrió el visitante, le dejó la pelota a Peñarol que atacó como mal
supo y pudo y generó alguna chance.
A los 33´
un remate de Rojo dentro del área desde la izquierda que contiene bien
nuevamente Santos.
La más
clara a los 34´. Córner desde la derecha
y cabezazo de Freitas, esquinado, a media altura, contra el palo derecho que
otra vez se metía y de nuevo es rechazada por Santos en notable atajada.
La última
del primer tiempo fue a los 41´ con un envío de Rojo desde la izquierda y el
cabezazo del cebolla Rodríguez que le sale muy al medio y no genera problemas
para que atrape el arquero.
Un primer
tiempo donde Peñarol fue claramente superado y careció completamente de ideas
para convertir. Apenas tuvo dos chances claras, ambas de Freitas y ahí apareció
el arquero Santos con dos atajadas fantásticas.
Y si el
primer tiempo fue un sufrimiento, el segundo sería un suplicio. Sale lesionado
Giovanni González (que no es lateral y ya quedo demostrado en el horror que se
mandó antes del primer gol de Paranaense en Curitiba) y lo suplantó Franco
Martínez que tampoco es lateral. Y uno se pregunta cómo demonios puede ser que
Peñarol, que no tiene lateral derecho, haya dejado ir a Petryk que mostro ser
un buen lateral cuando le dieron chance?. Es increíble, los continuos errores
de este tipo que comete la institución.
El Paranaense
salió igual que en el primer tiempo, pero en este segundo fue más contundente y
ya pudo marcar a los 4´ con una jugada por izquierda de Renan Lodi, va hacia el
medio, se va de tres y toca de nuevo a la izquierda donde entraba solo Pablo
que define y Dawson consigue atorarlo para despejar con el cuerpo y salvar su
arco.
Pero una
jugada parecida a los 6´ (igual que en el primer tiempo) por izquierda la arma
Pablo que pone toque sutil para dejar solo dentro del área a Marcinho, que toca
suave para que la pelota pase por debajo del cuerpo de Dawson marcado el 2 a 0
ya lapidario.
Otra vez a
los 15´ por izquierda y el centro que cabecea solo Rafael en medio del área
pero levanta la pelota por encima del horizontal.
Un minuto
después el gol del honor mirasol (ni eso nos queda hoy). Un centro de Lucas Hernández desde la izquierda, llovido al área brasileña, Viatri que se
esfuerza para bajarla y toca atrás para que el Cebolla Rodríguez saque el
zapatazo en el aire sin dejar que caiga la pelota y la clava contra la base del
palo derecho. 1 a 2.
Y todavía
pudo empatar el mirasol porque a los 18´ un córner desde la izquierda y cabecea
solo el cebolla Rodríguez, cruzado, a media altura y la pelota se va apenas ancha
contra el vertical derecho.
Pero se
liquida a los 22´ con una jugada por derecha, desborde de Marcinho, toque al
área para Pablo que recibe, para y toca atrás (tiempo para todo eso tuvo) para
el remate de Nikão que la clava
contra el palo izquierdo de Dawson. 3 a 1 y habría más.
Sobre los
37´ luego de un despeje en el área visitante, la chilena de Carlos Rodríguez que
se pierde afuera contra la base del palo derecho.
Pudo
descontar el aurinegro a los 40´ con un tiro libre del cebolla desde la
derecha, la pelota rebota y le queda a Lucas Hernández que saca el remate
fuerte y el arquero Santos rechaza con el cuerpo en otra notable atajada de un
arquero que salvó varias veces su arco.
Ya sobre
los 45´ otra vez jugada por derecha, pelota al área, remate de Marcinho, rebote
y la pelota le queda a Guimarães dentro del área y remata para mandarla contra el palo izquierdo de
Dawson que quedó parado.
Y pudo ser lotería
pasada la hora, porque se va Nikão por izquierda, le tiran dos viajes dos jugadores de Peñarol sin
poderlo bajar, se va a puro físico y entra al área para sacar el remate que se
pierde por encima del horizontal, cuando tenía dos compañeros por el medio.
Peñarol termina
goleado, bailado y vapuleado en su propia casa, se come 4 goles en este partido
y 6 en el global con un equipo que pelea el descenso en su país. Pero esto se
suma a las frustraciones permanentes de los últimos 30 años a nivel
internacional (salvo la honrosa final de la Libertadores en 2011 y un par de
finales de la extinta copa Conmebol, todas perdidas).
Resulta difícil
para alguien que vio a Peñarol ser campeón de América y del Mundo entender (y
mucho menos explicar) que es lo que pasa. El Campeón Sudamericano del Siglo XX
transita este nuevo siglo entre la frustración, la amargura y la vergüenza que
nos invade en el plano internacional cada vez que termina una temporada.
Ahora nos
queda solo el campeonato local, donde ya corremos desde atrás con un equipo que
no muestra el nivel que pretendemos, al que se le fueron jugadores claves, que tiene menos potencial que a principio de año y un técnico nuevo que necesita tiempo y no lo
tiene.
Hoy nos vamos amargados una vez más y, aun así, sabemos que el fin de
semana ante Liverpool volveremos a vibrar con estos colores. Porque somos
manyas, porque es parte de nuestra vida, porque mientras tengamos aliento será
siempre para este club al que vimos campeón de todo.
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