Peñarol
jugaba su tercer encuentro internacional amistoso de pretemporada jugando la
copa Rio de la Plata ante Lanús, reciente campeón argentino en una
reminiscencia de aquellos primeros enfrentamientos internacionales a principios
del siglo pasado.
Da
Silva hizo un solo cambio en el equipo titular con respecto al encuentro ante
el Deportivo La Coruña, el ingreso de Hernán Novick por Rossi.
Y antes
del minuto pudo ser la apertura para el local, cuando una triangulación perfecta
por izquierda culmina con un pase atrás para Sand que saca el remate que supera
a Guruceaga y pega en la parte baja del travesaño salvándose en forma poco
creíble la valla aurinegra.
Era
mucho más Lanús que rotaba, tocaba la pelota, presionaba hasta con 3 y 4
jugadores y abría la cancha con velocidad y criterio.
La
apertura llega a los 27´ con un pase desde el centro de ataque a la derecha
para Acosta, el toque al medio y la defectuosa barrida de Valdez que empuja la
pelota descolocando a Guruceaga y haciendo que se meta suave contra la base del
palo derecho. Ganaba Lanús y estaba bien.
Sobre
los 29´ pudo ser el segundo para el equipo argentino con una pelota que recibe
Sand de espaldas en la media luna y gira para sacar el remate que se pierde
afuera contra la base del palo derecho.
No pudo
Lanús aumentar y lo pagó caro porque a los 39´ en la única que tuvo, Peñarol
logró el empate. Un córner desde la derecha que levanta Novick con efecto y
salta solo Urruti en el área chica para meter el cabezazo y mandar la pelota
arriba pegada al travesaño para vencer al arquero y decretar el empate.
Se fue
el primer tiempo 1 a 1 y fue injusto, porque fue mucho más Lanús. Peñarol, con
la formación que se parece más a la que el técnico considera como titular, fue
claramente superado por su rival como no había sucedido en los encuentros ante
la Universidad de Chile y La Coruña. Lanús tuvo siempre la pelota y la idea de
juego, toco, rotó y dominó el juego ante un Peñarol que corrió detrás de la
pelota y volvió a fallar a la hora de generar futbol y situaciones en el área
rival.
Para el
segundo tiempo Lanús cambió prácticamente a todo el equipo, mientras en Peñarol
ingresaron Costa y Alex Silva por Ángel Rodríguez y Rodales. Al rato debió volver
Rodales porque le pegaron de atrás a Silva y tuvo que salir. A esa altura ya habían
entrado Rossi y Albarracín por Novick y Urruti.
Con
tantos cambios se desvirtuó completamente el juego. Ya Lanús no mostro ese
juego atildado, de toque y rotación, de velocidad con criterio y Peñarol
emparejó las cosas con más ganas que futbol.
En ese
segundo tiempo, todas las opciones de convertir fueron para el aurinegro, pero
la primera recién a los 29´ con un córner desde la izquierda que hace Tomás
Costa al primer palo y salva el arquero Andrada con el pie contra la base del
palo derecho cuando se metía olímpico.
A los
40´ tuvo dos posibilidades seguidas Palacios en la misma jugada. En la primera
se demora y no puede definir. En la segunda remata al bulto y la pelota la
despeja el arquero con el cuerpo.
Pero en
ese córner, ya a los 41´, la pelota viene para Rossi por izquierda quien la
aguanta entre dos y mete el toque justo
para Albarracín que engancha para sacarse a su marcador de encima y define ante
la salida del arquero para marcar el tanto de la victoria.
Ganó
Peñarol y siempre es importante ganar, pero mientras estuvieron los titulares
de ambos equipos en cancha, Lanús fue
mucho más. Hubo una diferencia notoria con el campeón argentino. Peñarol volvió
a ser un equipo al que le cuesta mucho generar situaciones claras para
convertir. Le costó generar futbol, le faltó discernimiento y peso ofensivo.
Peñarol
se llevó la Copa Rio de la Plata y eso es importante, pero el nivel del juego
fue preocupante. Ahora jugará el domingo ante Plaza en Colonia, seguramente con
un equipo mixto ya de cara al primer encuentro ante Sportivo Luqueño por la
Sudamericana.
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