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martes, 8 de marzo de 2016

Prácticamente afuera



Peñarol enfrentaba un partido de pronóstico reservado por varias razones. Porque jugaba ante el rival más duro de la serie y en su casa. Porque no venía jugando bien. Porque le faltaban jugadores muy importantes y experimentados. Porque los antecedentes ante este equipo no eran nada buenos (4 derrotas en 4 juegos). Porque el rival no perdía un partido de local hacía un montón y ni siquiera recibió goles en contra. Por todo eso era el partido más complicado en lo que va del semestre.

Un partido de esos que antes catalogamos como “perdible” y que lo era de haberle ganado de local a Huracán. Pero al haber dejado esos puntos en casa, se tornaba en vital para traer algún punto por difícil que fuera.

Para eso Da Silva salió al campo con varias sorpresas. Guruceaga. Mac Eachen, Buschiazzo, Aguirregaray y Olivera. Freitas, Costa, Aguiar y Viega, Murillo y Luque. Un equipo que debemos ser sinceros, no nos desagradaba dadas las circunstancias. Quizás hubiéramos preferido a Marcel Novick por Freitas y que se mantuviera Nandez en el equipo por Aguiar,  pero no había mucho más para criticar a priori.

Y desde el primer minuto salió a atacar el Nacional, mandando pelotazos largos para aprovechar la velocidad y habilidad de sus delanteros ante una defensa aurinegra que no se mostraba firme en los primeros minutos. Peñarol no veía la pelota y la tenía siempre el rival que nos ahogaba contra nuestra área.

Así se fueron sucediendo las chances. La primera a los 5´ con un tiro libre frontal de Bocanegra que se pierde apenas arriba del ángulo superior izquierdo de un Guruceaga que se quedaba parado.

La segunda a los 9´ luego de un tiro libre a favor, sale un contragolpe rápido donde Moreno se lleva la pelota en velocidad, deja atrás a dos defensas carboneros y enfrenta al arquero sacando un remate fuerte y cruzado que Guruceaga consigue rechazar al córner.

Una tercera a los 13´ con un remate desde afuera que rebotado, le queda a los pies de Copete que habilita a Moreno, de nuevo ante el arquero y saca el remate cruzado que por centímetros se pierde afuera contra la base del palo derecho.

Dos minutos después, un córner desde la derecha y el cabezazo limpio de Sánchez que se pierde arriba del horizontal.

A los 22´ un remate desde afuera de Copete que se va por encima del horizontal.

Sobre los 34´ un ataque por derecha, el toque al medio y el remate de Moreno que termina despejando el vasco Aguirregaray debajo del arco.

El Nacional era un aluvión y Peñarol no veía la pelota. Apenas si a los 41´ un remate de Aguiar desde afuera, bastante arriba del horizontal.

La apertura pudo llegar para el local faltando un minuto para el cierre del primer tiempo cuando Guerra la juega a la derecha para Moreno, la devolución dentro del área y el remate del venezolano Guerra revienta el palo izquierdo de Guruceaga.

Peñarol aguantó el primer tiempo como pudo ante un monólogo del equipo colombiano. Casi no pasó la mitad de la cancha, no pisó el área y no remato al arco. Hizo un desgaste físico enorme y no se fue derrotado por falta de definición de los atacantes rivales y por alguna pelota en el palo. El segundo tiempo se presentaba bajo los peores augurios y dependiendo de una cuestión de puntería.

Pero antes del gol colombiano avisó Peñarol a los 3´ con un córner de Aguiar desde la izquierda y el cabezazo de Freitas se pierde afuera.

La apertura llega a los 9´ un remate desde muy lejos de Bocanegra que le pica antes y se le va a Guruceaga para meterse contra el palo derecho. Una vez más nuestro arquero no se muestra firme ante un remate de larga distancia.

Y ante el tanto se abrió Peñarol y no demoró nada el equipo colombiano en rematarlo. Fue a los 15´ con una salida rápida ante un córner a favor de Peñarol, se la lleva por derecha Ibarbo, va hasta el fondo, mete el freno y hace el toque atrás para que Moreno remate y la coloque contra el palo izquierdo. 2 a 0 lapidario.

Y con ese 2 a 0 se sintió comodísimo el local, que cedió el terreno y la pelota, dejó de presionar y apostó a matar de contragolpe ante un Peñarol que siguió sin generar ni una sola chance de convertir.

A los 33´ un remate de Torres desde afuera y vuela Guruceaga para mandarla al córner por encima del horizontal.

En el minuto 40 el brasileño Lopes (viejo abonado a matar equipos uruguayos) pierde los papeles al expulsar a Hernán Novick que no hacía ni un minuto que había entrado, por una falta que se arreglaba con una amarilla.

Dos minutos después otro ataque por derecha donde Berrio va hasta el fondo y toca al medio y Ruiz, solo debajo del arco, la manda afuera por encima del horizontal.

La última fue sobre el cierre mismo del partido. Una descarga de Berrio de espaldas al arco para el zapatazo de Bocanegra que se pierde apenas arriba de horizontal.

Peñarol cayó 2 a 0 en un partido donde aposto a no perder y lo aguantó mientras los colombianos no definían pero que basto que entrara una para que el partido se perdiera. Es que no existía otra posibilidad con el planteo realizado. O se tenía una noche perfecta o se terminaba perdiendo y en ley de probabilidades era mucho más posible lo último que fue lo que terminó ocurriendo.

Peñarol quedó último en el grupo con una participación vergonzosa en lo que va de esta Libertadores y prácticamente eliminado, porque ahora deberá jugar de local ante este mismo equipo colombiano, que con espacios, puede hacernos aún mucho más daño que el que vimos hoy.

De seguir así, Peñarol estrenará su nuevo estadio (en una fecha histórica como el centenario de la inauguración de Las Acacias) ya eliminado de torneo y apenas por cumplir.

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