Mañana
Peñarol comienza a definir buena parte de su chance de ganar lo único que le
queda en este semestre luego de la decepcionante participación en la Copa
Libertadores. Es verdad que sería un uruguayo muy especial porque sería el número
50 para nuestra institución, pero de todos modos preferiríamos que como cuadro
grande que somos, aun estuviéramos peleando en ambos frentes.
El
técnico Da Silva, de malas participaciones en copas, es sin embargo un buen
estratega cuando de partidos clásicos de trata. Suele reservarse alguna
sorpresa que recién termina de develar minutos antes del inicio de los
encuentros.
Se
habla de que volvería Aguiar a la oncena titular después de varios partidos sin
minutos. Se habla del regreso de Forlán. Se discute si la dupla ofensiva será
completada con Murillo o con Rossi. Al momento actual son todas especulaciones.
Lo
mismo sucede en el rival de todas las horas donde está descartado Lòpez y están
en duda Ramírez y Romero. El propio desempeño del equipo es difícil de evaluar
luego del esfuerzo de jugar el jueves con Boca.
No hay
que temer reconocer que Nacional ha jugado mejor en la temporada. Tiene un
equipo más armado y que basa su juego en la velocidad de sus delanteros, en el
juego de sus laterales para ocupar las bandas y en la presión en campo
contrario. En contrapartida a Peñarol le ha costado encontrar un equipo. Se ha
dado el hecho infrecuente que las mejorías en el juego, los goles y las
victorias, han venido desde el banco de suplentes. Pero cuando esos mismos
jugadores han sido titulares no han repetido su actuación y otra vez las
soluciones han llegado del banco por parte de los mismos jugadores que habían
perdido la titularidad.
Quien
es titular indiscutido en Peñarol? El arquero Guruceaga, Maximiliano Olivera
(de lateral o de zaguero), el vasquito Aguirregaray (porque lo suplentes han
sido inferiores), Marcel Novick (porque se ha ganado la titularidad). El resto,
incluyendo a Forlán, Nandez y hasta el capitán Valdez, hoy por hoy no son
titulares indiscutidos. Esto refleja la temporada más que irregular que ha
tenido nuestro plantel.
De
todos modos el fondo parece definido con Guruceaga, Valdez, Guillermo, el vasco
y Olivera. En el medio parecen seguros Valverde, Marcel y Nandez. Para el resto
se perfilan Aguiar, Forlán, Murillo, pero aún queda espacio para esa sorpresa
que acostumbra Da Silva.
En el
rival hay sectores decisivos. Suelen ganar el medio con Porras y Romero, ambos
de buenos antecedentes clásicos. De no poder jugar Romero lo haría Carballo, de
características similares pero con menos experiencia. Otro sector decisivo son
los laterales, Espino y Fucile que van al ataque permanentemente y abren la
cancha poniendo pelotas para los delanteros. Arriba se juegan a la velocidad de
López, Ramírez y Fernández o Barcia. Ya sabemos que López no va a estar y si no
está Ramírez, Tabó tiene características similares.
Que
falencias tiene Nacional? Una zaga de Polenta y Victorino que tiene sus fallas.
Un lateral (Fucile) que es atacable. Y a eso se va a sumar el necesario
cansancio del partido contra Boca. Peñarol debería hacer lo posible por
explotar esas debilidades y aprovechar esas ventajas.
Da
Silva va a apostar a hombres de experiencia para ganar el clásico. Nosotros
hubiéramos apostado a hombres más rápidos. Martín Luque no juega hace mucho,
pero es el más rápido que tenemos. Albarracín es más rápido que Aguiar y Rossi
que Murillo. Por ahí habría ido nuestro planteamiento.
Peñarol
deberá tomar recaudos en defensa, que ha sido uno de los sectores más flojos
del equipo y que ante la velocidad del ataque rival puede tener problemas.
Deberá tapar las subidas de los laterales rivales que es una de sus principales
armas y atacarlos en la medida de lo posible, cuando estén lejos de su zona. Deberá
ganar el medio campo e impedir que ellos lo copen. Y deberá atacar con criterio
a una zaga que ha mostrado problemas.
Pensando
estratégicamente, el empate hasta puede ser un buen resultado, pero Peñarol
debe ganar por varias razones. Porque debe seguir en la punta del clausura, sin
importar lo que pase con Plaza y aunque quede un juego pendiente ante los
colonienses. Porque cerraría prácticamente la tabla anual sacando 6 puntos de
ventaja faltando 9. Porque lo dejaría prácticamente clasificado a la próxima
copa Libertadores, esa que tantos desprecian o consideran imposible o hasta un
obstáculo para el campeonato local. Pero además porque hace ya demasiado tiempo
que no disfrutamos de un triunfo clásico, desde el histórico baile del 5 a 0 de
la era Fossati.
Como
nos pasa siempre, a medida que se acerca la hora del partido, van quedando de
lado las consideraciones racionales (pocas) y aumentan las emocionales que nos
hacen pensar que es imposible que Peñarol no se imponga. El hincha se impone a
cualquier análisis y se llena de recuerdos de tardes históricas, de goles
memorables y de triunfos resonantes que le ha tocado vivir y su confianza es
infinita.
Ojalá
este equipo, que tanto nos debe en una temporada mediocre, no defraude esa
confianza y nos regale el triunfo que esperamos y nos acerque a la estrella 50.
Es hora de ganar, Peñarol.
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