Peñarol
y Ramos en particular, se jugaban mucho en este clásico, de eso no hay dudas.
Pero más allá de la manija de la prensa, quien más necesitado estaba del
triunfo era del tradicional rival, porque de no obtenerla, quedaba atrás en la
tabla del clausura y en la anual. Y más allá de las “rachas” lo importante es
la estrategia del campeonato y ser inteligente a la hora de planear la hoja de
ruta del torneo.
Ramos
eligió colocar un equipo ultra ofensivo, quitando a Guzmán Pereira de medio, el
único volante con vocación de marca, para armar un doble cinco con el cebolla
Rodríguez y Gargano, con Estoyanoff y Rossi como volantes externos y Maxi
Rodríguez como enlace para abastecer a Viatri en función de centro delantero.
Poca
marca en el medio para una zona donde en Nacional estaban Porras, Álvaro González
y Sebastián Rodríguez. De quien prevaleciera, si el buen pie de Peñarol o la
marca de Nacional, iba depender gran parte del resultado del partido.
Enfrente
un rival que tiene mejor equipo que el nuestro y no hay que temer reconocerlo.
Es un equipo que ha venido trabajando junto desde hace dos temporadas y más allá
de que perdió algunas piezas, tiene muchísimo más tiempo de trabajo que un
Peñarol para quien el cambio ha sido constante y recién ahora parece ir
estabilizando una formación titular.
Con la precaución
del arbitraje de Ferreyra de pésimo recuerdo para los hinchas aurinegros
convalidando un gol con la mano de Sebastián Rodríguez sobre el cierre de
partido e inventado una falta del hormiga Valdez pasada la hora que terminó en
gol en una de las injusticias más recordadas por los carboneros (y eso que han
sido unas cuantas en los últimos años). A eso hay que sumar algún otro partido
donde el tradicional adversario fue favorecido por este árbitro.
Arrancó
mejor el tricolor y tuvo un par de chances en los primeros minutos. Ya a los 5´
se va Aguirre por izquierda con sombrero incluido, va hasta el fondo, mete la
pelota al medio y llega solo por el medio Sebastián Fernández pero le pega muy
de abajo y la manda lejos por encima del horizontal.
Un
minuto después un remate desde afuera del área de Sebastián Rodríguez que pasa también
arriba del travesaño.
Peñarol
mejoraba después de los 15´ pero a los 19´ otra vez se le queman los papeles a
Ferreyra como siempre, en contra del aurinegro. Un centro desde la izquierda del
lolo, toque de Maxi Rodríguez y salta con la mano Espino dentro del área. Penal
claro, evidente, notorio, pero Ferreyra no cobra nada. Parece que para él, los
jugadores de Nacional pueden jugar con la mano en los clásicos y no pasa nada.
Para
peor a los 32´ cobra una falta que no es y amonesta mal a Arias que saca la
pelota y quedan discutiendo Polenta y Estoyanoff por una jugada anterior y son
expulsados ambos. De las expulsiones poco podemos decir, no sabemos que se
dijeron los jugadores, pero Arias es amonestado por una jugada donde ni siquiera
comete falta sino que despeja bien la pelota.
El
primer tiempo se fue sin que Peñarol haya rematado al arco pero de nuevo
perjudicado con un clarísimo penal no sancionado. Seguimos sin entender qué es
lo que hace la delegación de Peñarol en la AUF donde nos siguen poniendo
árbitros que permanentemente nos perjudican y nos cercenan posibilidades
legítimas.
En el
segundo tiempo mejoró Peñarol tal como ha sucedido en todos los partidos de
este campeonato. Desde los primeros minutos se mostró más ofensivo y volcó el
juego sobre el campo tricolor que quedó jugado a una opción de contragolpe (y
tuvo las suyas).
Ya al
minuto de juego una pelota al área, toca Viatri de cabeza, cabecea también Rossi
y la pelota le queda a Maxi Rodríguez que toca la pelota y se pierde apenas
afuera contra el palo derecho.
Un
minuto después sube Varela por izquierda, se mete al medio y saca el zapatazo
que se pierde apenas afuera contra el palo derecho de Conde que volaba pero no
llegaba.
Sobre
los 9´ tuvo Nacional una de esas claras de contragolpe que esperaba. Se va en
velocidad Viudez, entra por izquierda, mete al medio y una pelota entreverada que
consigue tocar de taco Aguirre hacia el arco, supera a Dawson y Arias hace un
impresionante esfuerzo para despejar sobre la línea. Una jugada que vale como
un gol.
A los
13´ un tiro libre frontal de Hernández y cabecea Viatri y la pelota pasa apenas
afuera contra el palo izquierdo de Conde que no llegaba.
Sobre
los 17´ otro centro al área tricolor, el despeje de la defensa y de primera
Maxi Rodríguez saca el remate que se pierde apenas afuera contra el palo
izquierdo.
Peñarol
era más y merecía ponerse en ventaja pero quedaba expuesto a un acierto rival
en contra y casi se da a los 19´ cuando
avanza Viudez por el medio y saca el remate que pega en la base del palo
izquierdo de Dawson que quedaba parado. Pudo ser para Nacional y por fortuna,
no fue.
A los
22´ otro tiro libre frontal de Hernández en forma de centro y quien gana de
cabeza es el cachila Arias y otra vez la pelota se va apenas afuera contra el
palo izquierdo.
La
jugada capital se da a los 27´. Un centro desde la izquierda, lucha la pelota
Gastón Rodríguez que había ingresado, toca atrás para Viatri que intenta y la
pelota deriva para Maximiliano Rodríguez que saca el remate que pega en la mano
de Rogel. Penal que esta vez no pudo dejar de cobrar Ferreyra pero no expulsó a
Rogel por segunda amarilla como era de orden.
El
penal lo remata el cebolla Rodríguez, fuerte, arriba, inclinado sobre el palo
derecho y supera la estirada de Conde que se tira bien pero no puede detener la
pelota. Peñarol 1 a 0 y era justo con el trámite a pesar de que las dos más claras
las tuvo Nacional.
De ahí
en más siguió siendo superior el carbonero. Cerró filas, tuvo la pelota, la
hizo correr, jugó con la desesperación del rival e intentó aprovechar alguna
oportunidad.
Esa
oportunidad llegó a los 39´ cuando sale Guzmán por el medio, la manda a la
derecha para la subida de Corujo que también había entrado y el chiche mete el
centro bajo al medio, la pelota supera a Conde y cuando llegaba por el segundo
palo Gastón Rodríguez, se arroja Rogel para cerrar y termina metiendo la pelota
en el arco. Justicia poética para un jugador que debió ser expulsado y siguió
en el campo para hacerse un gol en contra.
Ganó
Peñarol y se sacó una espina grande. No hay que tener temor de decirlo. Fue una
victoria muy importante. Era un encuentro que se debía ganar para conjurar
todos los fantasmas y además se ganó siendo perjudicados una vez más por el arbitraje.
Hoy que es un día de triunfo, de festejo, de descargar el grito contenido hay
que decirlo más fuerte que nunca: Peñarol fue perjudicado por un arbitraje
clásico, otra vez.
En la
semana, buena parte de los medios se pasaron remarcando cuántos jugadores de
Nacional no conocían la derrota clásica. Hoy los jugadores de Peñarol se la
acaban de presentar.
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