Peñarol
volvía a jugar en Maldonado porque el estadio está ocupado por un recital (cosa
que tendrá que hacer cada vez más seguido para subsistir cuando Peñarol juegue
de local en su estadio). Con la preocupación de dos derrotas consecutivas y 180
minutos sin anotar el gol. Con la baja de Valdez por el capricho de Da Silva de
hacerlo jugar siempre y la salid de Aguiar siendo sustituidos por Mac Eachen y
Albarracín.
Los
primeros minutos fueron poco vistosos y Peñarol solo se acercó con remates de
media distancia igual que los últimos partidos donde casi no ha pisado el área.
El primero fue de Forlán a los 6 que le salió muy al medio y contuvo Irazún en
dos tiempos. El segundo de Maxi Rodríguez a los 8´ que volvió a contener el
arquero.
El gol
llega a los 13´ en la primera pelota donde Peñarol pisa el área. Lateral por
izquierda para Albarracín que deja para Maxi Rodríguez que se la devuelve
perfecto de emboquillada y el ex Wanderers defina de primera para que su toque
supere la salida de Irazún y se meta en el arco.
Era
justicia porque Peñarol jugaba mejor y merecía la puesta en ventaja. Pero
parece que en los últimos tiempos ninguna alegría nos dura demasiado. Porque a
los 18´se mete Royón en el área, engancha, se entrevera y no define, pero la
defensa no consigue sacar la pelota y le queda a Vega que es derribado por una
barrida innecesaria de Costa cometiendo un penal tan claro como torpe. Lo
remata Royón la medio y marca el empate.
Y
sintió Peñarol el golpe, le costó muchísimo generar peligro mientras el equipo
buzón jugó cada vez más tranquilo y le dio mejor destino a la pelota.
Recién
a los 37´ otro remate de Forlán desde afuera que se pierde ancho contra el palo
derecho.
Un
minuto después vuelve a ser Forlán el que se pierde una ocasión estupenda para
marcar la diferencia cuando un pase de Costa lo deja solo dentro del área y su
remate defectuoso se pierde afuera contra la base del palo derecho.
Se fue
el primer tiempo 1 a 1 y con una enorme incertidumbre de lo que podría llegar a
hacer el equipo mirasol en el complemento.
Y
Peñarol tuvo todo el segundo tiempo para hacer un gol sin conseguirlo. Pero
además, otra vez, fue perjudicado por un mail arbitraje en este caso de
Ostojich.
A los
7´ un tiro libre desde la izquierda en forma de centro cabecea Mac Eachen y la
pelota pega en el palo derecho. Pero si entraba, no valía porque el línea
marcaba un offside inexistente.
Sobre
los 22´ un centro desde la izquierda de Luque, salta a cabecear Murillo y se le
apoyan con los dos brazos en la espalda en un penal clarísimo que Ostojich no
marca. Siguen los partidos y parece que los únicos que son penales son los que
son en contra del aurinegro o a favor de Nacional.
Dos
minutos después Forlán se va por derecha, engancha hacia el medio dentro del
área y saca el remate que pega en un zaguero y se va al córner.
Cuatro
minutos después, a los 28´ sale Forlán por un tirón que preocupa de cara el
futuro. Otra vez los ejemplos de la nula rotación de técnico en jugadores
mayores de 30 años.
Peñarol
se enloquecía cada vez más y se iba arriba dejando espacios en defensa que no
aprovechaba Sudamérica
Pudo
hacerlo a los 35´ con un centro de Perujo desde la derecha y el remate de
Reymúndez en el área chica se pierde afuera contra el palo derecho.
A los
43´ un toque al área de Palacios (que entró por Albarracín en otra decisión del
técnico que acumuló centrodelanteros, había entrado Affonso y nos dejó sin
generadores de fútbol) y la pelota se pierde afuera contra el palo derecho.
Pasada
la hora la última de aurinegro con un centro desde la izquierda que cabecea
Murillo de pique al suelo e Irazún manda al córner en una atajada a puro
reflejo.
Peñarol
volvió a perder dos puntos e hipoteca nuevamente las dos tablas (Nacional no
nos va a dar la ventaja todas las semanas) pero además cerró una semana
desastrosa a nivel de juego y de resultados. Ahora vendrá el extenuante viaje a
Colombia, seguramente sin Forlán para enfrentar un partido de alto riesgo
deportivo.
Para empeorarla continuamos con la rcha de liga en contra y los árbitros que hacen hasta lo imposible por perjudicarnos. No es excusa, Peñarol jugó mal, pero por las dudas los jueces continúan equivocándose siempre en contra.
Peñarol
se retiró silbado con razón y dejando un mar de interrogantes hacia el futuro.
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