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jueves, 31 de marzo de 2016

La fiesta inolvidable




El Campeón del Siglo tuvo hoy su fiesta que fuera postergada el domingo pasado por el mal tiempo. Una fiesta que fue toda emoción, pasión, delirio, alegría, esperanza. Una fiesta impresionante. Al nivel de las ceremonias de campeonatos del mundo o juegos olímpicos. Como aquella famosa película de Peter Sellers, fue la fiesta inolvidable.

Una fiesta que nos llenó de placer desde el primer minuto. El placer de volver a ver a tantas figuras, a tantos ídolos, a tantos campeones que por suerte podemos disfrutar los manyas. A todos y cada uno de los que nos hicieron el Campeón del Siglo que el mundo nos reconoce. El nivel de los artistas, los músicos, la banda, de primer nivel para un estadio de primer nivel.

Antes de empezar la fiesta, los primeros aplausos de la tribuna fueron para Pablo Bengoechea cuando apareció una nota en el tablero electrónico. La segunda ovación vino con la aparición del Tony Pacheco. El tercer aplauso llego con la aparición de la figura del Nando Morena. Fue después para un técnico como el SEÑOR Gregorio Pérez y en su figura la de tantos técnicos que nos dieron glorias como Hugo Bagnulo o el gran Roque Gastón Máspoli que ya nos dejaron.

Todo esto mientras en el tablero aparecían las imágenes de goles memorables, goles de copas, goles de jugadores que ya no están y relatos emocionantes de época.  Goles y relatos que uno vuelve a ver y oír y no puede evitar emocionarse. Porque muchos momentos los pudo vivir y porque otros nos los contaron nuestros padres que ya no están pero ni un día nos dejan solos y nos han legado esta herencia bendita.

También los actores. Artistas reconocidos y de diversos géneros como Hugo Fattoruso, Jorge Drexler o Fito Páez. Rada que iba a estar el domingo pero no pudo hacerlo hoy pero estuvieron sus hijos. Representantes del carnaval nucleados en la murga “Los mirasoles”, surgida para la ocasión y liderada por Julio Pérez, voz famosa por el himno “Campeón del siglo”. La que en su momento fuera considerada la mejor guitarra del país y que tocaba con Zitarrosa, la de maestro Covelli. Representantes del candombe, del rock, de la música tropical y de diversas manifestaciones culturales jerarquizaron el evento.

Pero lo hicieron de una forma distinta a la que habitualmente se presentan. Porque esto no fue una inauguración donde se hicieran varios recitales, sino que cada uno de estos artistas estuvo inserto en un hilo conductor que era la representación del origen y la historia de Peñarol. Un “enredo” como dirían los brasileños (por cierto quizás lo que falto fue un grupo representativo de la Unidos do São Clemente, que lleva nuestros colores en el carnaval de Rio), un relato teatralizado con el eje de la historia aurinegra.

Justamente como si se tratara de un enredo de escola de samba, la historia se dividió en sectores, valiéndose de la tecnología del mapping para contar el tema sobre el mismo campo de juego como una enorme pantalla de cine.

1ª PARTE – LOS ORÍGENES: Comenzó con el viaje de Giovanni Battista Crosa, que se trajo de su Pinerolo natal en el Piamonte italiano, la nostalgia que lo llevó a agregar este nombre a su apellido. Llegó al Uruguay en el siglo XVIII, se afincó y abrió una pulpería en la zona y sin quererlo, dio origen a la palabra sagrada PEÑAROL. En este caso fue interpretado por el consagrado actor Jorge Bolani mientras sonaba la música de Drexler sobre un escenario que simulaba la estación Peñarol.

Sobre la pantalla del campo de juego pareció que la tierra se abría para dar paso al tren del tiempo. Desde el suelo surgieron los diseños de las camisetas aurinegras a lo largo de la historia. La mención al origen de nuestros colores provenientes de la Rocket de Stephenson.  Como sobre una mesa, se extendieron las fotos del recuerdo, con imágenes del acta fundacional de 1891, nuestro primer presidente Frank Henderson, los viejos campos de Casavalle y Pocitos, de la Villa Peñarol, de la estación del ferrocarril y de “los ingleses locos” pateando una pelota.

En el avance de la historia se recordó a Peñarol como uno de los 4 equipos fundadores de la AUF. Se tocó incidentalmente el surgimiento de Nacional como respuesta de la elite universitaria al tenor popular de Peñarol. Se recordaron los primeros campeonatos. El primer campeón uruguayo en 1900, bicampeón en 1901 y campeón invicto y sin goles en contra (hito mundial) en 1905. Se recordó a los primeros maestros aurinegros Juan Pena, el escocés John Harley, el maestro José  Piendibene, Isabelino Gradín, Álvaro Gestido, el gallego Lorenzo Fernández, Pelegrín  Anselmo entre otros. 

2ª PARTE – RESUMEN DE GLORIAS: Comenzó con la formación de una inmensa locomotora, mientras la murga “Los mirasoles” entonaba canciones en homenaje en ritmo de murga. El flaco Castro recitaba en verso la historia de esas grandes glorias.
Sonó primero el “Siete letras” la que para nosotros es la mejor canción homenaje (quizás porque era la que emocionaba a mi padre):

Dulce recuerdo que jamás olvido
oh, nombre querido que a mi corazón
trae el latido con el que palpita
cuando el pueblo grita, viva Peñarol !”

Surgieron las figuras de los campeones del 30 y 40, Iriarte, el tigre Young, Severino Varela. Peñarol como primer campeón del profesionalismo en 1932. Sus aportes a las conquistas de la medalla olímpica del 28 y el mundial del 30. La máquina del 49 que provocara la fuga del tradicional rival por temor a la goleada histórica. Máspoli, el negro jefe Obdulio Varela, el cordobés Hohgberg, el pepe Schiaffino, el ñato Gigghia, el pardo Abbadie, el cotorra Míguez, el patrullero Vidal. La base del Uruguay campeón del mundo en Maracaná en 1950.

Fue el turno de “Peñarol pá todo el mundo” del “Junta gargantas" del centenario en el 91. 

Si en algún lado no conocen nuestra tierra
que aunque es pequeña tiene enorme el corazón
tan solo alcanza con decir en donde sea
QUE EL URUGUAY ES EL PAIS DE PEÑAROL “

Se recordó luego el primer quinquenio (1958-62) y las copas internacionales de los 60. Las figuras de William Martínez, el pepe Sasía, Maidana, Spencer, Joya, Mazurkiewicz, Rocha, el tito Gonçalves, el cacho Caetano, el boniato Forlán, el paraguayo Lezcano, Roberto Matosas. Sonó un nuevo tema aurinegro en ritmo de murga “Entre tu sombra y tu sol”, estreno para esta fiesta.

Vinieron las copas de 1982 y 87: Morena, Jair, Venancio, pinocho Vargas, Saraleguy, Bossio, el indio Olivera, el tano Gutiérrez, Gustavo Fernández, Trasante, Perdomo, Gustavo Matosas, el tito chico, el chueco Perdomo, Vidal, Cabrera, Aguirre, Pereyra.  Las figuras del segundo quinquenio (1993-97). Gregorio, el profe Bengoechea, el tony Pacheco, el pato Aguilera, el Gaby Cedrés, el lucho Romero, el gaucho De los santos, el caballo De los Santos, el bola Lima, Darío Silva, el marujo Otero y tantos otros más. Se recordó el  8 contra 11, caso único del mundo de un equipo derrotando al clásico rival con 3 jugadores menos y conquistando el gol de la victoria ya con 8 en el campo. Finalmente la referencia al último 5 a 0.

Sonó entonces otra de las canciones más lindas que recuerda a nuestros jugadores del primer centenario (es del “Junta Gargantas” de 1991), “Sale Peñarol”:

A todos los héroes que hicieron posible tu gloriosa historia,
a los que sudaron esta camiseta de oro y carbón,
a los más famosos, a los más humildes y a los olvidados
LA HINCHADA LES BRINDA EL CÁLIDO ALIENTO DE SU CORAZÓN”

Se cerró esta parte con el famosísimo “Y dale dale”.

Y dale dale, los peñaroles,
Y dale dale, de corazón.
Porque esta barra tan bullanguera
Con toda el alma, te viene hoy a alentar

3ª PARTE – LOS GRANDES CAPITANES. Salieron al campo cuatro gigantescas esculturas articuladas de 12 mts de altura, vistiendo camisas de la época del CURCC y Peñarol, representando a los 4 capitanes de las grandes conquistas internacionales (por eso una de las camisetas era de arquero). Capitanes que salieron desafiando a los imposibles, rodeados de guerreros africanos con nuestros colores, representados por una cuerda de 200 tambores que fue recibida por la tribuna al grito de “Peñarol, Peñarool!”. 

Los capitanes representados, William Martínez (Libertadores 1960 y 1961, intercontinental 1961). El tito Néstor Gonçalves (Libertadores e Intercontinental 1966, Supercopa 1969). El indio Olivera (Libertadores e Intercontinental 1982). Finalmente Eduardo Pereyra (Libertadores 1987).

Sonó el electro candombe de Hugo Fattoruso que enmarcó la entrada a la cancha de todos los campeones de América y el mundo con las copas obtenidas en manos de Gonçalves, Olivera y Pereyra. El grupo recorrió el campo, reverenciado por los guerreros y ovacionados por la tribuna. A su salida, se soltó el candombe tradicional con la cuerda más grande que se haya reunido alguna vez en el país cerrado con un grito de 200 gargantas “PEÑAROL!”

Se dio entonces un intervalo con música tropical incluyendo al lolo Estoyanoff en su nueva faceta como cantante junto a la intérprete Majo. Sonó la plena “Somos tu y yo”. El ex jugador aurinegro apenas si pudo cantar, visiblemente emocionado como gran hincha que es.

4ª PARTE – LOS QUINQUENIOS DE ORO: Se dio ingreso a una enorme locomotora tirando de varios vagones confeccionados con materiales reales para formar un tren de artistas. Todo esto enmarcado por el fondo del mapping con referencia a los dos quinquenios de oro (1958-62 y 1993-97).

La banda de Francisco Fattoruso con una integración especial que contaba con miembros de bandas de rock como “NTVG” y “El cuarteto de nos”, fue la encargada de ser base para la actuación de los artistas principales. Arranco la versión de “Break it All” de “Los Shakers” banda original de Hugo Fattoruso de éxito en los 60. Entre la presentación de cada músico, la banda amenizaba tocando canciones de éxitos que se han transformado en canciones de tribuna para que cantara la gente, integrándola como parte del espectáculo. Era el caso de "Solo le pido a dios" de León Gieco, cantada con letra tribunera. Iban cambiando los artistas mientras el tren daba la vuelta olímpica. Vino el turno para Lucila, Matías y Julieta Rada, los hijos del gran Ruben que iba a estar el domingo pero no pudo hacerse presente hoy por sus compromisos en Buenos Aires. Luego de otro éxito tribunero, subió al tren “mandrake” Wolf con “Amor profundo”, mientras en la cancha desfilaban los campeones de los dos quinquenios. 60 jugadores en total con los capitanes de ambas gestas al frente, el  tito Gonçalves y el profesor Bengoechea.

Cuando subieron a la tarima para su saludo, la tribuna cantaba “acá esta la famosa barra de Peñarol, la que va a todas partes, la que llora por vos”, mientras el campo de juego se había transformado en una gigantesca bandera aurinegra gracias al mapping. Fue tiempo del pelado Cordera de la Bersuit cantando “Murguita del sur”. Entonces llegó uno de los momentos medulares de la noche. La aparición de Fito Páez, un fanático de Rosario Central que tiene el mismo origen ferroviario que nuestro Peñarol y que se unió a la fiesta para cantar “Y dale alegría a mi corazón”, “A rodar la vida”,  “Mariposa tecknicolor” porque la hinchada la que empezó a cantar y tuvo que hacerla y finalmente ”El amor después del amor”. Copado Fito con la interacción con la Cataldi ante su generoso gesto de prestarse a la fiesta aurinegra y vestido con nuestros colores (que son similares a los de Central).

PARTE – EL FUTURO: Se inició con las estrofas del himno de Peñarol:

Peñarol, Peñarol, Peñarol,
Tu nombre brilla igual que el sol

Con esas estrofas ingresaron las divisiones formativas del club, incluyendo las femeninas Y luego Drexler  estrenó “La vida entera” compuesta para esta inauguración, mientras los chicos formaban con sus cuerpos el número 125 de nuestros años de vida.

Cantaba Jorge:

Y a ver, ahora, quién se anima a parar a esta locomotora?
Carbonero soy de tu caldera...
y seré, la vida entera

Finalmente quedó solo Bolani y sobre el suelo, las imágenes de la construcción del estadio desde la piedra fundacional asentada en un baldío, hasta la erección de esta mole imponente que es hoy el estadio, con música épica de fondo. Desde las profundidades se volvió a alzar el campo de juego y se formó el logo del estadio y la leyenda “Estadio Campeón del siglo, Club Atlético Peñarol “. El grito ancestral de Bolani-Crosa surgido de lo más profundo de nuestra esencia, retumbó por los cuatro rincones del estadio extendiéndose en la noche: “PEÑAROL CARAJO, NOMÁ!”

Se levantó la tela de proyección para dejar al descubierto el campo real y Julio Pérez  con “Los mirasoles” entonó el himno “campeón del siglo”.

Cuanto te quiero Peñarol, cuanto te quiero,
Campeón del siglo, te lo dice el mundo entero.
Cuanto te quiero Peñarol, cuanto te quiero,
adentro de mi corazón sos el primero”

La noche se cerró con el mayor despliegue de fuegos que haya visto y que trocaron la noche en día mientras la gente cantaba “es el glorioso Peñarol”

El último mensaje que se formó sobre el campo es el que queremos tomar y que quede claro para todos aquellos que no son hinchas de Peñarol (sobre todo para aquellos que se ponen nuestra camiseta). El mensaje decía en letras claras: VIOLENCIA NUNCA MÁS. HOY EMPIEZA OTRA HISTORIA.

Que TODOS lo entiendan. Que respeten nuestra casa porque la vamos a cuidar entre todos los peñarolenses y el que no lo entienda, no tiene cabida entre nosotros.

Hoy fue la fiesta inolvidable. Impresionante, espectacular, emocionante. Hoy estuvo presente la familia carbonera. Los niños, las mujeres, los abuelos. Con alegría, con amor, con esperanza. Hoy estuvo el recuerdo para quienes ya no nos pueden acompañar y merecían estar ahí esta noche. ESTO ES PEÑAROL y esto es lo que tenemos que cuidar entre todos.

Todos los países tienen sus equipos grandes. Los más populares, los más antiguos, los más victoriosos, los más queridos. Todos los países tienen sus equipos grandes hemos dicho. PEÑAROL, VOS SOS GIGANTE!



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