El
Campeón del Siglo tuvo hoy su fiesta que fuera postergada el domingo pasado por
el mal tiempo. Una fiesta que fue toda emoción, pasión, delirio, alegría,
esperanza. Una fiesta impresionante. Al nivel de las ceremonias de campeonatos
del mundo o juegos olímpicos. Como aquella famosa película de Peter Sellers,
fue la fiesta inolvidable.
Una
fiesta que nos llenó de placer desde el primer minuto. El placer de volver a
ver a tantas figuras, a tantos ídolos, a tantos campeones que por suerte
podemos disfrutar los manyas. A todos y cada uno de los que nos hicieron el
Campeón del Siglo que el mundo nos reconoce. El nivel de los artistas, los
músicos, la banda, de primer nivel para un estadio de primer nivel.
Antes
de empezar la fiesta, los primeros aplausos de la tribuna fueron para Pablo
Bengoechea cuando apareció una nota en el tablero electrónico. La segunda
ovación vino con la aparición del Tony Pacheco. El tercer aplauso llego con la
aparición de la figura del Nando Morena. Fue después para un técnico como
el SEÑOR Gregorio Pérez y en su figura la de tantos técnicos que nos dieron
glorias como Hugo Bagnulo o el gran Roque Gastón Máspoli que ya nos dejaron.
Todo
esto mientras en el tablero aparecían las imágenes de goles memorables, goles
de copas, goles de jugadores que ya no están y relatos emocionantes de
época. Goles y relatos que uno vuelve a
ver y oír y no puede evitar emocionarse. Porque muchos momentos los pudo vivir
y porque otros nos los contaron nuestros padres que ya no están pero ni un día
nos dejan solos y nos han legado esta herencia bendita.
También
los actores. Artistas reconocidos y de diversos géneros como Hugo Fattoruso,
Jorge Drexler o Fito Páez. Rada que iba a estar el domingo pero no pudo hacerlo
hoy pero estuvieron sus hijos. Representantes del carnaval nucleados en la
murga “Los mirasoles”, surgida para la ocasión y liderada por Julio Pérez, voz
famosa por el himno “Campeón del siglo”. La que en su momento fuera considerada
la mejor guitarra del país y que tocaba con Zitarrosa, la de maestro Covelli. Representantes
del candombe, del rock, de la música tropical y de diversas manifestaciones
culturales jerarquizaron el evento.
Pero lo
hicieron de una forma distinta a la que habitualmente se presentan. Porque esto
no fue una inauguración donde se hicieran varios recitales, sino que cada uno
de estos artistas estuvo inserto en un hilo conductor que era la representación
del origen y la historia de Peñarol. Un “enredo” como dirían los brasileños
(por cierto quizás lo que falto fue un grupo representativo de la Unidos do São
Clemente, que lleva nuestros colores en el carnaval de Rio), un relato
teatralizado con el eje de la historia aurinegra.
Justamente
como si se tratara de un enredo de escola de samba, la historia se dividió en
sectores, valiéndose de la tecnología del mapping para contar el tema sobre el
mismo campo de juego como una enorme pantalla de cine.
1ª PARTE – LOS ORÍGENES: Comenzó con el viaje de Giovanni
Battista Crosa, que se trajo de su Pinerolo natal en el Piamonte italiano, la
nostalgia que lo llevó a agregar este nombre a su apellido. Llegó al Uruguay en
el siglo XVIII, se afincó y abrió una pulpería en la zona y sin quererlo, dio
origen a la palabra sagrada PEÑAROL. En este caso fue interpretado por el consagrado
actor Jorge Bolani mientras sonaba la música de Drexler sobre un escenario que
simulaba la estación Peñarol.
Sobre
la pantalla del campo de juego pareció que la tierra se abría para dar paso al
tren del tiempo. Desde el suelo surgieron los diseños de las camisetas
aurinegras a lo largo de la historia. La mención al origen de nuestros colores
provenientes de la Rocket de Stephenson.
Como sobre una mesa, se extendieron las fotos del recuerdo, con imágenes
del acta fundacional de 1891, nuestro primer presidente Frank Henderson, los
viejos campos de Casavalle y Pocitos, de la Villa Peñarol, de la estación del
ferrocarril y de “los ingleses locos” pateando una pelota.
En el
avance de la historia se recordó a Peñarol como uno de los 4 equipos fundadores
de la AUF. Se tocó incidentalmente el surgimiento de Nacional como respuesta de
la elite universitaria al tenor popular de Peñarol. Se recordaron los primeros
campeonatos. El primer campeón uruguayo en 1900, bicampeón en 1901 y campeón
invicto y sin goles en contra (hito mundial) en 1905. Se recordó a los primeros
maestros aurinegros Juan Pena, el escocés John Harley, el maestro José Piendibene, Isabelino Gradín, Álvaro Gestido,
el gallego Lorenzo Fernández, Pelegrín Anselmo
entre otros.
2ª PARTE – RESUMEN DE GLORIAS: Comenzó con la formación de una
inmensa locomotora, mientras la murga “Los mirasoles” entonaba canciones en
homenaje en ritmo de murga. El flaco Castro recitaba en verso la historia de
esas grandes glorias.
Sonó
primero el “Siete letras” la que para nosotros es la mejor canción homenaje
(quizás porque era la que emocionaba a mi padre):
“Dulce recuerdo que jamás olvido
oh, nombre querido que a mi corazón
trae el latido con el que palpita
cuando el pueblo grita, viva Peñarol !”
Surgieron
las figuras de los campeones del 30 y 40, Iriarte, el tigre Young, Severino
Varela. Peñarol como primer campeón del profesionalismo en 1932. Sus aportes a las conquistas de la medalla olímpica del 28 y el mundial
del 30. La máquina del 49 que provocara la fuga del tradicional rival por temor
a la goleada histórica. Máspoli, el negro jefe Obdulio Varela, el cordobés
Hohgberg, el pepe Schiaffino, el ñato Gigghia, el pardo Abbadie, el cotorra
Míguez, el patrullero Vidal. La base del Uruguay campeón del mundo en Maracaná
en 1950.
Fue el
turno de “Peñarol pá todo el mundo” del “Junta gargantas" del centenario en el
91.
“Si en algún lado no conocen nuestra tierra
que aunque es pequeña tiene enorme el corazón
tan solo alcanza con decir en donde sea
QUE EL URUGUAY ES EL PAIS DE PEÑAROL “
Se
recordó luego el primer quinquenio (1958-62) y las copas internacionales de los
60. Las figuras de William Martínez, el pepe Sasía, Maidana, Spencer, Joya, Mazurkiewicz, Rocha, el tito Gonçalves, el cacho Caetano, el
boniato Forlán, el paraguayo Lezcano, Roberto Matosas. Sonó un nuevo tema
aurinegro en ritmo de murga “Entre tu sombra y tu sol”, estreno para esta
fiesta.
Vinieron
las copas de 1982 y 87: Morena, Jair, Venancio, pinocho Vargas, Saraleguy,
Bossio, el indio Olivera, el tano Gutiérrez, Gustavo Fernández, Trasante,
Perdomo, Gustavo Matosas, el tito chico, el chueco Perdomo, Vidal, Cabrera,
Aguirre, Pereyra. Las figuras del
segundo quinquenio (1993-97). Gregorio, el profe Bengoechea, el tony Pacheco,
el pato Aguilera, el Gaby Cedrés, el lucho Romero, el gaucho De los santos, el
caballo De los Santos, el bola Lima, Darío Silva, el marujo Otero y tantos otros más. Se recordó el 8 contra 11, caso único del mundo de un equipo
derrotando al clásico rival con 3 jugadores menos y conquistando el gol de la
victoria ya con 8 en el campo. Finalmente la referencia al último 5 a 0.
Sonó
entonces otra de las canciones más lindas que recuerda a nuestros jugadores del
primer centenario (es del “Junta Gargantas” de 1991), “Sale Peñarol”:
“A todos los héroes que hicieron posible tu
gloriosa historia,
a los que sudaron esta camiseta de oro y
carbón,
a los más famosos, a los más humildes y a los
olvidados
LA HINCHADA LES BRINDA EL CÁLIDO ALIENTO DE
SU CORAZÓN”
Se
cerró esta parte con el famosísimo “Y dale dale”.
“Y dale dale, los peñaroles,
Y dale dale, de corazón.
Porque esta barra tan bullanguera
Con toda el alma, te viene hoy a alentar”
3ª PARTE – LOS GRANDES CAPITANES. Salieron al campo cuatro
gigantescas esculturas articuladas de 12 mts de altura, vistiendo camisas de la época del CURCC y
Peñarol, representando a los 4 capitanes de las grandes
conquistas internacionales (por eso una de las camisetas era de arquero).
Capitanes que salieron desafiando a los imposibles, rodeados de guerreros
africanos con nuestros colores, representados por una cuerda de 200 tambores que fue recibida por la tribuna al grito de “Peñarol,
Peñarool!”.
Los
capitanes representados, William Martínez (Libertadores 1960 y 1961,
intercontinental 1961). El tito Néstor Gonçalves (Libertadores e
Intercontinental 1966, Supercopa 1969). El indio Olivera (Libertadores e
Intercontinental 1982). Finalmente Eduardo Pereyra (Libertadores 1987).
Sonó el
electro candombe de Hugo Fattoruso que enmarcó la entrada a la cancha de todos
los campeones de América y el mundo con las copas obtenidas en manos de
Gonçalves, Olivera y Pereyra. El grupo recorrió el campo, reverenciado por los
guerreros y ovacionados por la tribuna. A su salida, se soltó el candombe
tradicional con la cuerda más grande que se haya reunido alguna vez en el país
cerrado con un grito de 200 gargantas “PEÑAROL!”
Se dio
entonces un intervalo con música tropical incluyendo al lolo Estoyanoff en su
nueva faceta como cantante junto a la intérprete Majo. Sonó
la plena “Somos tu y yo”. El ex jugador aurinegro apenas si pudo cantar, visiblemente
emocionado como gran hincha que es.
4ª PARTE – LOS QUINQUENIOS DE ORO: Se dio ingreso a una enorme
locomotora tirando de varios vagones confeccionados con materiales reales para
formar un tren de artistas. Todo esto enmarcado por el fondo del mapping con
referencia a los dos quinquenios de oro (1958-62 y 1993-97).
La
banda de Francisco Fattoruso con una integración especial que contaba con miembros
de bandas de rock como “NTVG” y “El cuarteto de nos”, fue la encargada de ser
base para la actuación de los artistas principales. Arranco la versión de “Break it All” de “Los
Shakers” banda original de Hugo Fattoruso de
éxito en los 60. Entre la presentación de cada músico, la banda
amenizaba tocando canciones de éxitos que se han transformado en canciones de
tribuna para que cantara la gente, integrándola como parte del espectáculo.
Era el caso de "Solo le pido a dios" de León Gieco, cantada con letra tribunera. Iban cambiando los artistas mientras el
tren daba la vuelta olímpica. Vino el turno para Lucila, Matías y Julieta Rada,
los hijos del gran Ruben que iba a estar el domingo pero no pudo hacerse
presente hoy por sus compromisos en Buenos Aires. Luego de otro éxito tribunero,
subió al tren “mandrake” Wolf con “Amor profundo”, mientras en la cancha
desfilaban los campeones de los dos quinquenios. 60 jugadores en total con los
capitanes de ambas gestas al frente, el tito Gonçalves y el profesor Bengoechea.
Cuando
subieron a la tarima para su saludo, la tribuna cantaba “acá esta la famosa barra
de Peñarol, la que va a todas partes, la que llora por vos”, mientras el campo
de juego se había transformado en una
gigantesca bandera aurinegra gracias al
mapping. Fue tiempo del pelado Cordera
de la Bersuit cantando “Murguita del sur”. Entonces llegó uno de los momentos
medulares de la noche. La aparición de Fito Páez, un fanático de Rosario Central que tiene el
mismo origen ferroviario que nuestro Peñarol y que se unió a la fiesta para cantar “Y dale alegría a mi corazón”, “A
rodar la vida”, “Mariposa tecknicolor”
porque la hinchada la que empezó a cantar y tuvo que hacerla y finalmente ”El
amor después del amor”. Copado Fito con la interacción con la Cataldi ante su
generoso gesto de prestarse a la fiesta aurinegra y vestido con nuestros
colores (que son similares a los de Central).
5ª PARTE
– EL FUTURO: Se inició con las estrofas del himno de Peñarol:
“Peñarol, Peñarol, Peñarol,
Tu nombre brilla igual que el sol”
Con
esas estrofas ingresaron las divisiones formativas del club, incluyendo las
femeninas Y luego Drexler estrenó “La
vida entera” compuesta para esta inauguración, mientras los chicos formaban con
sus cuerpos el número 125 de nuestros años de vida.
Cantaba
Jorge:
“Y a ver, ahora, quién se anima a parar a
esta locomotora?
Carbonero soy de tu caldera...
y seré, la vida entera”
Finalmente
quedó solo Bolani y sobre el suelo, las imágenes de la construcción del estadio
desde la piedra fundacional asentada en un baldío, hasta la erección de esta
mole imponente que es hoy el estadio, con música épica de fondo. Desde las profundidades
se volvió a alzar el campo de juego y se formó el logo del estadio y la leyenda
“Estadio Campeón del siglo, Club Atlético Peñarol “. El grito
ancestral de Bolani-Crosa surgido de lo más profundo de nuestra esencia, retumbó
por los cuatro rincones del estadio extendiéndose en la noche: “PEÑAROL CARAJO, NOMÁ!”
Se levantó
la tela de proyección para dejar al descubierto el campo real y Julio
Pérez con “Los mirasoles” entonó el
himno “campeón del siglo”.
“Cuanto te quiero Peñarol, cuanto te quiero,
Campeón del siglo, te lo dice el mundo
entero.
Cuanto te quiero Peñarol, cuanto te quiero,
adentro de mi corazón sos el primero”
La
noche se cerró con el mayor despliegue de fuegos que haya visto y que trocaron
la noche en día mientras la gente cantaba “es el glorioso Peñarol”
El
último mensaje que se formó sobre el campo es el que queremos tomar y que quede
claro para todos aquellos que no son hinchas de Peñarol (sobre todo para aquellos que se ponen nuestra camiseta). El mensaje decía en
letras claras: VIOLENCIA NUNCA MÁS. HOY EMPIEZA OTRA HISTORIA.
Que
TODOS lo entiendan. Que respeten nuestra casa porque la vamos a cuidar entre
todos los peñarolenses y el que no lo entienda, no tiene cabida entre nosotros.
Hoy fue
la fiesta inolvidable. Impresionante, espectacular, emocionante. Hoy estuvo
presente la familia carbonera. Los niños, las mujeres, los abuelos. Con alegría, con amor, con esperanza. Hoy
estuvo el recuerdo para quienes ya no nos pueden acompañar y merecían estar ahí
esta noche. ESTO ES PEÑAROL y esto es lo que tenemos que cuidar entre todos.
Todos
los países tienen sus equipos grandes. Los más populares, los más antiguos, los
más victoriosos, los más queridos. Todos los países tienen sus equipos grandes
hemos dicho. PEÑAROL, VOS SOS GIGANTE!
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