Peñarol
debutaba en la Libertadores y nadie podía imaginar que lo haría de forma tan
desastrosa.
La idea
de Ramos era mantener el mismo equipo que había goleado a Wanderers pero la sorpresiva
suspensión de Cavallini (que otra vez se volvieron a comer nuestros dirigentes)
obligo a realizar un cambio. Ramos se decidió por el argentino Costa que poco
aportó en los 40´ que estuvo en cancha.
Una
cancha en pésimas condiciones a la que se adaptó mucho mejor el equipo local.
La debacle comenzó a los 6´ y el primer responsable fue el árbitro peruano
Carrillo de defectuoso nivel. Porque en ese minuto corre Ríos por izquierda y
le comete una falta clarísima a Ramón Arias, pero el peruano no cobra nada y
deja seguir la jugada. Ríos se mete en el área y sesgado, saca un remate que se
mete en el arco entre Guruceaga y el palo derecho marcando la apertura que
estaba claramente viciada de nulidad por la falta previa que se devora el
mediocre árbitro peruano.
1 a 0
de visitante, en la altura y con un gol ilícito y Peñarol que nunca encontró la
vuelta. Apenas si respondió a los 8´ con una pelota que gana Junior Arias y
toca para la entrada de Gastón rodríguez por izquierda y saca el remate
sesgado, fuerte pero desviado perdiendo la única chance que tuco el aurinegro
en el primer tiempo. Una jugada muy similar
al viciado gol del equipo boliviano pero con resultado diferente.
Sobre
los 24´ se termina de complicar el partido cuando ingresa por izquierda el
brasileño Thomaz, engancha hacia el área y lo traba Alex Silva derribándolo.
Penal que remate el propio brasileño, pelota al medio, Guruceaga hacia el palo
izquierdo y el partido 2 a 0.
El
tercer ataque del Wilstermann es el tercer gol. Desborde por derecha de
Bergese, mete en centro y Ríos que anticipa a un lento Alex Silva para tocar la
pelota y meterla en el arco en lo que ya era goleada.
Peñarol
fue una sombra, un fantasma en todo ese primer tiempo. Es cierto que el primer
gol viene de una falta que el peruano no cobra, pero no es menos cierto que el
aurinegro nunca hizo pie en el campo y mostro una fragilidad defensiva
asombrosa. Superado en el medio y desbordado por las puntas. Sin peso ofensivo
y con una defensa endeble, el primer tiempo de Peñarol fue un verdadero
desastre.
El
segundo tiempo arranco igual porque al minuto pudo ser el cuarto para el equipo
boliviano cuando sale mal Villalba y se la lleva Thomaz que entra al área con
pelota dominada y define cruzado ante la salida de Guruceaga y la pelota se va
ancha contra el palo derecho.
Peñarol
pega a los 3´ cuando ataca Lucas Hernández por izquierda y mete el centro
notable para la entrada de Gastón Rodríguez por el medio que define ante la
salida del arquero para marcar el descuento.
A los
9´ es expulsado Ríos por una agresión sin pelota contra Alex Silva. Wilstermann
se quedaba con 10 y se abría una puerta para el aurinegro.
A los
13´otro ataque por la izquierda aurinegra termina con un centro al medio, falla
el arquero y Junior Arias no logra definir para meterla en el arco.
Teniendo
en cuenta el hombre de más Ramos saca a Alex Silva para poner a Boselli
buscando abrir la cancha y darle más velocidad al equipo. Pero Boselli se hace
expulsar de la manera más estúpida apenas 4´ después, pegando dos patadones
seguidos contra la banda que le merecieron sendas amarillas bien sacadas.
Sin embargo
sobre los 24´ llega el segundo descuento mirasol obra otra vez de Gastón Rodríguez
que recibe un pase largo por derecha, gana en velocidad a su marcador y define
cruzado ante la salida del arquero poniendo en 2-3.
Pero
fue solo un espejismo porque a los 28´ un tiro libre desde la izquierda por una
falta innecesaria de Dibble, es levantado en forma de centro y cabecea el
capitán Zenteno haciendo que la pelota supere a Guruceaga, bese el travesaño y
caiga dentro del arco poniendo un 4 a 2 que ya era ilevantable.
Solo podían
llegar más goles bolivianos y llegaron. Pudo ser a los 32´ cuando una pelota
por derecha es metida al medio para la entrada de Cabezas que ingresa solo pero
levanta el remate mandado la bola por encima del horizontal.
Fue a
los 37´ cuando llega el quinto. Se mete Thomaz por derecha, entra al área y
Lucas Hernández se le arroja con los dos pies hacia adelante. En la imagen
parece que no llega a tocarlo, pero el brasileño se deja caer y de nuevo el pésimo
arbitro que demostró ser el peruano Carrillo, compra el penal simulado. Remata
Cardozo, sobre el palo derecho, Guruaceaga al otro lado y 5 a 2.
Pero
faltaba más. A los 42´ un ataque por izquierda, la pelota al medio donde recibe
el argentino Olego, de espaldas al arco, pero la defensa de Peñarol lo deja dominar,
girar y sacar el remate su supera al arquero y entra contra el palo izquierdo
para poner el vergonzoso 6 a 2 definitivo.
Es poco
lo que se puede analizar en una caída como esta que comenzó, es cierto con un
horror del árbitro al no marcar una clara falta, pero que no excusa del pésimo
juego de nuestro equipo. Peñarol fue superado ampliamente y ya en un solo
encuentro hipoteca buena parte de la chance de avanzar de fase. Porque perdió
puntos ante el rival que es el más accesible del grupo pero además se trajo 6
goles en contra y una diferencia de -4.
Un pésimo
arranque del equipo de Ramos que deja pocas ganas para comentar esta debacle.
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