Peñarol
y Plaza se enfrentaban hoy en el Suppici y parecía increíble que hace pocos
meses fueron los dos equipos que definieron el campeonato. Porque hoy están muy
lejos de la punta pero con la diferencia que Plaza perdió sus mejores jugadores
y su técnico, mientras Peñarol incorporó lo mejor de medio.
Como en
todo este campeonato, Peñarol salía al campo con la necesidad imperiosa de
obtener los tres puntos y con su técnico en la cuerda floja. Con solo un cambio
con respecto a la formación que cayó con Juventud hace una semana en el
Centenario: el ingreso de Gastón Rodríguez por Junior Arias.
Un
Peñarol que se concentró en Conchillas varios días antes, señal inequívoca del
momento tormentoso que vive este plantel y se alejó de su gente.
Al
igual que hace una semana contra Juventud, Peñarol salió a presionar y jugar en
campo rival, pero siempre fue Plaza el que impresionó mejor con la pelota
aunque le faltó profundidad, pero no sufrió en defensa porque Peñarol jugó el
peor primer tiempo en este campeonato. Forzado, trabajo, confuso y a lo largo
de ese primer tiempo no se le puede contabilizar ni siquiera un remate al arco
de Dawson.
En este
contexto, las pocas chances fueron para Plaza. La primera a los 14´ a través de
un tiro libre desde la izquierda donde se eleva la pelota ayudada por el efecto
del viento, toma algo adelantado a Guruceaga y se pierde apenas arriba del
travesaño.
La
segunda sobre los 23´ con un remate desde fuera de área del ex aurinegro
Bogliacino que atrapa bien Guruceaga volando contra su palo derecho sin dar
rebote.
La
última sobre los 32´ con un pase largo de Bogliacino para Fernández que ingresa
a la última zona del área por izquierda y levanta la pelota por encima de la
salida de Guruceaga y despeja Valdez de cabeza al córner.
Un
primer tiempo difícil de ver. Con un Peñarol sin generación de fútbol, que no
pisó el área y no remató al arco. Un equipo entreverado, sin ideas y sin
sorpresa.
Para el
inicio del segundo tiempo salió Nández, que inexplicablemente jugó sentido por
un golpe en la cabeza desde los 17´, ingresando Junior Arias.
El
segundo tiempo cambió sustancialmente y Peñarol tuvo todo para ganarlo y ya
desde los primeros minutos. Ya al 1´ un ataque por la izquierda que culmina con
un remate de Dibble que rebota en un zaguero y se va al córner. De ese córner
la pelota le queda a Arias que remata dentro del área de media vuelta y
contiene el arquero Dawson.
En el
minuto 2 un toque largo de Guzmán Pereira para la entrada de Dibble por
izquierda, se frena, engancha hacia adentro y lo baja el zaguero Brunelli con
el brazo. Penal bien sancionado por el árbitro. Pero ni así quiso entrar hoy,
porque remata Murillo, mal, anunciado, débil, al medio y Dawson contiene sin ningún
esfuerzo.
Da
Silva hace ingresar a Novick y Ávalos por Dibble y Murillo quedándose sin
jugadores rápidos para desbordar y fomentando el pelotazo.
Sobre
los 21´ una descarga de Arias para Alex Silva que saca el remate que revienta
la base del palo izquierdo de Dawson que no llegaba.
Dos
minutos después un centro de Ávalos desde la izquierda, falla la defensa y la
pelota le queda a Matías Rodríguez que la mete al medio y Dawson se arroja para
contener a los pies de Arias.
A los
30´ un tiro libre de Novick, peina la defensa, se eleva la pelota que toma
adelantado a Dawson y se va al córner por encima del travesaño. De ese córner
la peina Ávalos y entra solo Gastón Rodríguez por el segundo palo pero define
suave y contiene el arquero de Plaza.
Sobre
los 38´ otra clarísima para el mirasol. Un centro de Ávalos desde la izquierda
y cabecea fuerte Alex Silva y el arquero Dawson rechaza sobre la línea metido
dentro del arco cuando parecía que finalmente caía el gol aurinegro.
La
última fue en el tiempo de descuento. Una pelota por elevación que espera Arias
y cuando baja, define mal, apurado y la manda afuera contra la base del palo
derecho.
Peñarol
volvió a dejar puntos. Regaló el primer tiempo sin rematar al arco y en el
segundo, cuando mejoró no ligó nada. Ha cosechado apenas 6 puntos en 18
posibles. Teniendo a los goleadores del pasado campeonato Uruguayo apenas si ha
marcado dos goles. Un equipo sin identidad, sin futbol, frágil anímicamente,
nervioso, al que le pesa toneladas la camiseta y que no está a la altura de lo
que exige un club como Peñarol. El técnico no le encuentra la vuelta y no
muestra señales de reacción.
Mientras
Peñarol vegeta con pena y sin gloria en la mitad de la tabla, hoy en el
Roberto, un tal Affonso, si Affonso, le hizo tres goles al líder, señal de los
tiempos que vivimos.
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