El
sueño de un estadio propio ha sido el desvelo de muchos hinchas carboneros
desde hace muchísimos años. Recordamos cuando en la década de los 90 del siglo
pasado se llegó a colocar la piedra fundamental de un proyecto de estadio en
Solymar que terminó naufragando.
No fue
el único intento en la historia, a la cancha de Casavalle donde Peñarol comenzó
a jugar en 1892, Las Acacias inaugurada en 1916 y el mundialista estadio de Pocitos
donde Peñarol jugó desde 1921, se agregó el proyecto de estadio en Punta
Carretas (donde hoy está la Facultad de Ingeniería), el proyecto de reciclar el
Charrúa para uso exclusivo del aurinegro o incluso el predecesor de esta
realidad de hoy que era construirlo en el parque Rivera.
Todos
estos proyectos fracasaron por diferentes motivos. Sin embargo el Campeón del
Siglo hoy cumple un año de realidad a pesar de la enorme oposición que recibió,
incluso de altos personajes de gobierno quienes no pudieron dejar de lado su
partidarismo por otros colores.
Pero también
tuvo nuestra propia oposición. Porque no somos hipócritas y no nos subimos a
carros que no nos corresponden. Desde estas mismas páginas consideramos que Peñarol
tenía otras prioridades y como no borramos con el codo lo que escribimos con la
mano, lo decimos y reconocemos.
Sin
embargo fue imposible no entusiasmarse a media que la obra fue creciendo desde
sus cimientos y tan hipócrita como lo otro seria negar nuestro orgullo hoy a un
año de su inauguración.
Porque
hace un año Peñarol inauguró esta realidad, goleando al entones campeón de
América, River Plate por 4 a 1 y con Forlán marcando el primer tanto. Y hoy es
nuestra casa, identificada por cada hincha aurinegro como su lugar en el mundo.
Un ejemplo como no hay otro en este país de lo que puede la fuerza de una
comunidad como la nación aurinegra.
Un
estadio que impresiona y que deja pálido cualquier otro intento de emularlo. Claro
que para los de nuestra generación el Centenario siempre será también nuestra
casa, porque es tierra sagrada donde hemos dado tantas vueltas olímpicas y
marcado tantos hitos en la historia del equipo campeón sudamericano del siglo
XX. Nadie ha dado tantas vueltas olímpicas en el Centenario como nosotros y eso
estará siempre en nuestros recuerdos. Pero para las generaciones futuras será
el Campeón del Siglo quien nos identifique por siempre.
Nunca
una obra tuvo tanta oposición, tantas dificultades, tantas trabas. Nunca fue tratada
con tanta maledicencia que llego a la burla de hablar de maquetas y de humo. Nunca
hubo tanto escepticismo rodeando a un proyecto. Sin embargo, nuestro estadio
ser irguió majestuoso sobre toda oposición y critica y hoy es el orgullo de
todos los simpatizantes propios y la envidia de los ajenos.
Estadio
que impresiona a las delegaciones de equipos extranjeros que llegan a
enfrentarnos. Que es solicitado por selecciones del continente cundo vienen a
jugar a nuestro país. Que impresiona a comisiones de Fifa enviadas para evaluar
las instalaciones deportivas en Uruguay con vistas a torneos oficiales.
El
Campeón del Siglo. El mejor estadio de este país. La casa del campeón sudamericano
del siglo XX, está cumpliendo su primer año. Y este 28 de marzo ha pasado a ser
otra fecha histórica en la historia de la institución deportiva más grande del
Uruguay.
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