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miércoles, 16 de marzo de 2016

La peor despedida del Centenario



Peñarol jugaba la revancha ante el Nacional de Medellín con la necesidad de sacar puntos. Quizás no tanto para clasificar, porque dependiendo de otros resultados, hasta podía hacerlo perdiendo esta noche, pero más que nada para que el Medellín no se fuera clasificado de Montevideo y pensara en seguir colocando a sus titulares en la Copa.

Da Silva tuvo que suplir varias lesiones y a priori coloco una formación que no nos convencía. Sacó a Olivera del lateral para cubrir la plaza de zaguero y colocar a Gianni. Armó un mediocampo con poca contención con Nandez, Costa, Aguiar y Viega y adelante colocando a Palacios para acompañar a Murillo.

Así armó el técnico al equipo para enfrentar un partido aún más peligroso que el de hace una semana en Medellín. Porque la velocidad de los delanteros rivales (Copete, Berrio, Ibarbo, Moreno) es especialmente propicia para jugar de visitante y con espacios. Como muestra, el baile que le pegó a Huracán en Buenos Aires.

Como era de esperarse, desde el primer momento el Medellín tuvo más posesión, ante un Peñarol que intentaba ser vertical. Pero bastó que los colombianos acertaran una. Fue a los 8´ cuando Pérez manda un pase largo filtrado entre la defensa para Copete que le gana en velocidad a Buschiazzo y define arriba ante la salida de Guruceaga para clavarla contra el ángulo superior izquierdo. Otra vez uno a cero abajo en el primer ataque recibido.

Peñarol sintió el golpe como lo siente siempre en los últimos tiempos, pero el Nacional no aprovechó el momento.

Sobre los 20´ la tribuna empezó a pedir “un poco más de huevos” ante un Peñarol que no mostraba únicamente tímidos remates desde afuera, trabados o desviados. Peñarol no necesitaba huevos, precisaba fútbol. Porque corría detrás de la pelota, empujaba, luchaba pero no generaba nada. El resultado del canto de la tribuna? A los 25´ Nandez con amarilla.

El Nacional cedió la cancha, tocó la pelota y jugó muy cómodo. Y cuando parecía que no aprovecharía la ventaja, sobre el cierre mismo del primer tiempo un tiro libre a la puerta del área. Lo remata Bocanegra y como con un guante la manda al mismo ángulo del primer tanto para superar la estirada de Guruceaga y marcar un lapidario 2 a 0.

Poco podíamos esperar para el segundo tiempo salvo más goles del equipo colombiano. Lamentablemente, no nos equivocamos. Peñarol salió a los ponchazos a meter al rival en su campo y sin orden ni criterio logró algún córner y algo parecido a una jugada de peligro.

La más clara (diríamos la única del aurinegro) fue a los 5´ luego de un centro de Aguiar desde la izquierda y el cabezazo de Viega que supera al arquero y la sacan en la línea.

Sobre los 8´ un tiro libre de Aguiar  se va por arriba del horizontal.

Pero  a Peñarol la presión le duró 10´, luego fue de nuevo el Medellín quien manejó la pelota y el juego y al final, con Peñarol cansado y ya impotente, llegaron los tantos de la goleada.

Pudo ser a los 29´ con otro tiro libre frontal de Bocanegra que se va apenas arriba del ángulo izquierdo.

El tercero llega a los 36´ con una pelota que se pierde en el medio y de nuevo entra un jugador en carrera (esta vez Berrio) que gana en velocidad y define cruzado ante la salida de Guruceaga para mater la pelota contra la base del palo derecho.

Peñarol respondió a los 38` cuando Nandez se fue por el medio, tocó a la derecha para Viega que sacó el remate cruzado que se perdió afuera contra la base del palo derecho.

El cuarto llega a los 40´ con una incursión por derecha y el toque al medio para Ruiz que define pinchándola por encima del cuerpo de Guruceaga. 4 a 0 con los dos últimos tantos convertidos por jugadores que entraron frescos y volvieron a marcar diferencias con su velocidad, además de definir con clase.

Peñarol volvió a caer 4 a 0 como la última vez que recibió a este equipo. Ha disputado 6 encuentros ante esta rival por Libertadores, perdió los 6. Apenas convirtió dos tantos y recibió 19. Una completa y absoluta vergüenza, impropia de la historia del campeón del siglo.

Increíblemente, Peñarol no está eliminado todavía. Ganando sus dos partidos y si el Medellín se toma en serio los suyos, todavía puede clasificar.

Peñarol se despidió internacionalmente del Centenario de la peor manera. Ahora volverá el campeonato local, ese por el que se desviven muchos “hinchas”. Pero para quienes vimos a Peñarol campeón de América y el Mundo, esta actuación se nos hace intolerable.

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