Peñarol
jugaba la revancha ante el Nacional de Medellín con la necesidad de sacar
puntos. Quizás no tanto para clasificar, porque dependiendo de otros
resultados, hasta podía hacerlo perdiendo esta noche, pero más que nada para
que el Medellín no se fuera clasificado de Montevideo y pensara en seguir
colocando a sus titulares en la Copa.
Da
Silva tuvo que suplir varias lesiones y a priori coloco una formación que no
nos convencía. Sacó a Olivera del lateral para cubrir la plaza de zaguero y
colocar a Gianni. Armó un mediocampo con poca contención con Nandez, Costa,
Aguiar y Viega y adelante colocando a Palacios para acompañar a Murillo.
Así
armó el técnico al equipo para enfrentar un partido aún más peligroso que el de
hace una semana en Medellín. Porque la velocidad de los delanteros rivales
(Copete, Berrio, Ibarbo, Moreno) es especialmente propicia para jugar de
visitante y con espacios. Como muestra, el baile que le pegó a Huracán en
Buenos Aires.
Como
era de esperarse, desde el primer momento el Medellín tuvo más posesión, ante un
Peñarol que intentaba ser vertical. Pero bastó que los colombianos acertaran
una. Fue a los 8´ cuando Pérez manda un pase largo filtrado entre la defensa
para Copete que le gana en velocidad a Buschiazzo y define arriba ante la
salida de Guruceaga para clavarla contra el ángulo superior izquierdo. Otra vez
uno a cero abajo en el primer ataque recibido.
Peñarol
sintió el golpe como lo siente siempre en los últimos tiempos, pero el Nacional
no aprovechó el momento.
Sobre
los 20´ la tribuna empezó a pedir “un poco más de huevos” ante un Peñarol que
no mostraba únicamente tímidos remates desde afuera, trabados o desviados.
Peñarol no necesitaba huevos, precisaba fútbol. Porque corría detrás de la
pelota, empujaba, luchaba pero no generaba nada. El resultado del canto de la
tribuna? A los 25´ Nandez con amarilla.
El
Nacional cedió la cancha, tocó la pelota y jugó muy cómodo. Y cuando parecía
que no aprovecharía la ventaja, sobre el cierre mismo del primer tiempo un tiro
libre a la puerta del área. Lo remata Bocanegra y como con un guante la manda
al mismo ángulo del primer tanto para superar la estirada de Guruceaga y marcar
un lapidario 2 a 0.
Poco
podíamos esperar para el segundo tiempo salvo más goles del equipo colombiano. Lamentablemente,
no nos equivocamos. Peñarol salió a los ponchazos a meter al rival en su campo
y sin orden ni criterio logró algún córner y algo parecido a una jugada de
peligro.
La más clara
(diríamos la única del aurinegro) fue a los 5´ luego de un centro de Aguiar desde
la izquierda y el cabezazo de Viega que supera al arquero y la sacan en la
línea.
Sobre
los 8´ un tiro libre de Aguiar se va por
arriba del horizontal.
Pero a Peñarol la presión le duró 10´, luego fue de
nuevo el Medellín quien manejó la pelota y el juego y al final, con Peñarol
cansado y ya impotente, llegaron los tantos de la goleada.
Pudo
ser a los 29´ con otro tiro libre frontal de Bocanegra que se va apenas arriba
del ángulo izquierdo.
El
tercero llega a los 36´ con una pelota que se pierde en el medio y de nuevo
entra un jugador en carrera (esta vez Berrio) que gana en velocidad y define
cruzado ante la salida de Guruceaga para mater la pelota contra la base del
palo derecho.
Peñarol
respondió a los 38` cuando Nandez se fue por el medio, tocó a la derecha para
Viega que sacó el remate cruzado que se perdió afuera contra la base del palo
derecho.
El
cuarto llega a los 40´ con una incursión por derecha y el toque al medio para
Ruiz que define pinchándola por encima del cuerpo de Guruceaga. 4 a 0 con los
dos últimos tantos convertidos por jugadores que entraron frescos y volvieron a
marcar diferencias con su velocidad, además de definir con clase.
Peñarol
volvió a caer 4 a 0 como la última vez que recibió a este equipo. Ha disputado
6 encuentros ante esta rival por Libertadores, perdió los 6. Apenas convirtió
dos tantos y recibió 19. Una completa y absoluta vergüenza, impropia de la
historia del campeón del siglo.
Increíblemente,
Peñarol no está eliminado todavía. Ganando sus dos partidos y si el Medellín se
toma en serio los suyos, todavía puede clasificar.
Peñarol
se despidió internacionalmente del Centenario de la peor manera. Ahora volverá
el campeonato local, ese por el que se desviven muchos “hinchas”. Pero para
quienes vimos a Peñarol campeón de América y el Mundo, esta actuación se nos hace intolerable.
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