El telón negro que ilustra esta nota, refleja el punto al que ha llegado el fútbol uruguayo gracias a la desidia de las autoridades que lo rigen y la necedad de los encargados de la seguridad pública.
Finalmente,
en medio de un clima completamente enrarecido desde hace semanas, no se pudo
disputar el encuentro clásico. Bastaba ver el aspecto de las tribunas para
notar el clima y la respuesta del hincha normal. Una Olímpica vacía, las
cabeceras por la mitad. Un campeonato que debió suspenderse hace dos semanas, porque
para cualquiera que no fuera de la AUF o del Ministerio del interior, resultaba
obvio que los problemas iban a estar en la orden del día. Solo alguien muy
ingenuo o muy infantil podía pensar que no iba a pasar nada con el clima que
existía. Acá se les dio una señal clara a los violentos: que ganaron ellos, que
todo vale y la policía ha bajado los brazos hace tiempo.
Este
campeonato se ha continuado disputando por obra y gracia de la ineptitud,
necedad y absoluto desinterés de las autoridades de la AUF y del Ministerio del
Interior. De la AUF por no poner un mojón definitivo, suspendiendo un
campeonato que no tenía las garantías para continuarse disputando. La única
medida fue disponer de una semana de “reflexión” para aquellas bestias
incapaces de reflexionar. Del Ministerio del lnterior por mantener con una
necedad indignante el pueril argumento de que se trata de un “espectáculo
privado”. Cuando un ciudadano va
trabajar, a estudiar o ver un médico, también está ejerciendo un acto
privado, pero para ello transita por lugares públicos y su seguridad no puede
ser responsabilidad propia. O se pretende que cada persona que salga a la calle
lo haga acompañado de su propio guardia de seguridad? Para qué está la policía?
Lo
decimos con la tranquilidad de haberlo dicho mucho antes, este campeonato no
debió jugarse. Pese a los demagogos que invocan una ética de la que carecen y
sostienen que no se puede pedir la suspensión porque Peñarol no se juega nada.
Claramente acá no importan las camisetas y cualquiera con sentido común puede
darse cuenta que no importa quien saliera campeón sino la seguridad de la gente
normal. Nos importa muy poco que le hubiesen dado a Nacional este campeonato
como ganado, porque no hace al caso, lo importante era poner un punto final a
esta situación, una señal clara hacia los violentos de que no va más. Continuar
este campeonato es de una irresponsabilidad que roza lo criminal.
Los ineptos de la AUF quisieron arreglar
tapando el sol con un dedo con una medida tan inútil como demagógica de parar
por una semana para “reflexionar”. Los ineptos del Ministerio lo quieren
arreglan con camaritas sin meterse donde deben estar que es en la tribuna,
cumpliendo la función que les impone la Constitución y la ley y a la cual no
pueden renunciar ni delegar en una empresa privada.
Lo peor
de todo es que seguiremos con paños tibios, porque no se va a suspender esto
como debe ser. A los sumo se jugara en otra fecha, con puertas cerradas,
castigando una vez más a los hinchas normales. Hasta cuándo? Hasta cuándo el show debe seguir aún de
espaldas a la gente?
Esto se
les fue de las manos hace rato. Es necesario tomar medidas de fondo, pero acá
se pateará la pelota para adelante porque lo que se buscó se consiguió. Se
siguió adelante hasta que la propia realidad le dio un nuevo trancazo. Pero
necio es el hombre, que es el único animal que no aprende.
Felices
aquellos demagogos porque su retorcida ética nos ha traído a este punto.
Seguirán sosteniendo que está bien que el campeonato se juegue, ignorando el
clima que indicaba a todas luces que esto se debía parar. Pero estarán
tranquilos que el campeonato se seguirá disputando, porque Peñarol no se juega
nada. Hasta quizás les salga redondo y se le dé por ganado el encuentro a
Nacional y Peñarol sea sancionado, como ya pasó en el final del campeonato
2014.
Con
todo el dolor del alma, debemos reconocer que Peñarol estará bien sancionado y
eso no nos importaría en este momento si sirviera para algo, pero
lamentablemente ya ha quedado demostrado que eso no soluciona nada, porque a
estas bestias nos les importa en lo más mínimo. Pero seguramente los
irresponsables demagogos, estarán contentos porque habrán conseguido lo que
buscaban.
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