Mañana
comienza el clausura, un campeonato donde Peñarol debe lograr básicamente tres
objetivos: VENCER, VENCER Y VENCER! Porque no queda otra opción. A esta altura,
la tabla anual aparece como algo utópico, no solo por la distancia que le han
sacado los rivales, sino porque el juego de este equipo no hace presagiar que
Peñarol pueda ganar tantos puntos más que el resto como para descontar esa
ventaja. La única chance será ser campeón del clausura y forzar finales a las
que además, iremos en desventaja.
Se
arranca el campeonato en la peor situación posible. Con un técnico que sabe que
está a una derrota de perder su cargo. Con un equipo que no encuentra su patrón
de juego. Que no genera futbol, que no convierte goles, que no es firme en
defensa y que además ha perdido su alma con la venta de su capitán. Han llegado
jugadores de “experiencia” pero ninguno tiene el carácter y el temple que tenía
su joven capitán. Ninguno aparece con la capacidad de ponerse “el equipo al hombro”
y sacarlo de las difíciles, excepción quizás del cebolla Rodríguez que aparece
como el único candidato posible para esa función.
El
descalabro institucional sería motivo de otro comentario pero se nota
claramente en las idas y vueltas de unos dirigentes que deciden mantener al
técnico un martes para querer echarlo un jueves. Un síntoma obvio del desequilibrio
emocional que ha ganado a nuestros dirigentes y que parece más propio de las
tribunas que de un cuerpo dirigencial.
Se
apostó por un equipo joven con las mejores figuras del campeonato local y lo
mejor de nuestras formativas y se eliminó a la mayoría de los jugadores mayores
de 30 años. Ahora se toma la decisión contraria y todos los refuerzos son
jugadores de más de 30 años. Se pagó muy buen dinero por jugadores como Dibble
y Urruti para una función donde ahora se recurre el lolo Estoyanoff. Más allá
de si está bien o mal, implica un cambio radical de paradigma, un giro de 360º
que nos hace caminar en una dirección diametralmente opuesta a la que se había
fijado hace apenas 6 meses atrás.
Nunca
fuimos partidarios de Ramos, era Almada
nuestro candidato pero mal podemos avalar volver a cometer el mismo error de
cesar a un técnico cuatro días antes de comenzar un campeonato. Un expediente
que no solo ya hemos transitado sino repetido, con resultado sabido y nada
provechoso. De todos modos, este mantener el técnico para echarlo a la primer
derrota tampoco es saludable. Porque este equipo jugara con un peso extra que hará
que cualquier traspié que sufra durante el trámite de un juego afecte su
estabilidad emocional como hemos visto en más de una ocasión.
Párrafo
aparte merece la salida del capitán. Un pésimo “negocio” para Peñarol que
pierde no solo a su mejor figura (y el mejor jugador que quedaba en Uruguay)
sino que pierde a su alma. Porque Naitan no es solo un gran jugador,
inteligente, dinámico, potente, sino que suma a esas cualidades un temple
propio de los grandes capitanes aurinegros de la historia. Sin dudas el mayor
acierto de Ramos fue darle la capitanía y respaldar a un jugador de condiciones
excepcionales. Peñarol lo vende a un mercado que no es de los más fuertes, en
lugar de venderlo directamente a Europa, pero además lo hace por una cifra
irrisoria que apenas alcanza a cubrir déficits de la institución. Una vez más,
una gestión exclusiva de nuestro presidente que no consulta a nadie para
cerrarla (igual que para la llegada de Ramos como técnico).
Quien
nos lea habitualmente sabe que no hacemos política desde estas páginas. Nos
abstenemos de comentar y fomentar divisiones entre carboneros, pero es imposible
acallar una opinión cuando las cosas se hacen tan mal y perjudican tan
notoriamente al club.
Mañana
comienza el campeonato y como siempre, cuando veamos la camiseta aurinegra en
el campo, nos olvidaremos de todo esto y solo atenderemos a la pasión
irracional que nos exige ver a Peñarol campeón. No será un campeonato sencillo
(cuando lo es para Peñarol?) porque el apremio de saber que no existe el mínimo margen de error, hará que cada
encuentro sea de verdad una final. El rival de mañana aparece como accesible y
es fundamental lograr la tranquilidad del triunfo que nos permita continuar y en
cada encuentro será así hasta el final. Sera motivo de otra nota el comentar
las altas y bajas del equipo para este segundo semestre del año.
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