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martes, 16 de febrero de 2016

El duro camino de la Copa



El jueves a las 21.45 de nuestro país comienza el sueño de una nueva Libertadores para todos los hinchas carboneros. Al influjo del eterno canto de la tribuna que ya en los partidos del campeonato local proclama “la Copa Libertadores es mi obsesión”. Para quien escribe, que tuvo la inmensa fortuna de ver a Peñarol campeón de América en dos ocasiones y una del mundo, el cantico no puede ser más removedor.

Somos de aquellos que sabemos que la Libertadores es muy difícil. También era difícil ganarla en los 80 y podemos dar fe de eso. Pero tampoco nos afiliamos a la postura de aquellos que creen que es imposible. No postulamos que este Peñarol esté para ganar la Copa, es imposible saberlo, como no lo sabíamos del equipo de Bagnulo en el 82, ni el de Tabárez en el 87, ni de Aguirre en 2011.

Hace tiempo que pensamos que el peor rival de Peñarol es el propio carbonero. Ningún rival ha conspirado tanto contra nuestros intereses como nuestro propio equipo. De qué Peñarol veamos en estos partidos dependerá en gran medida nuestra suerte en esta Libertadores.

La situación de arranque no es la mejor. El  cambio de técnico tardío ha conspirado contra el armado y la preparación del equipo. El nuevo técnico apenas si tiene encima un partido amistoso y dos por el campeonato y escasas 4 semanas de trabajo. No pudo armar el equipo como piensa. No dieron los tiempos para traer un punta rápido y somos de la opinión que es necesario porque el único que puede cumplir esa función en este plantel es el argentino Luque. Aunque no parece ser del paladar de Da Silva, puesto que ni siquiera será parte de la delegación que va a Perú.

Nada de eso es excusa ni atenuante y es hora de que Peñarol institución, a través de su dirigencia, comience a delinear un perfil, un método de trabajo, una hoja de ruta para alcanzar los objetivos que se desean.

Hay una frase de Aguirre que postula que con la Copa “uno se va encontrando” y tiene parte de razón, pero el primer paso es proponérselo y eso es lo que debe hacer Peñarol. Esta Copa, este campeonato que sería el 50 y la inauguración del estadio, deberían ser mojones que marquen el rumbo de un Peñarol que pueda disputar con pretensiones las copas internacionales.

El camino arranca el jueves en el estadio Nacional de Lima ante el Sporting Cristal y será fundamental sacar un resultado positivo que nos apuntale de arranque. Es perfectamente posible porque a priori parece ser el rival más accesible. Huracán es a nuestro entender, el rival a superar en la clasificación y el Nacional de Medellín aparece como un equipo superior.

Pero Peñarol deberá mejorar en mucho lo expuesto hasta ahora. Generación de fútbol, velocidad,  contundencia ofensiva y solidez en defensa, serán ítems donde el equipo deberá superarse notoriamente si desea aspirar a una buena figuración internacional.

Para ello la lista de buena fe que nos defenderá en esta copa es la siguiente:
Arqueros: Gastón Guruceaga (1), Damián Frascarelli (12) y Thiago Cardozo (27).

Zagueros: Carlos Valdez (23), Emilio Mac Eachen (4), Guillermo Rodríguez (2) y Fabrizio Buschiazzo (3).

Laterales: Matías Aguirregaray (13), Gianni Rodríguez (22), Maximiliano Olivera (15), Hernán Petryk (8), Diogo (6) y Andrés Rodales (21).

Volantes: Luis Aguiar (14), Marcel Novick (5), Nicolás Freitas (18), Nahitan Nández (25), Tomás Costa (28), Nicolás Albarracín (20), Maximiliano Rodríguez (11), Federico Valverde (16), Rodrigo Viega (19) y Hernán Novick (7).

Delanteros: Diego Forlán (10), Mauricio Affonso (26), Diego Ifrán (9), Miguel Murillo (29), Carlos Luque (24), Cristian Palacios (30) y Diego Rossi (17).

El fixture que nos aguarda nos marca:
18 de febrero | Sporting Cristal – Peñarol
1 de marzo | Peñarol – Huracán
8 de marzo | Atlético Nacional – Peñarol
15 de marzo | Peñarol – Atlético Nacional
12 de abril | Huracán Peñarol
19 de abril | Peñarol – Sporting Cristal

Como siempre, como en cada inicio de una Copa, estaremos ahí. En la tribuna cuando nos sea posible y a través de la Tv cuando se juegue de visitante. Y una vez más, seremos razonables al pensar lo difícil que es ganar una copa, pero esa razón se perderá en el momento que se dé el pitazo inicial de cada juego y con toda la pasión e irracionalidad de la que somos capaces, pensaremos que el aurinegro será el próximo campeón y no hay nadie que pueda impedirlo.

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