El
jueves a las 21.45 de nuestro país comienza el sueño de una nueva Libertadores
para todos los hinchas carboneros. Al influjo del eterno canto de la tribuna
que ya en los partidos del campeonato local proclama “la Copa Libertadores es
mi obsesión”. Para quien escribe, que tuvo la inmensa fortuna de ver a Peñarol
campeón de América en dos ocasiones y una del mundo, el cantico no puede ser más
removedor.
Somos
de aquellos que sabemos que la Libertadores es muy difícil. También era difícil
ganarla en los 80 y podemos dar fe de eso. Pero tampoco nos afiliamos a la
postura de aquellos que creen que es imposible. No postulamos que este Peñarol
esté para ganar la Copa, es imposible saberlo, como no lo sabíamos del equipo
de Bagnulo en el 82, ni el de Tabárez en el 87, ni de Aguirre en 2011.
Hace
tiempo que pensamos que el peor rival de Peñarol es el propio carbonero. Ningún
rival ha conspirado tanto contra nuestros intereses como nuestro propio equipo.
De qué Peñarol veamos en estos partidos dependerá en gran medida nuestra suerte
en esta Libertadores.
La
situación de arranque no es la mejor. El
cambio de técnico tardío ha conspirado contra el armado y la preparación
del equipo. El nuevo técnico apenas si tiene encima un partido amistoso y dos
por el campeonato y escasas 4 semanas de trabajo. No pudo armar el equipo como
piensa. No dieron los tiempos para traer un punta rápido y somos de la opinión que
es necesario porque el único que puede cumplir esa función en este plantel es
el argentino Luque. Aunque no parece ser del paladar de Da Silva, puesto que ni
siquiera será parte de la delegación que va a Perú.
Nada de
eso es excusa ni atenuante y es hora de que Peñarol institución, a través de su
dirigencia, comience a delinear un perfil, un método de trabajo, una hoja de
ruta para alcanzar los objetivos que se desean.
Hay una
frase de Aguirre que postula que con la Copa “uno se va encontrando” y tiene
parte de razón, pero el primer paso es proponérselo y eso es lo que debe hacer
Peñarol. Esta Copa, este campeonato que sería el 50 y la inauguración del
estadio, deberían ser mojones que marquen el rumbo de un Peñarol que pueda
disputar con pretensiones las copas internacionales.
El
camino arranca el jueves en el estadio Nacional de Lima ante el Sporting
Cristal y será fundamental sacar un resultado positivo que nos apuntale de
arranque. Es perfectamente posible porque a priori parece ser el rival más
accesible. Huracán es a nuestro entender, el rival a superar en la
clasificación y el Nacional de Medellín aparece como un equipo superior.
Pero
Peñarol deberá mejorar en mucho lo expuesto hasta ahora. Generación de fútbol,
velocidad, contundencia ofensiva y
solidez en defensa, serán ítems donde el equipo deberá superarse notoriamente
si desea aspirar a una buena figuración internacional.
Para
ello la lista de buena fe que nos defenderá en esta copa es la siguiente:
Arqueros: Gastón Guruceaga (1), Damián Frascarelli (12) y
Thiago Cardozo (27).
Zagueros: Carlos Valdez (23), Emilio Mac Eachen (4),
Guillermo Rodríguez (2) y Fabrizio Buschiazzo (3).
Laterales: Matías Aguirregaray (13), Gianni Rodríguez (22),
Maximiliano Olivera (15), Hernán Petryk (8), Diogo (6) y Andrés Rodales (21).
Volantes: Luis Aguiar (14), Marcel Novick (5), Nicolás
Freitas (18), Nahitan Nández (25), Tomás Costa (28), Nicolás Albarracín (20),
Maximiliano Rodríguez (11), Federico Valverde (16), Rodrigo Viega (19) y Hernán
Novick (7).
Delanteros: Diego Forlán (10), Mauricio Affonso (26), Diego
Ifrán (9), Miguel Murillo (29), Carlos Luque (24), Cristian Palacios (30) y
Diego Rossi (17).
El fixture que nos aguarda nos marca:
18 de febrero | Sporting Cristal – Peñarol
1 de marzo | Peñarol – Huracán
8 de marzo | Atlético Nacional – Peñarol
15 de marzo | Peñarol – Atlético Nacional
12 de abril | Huracán Peñarol
19 de abril | Peñarol – Sporting Cristal
Como siempre, como en cada inicio de una Copa, estaremos ahí.
En la tribuna cuando nos sea posible y a través de la Tv cuando se juegue de
visitante. Y una vez más, seremos razonables al pensar lo difícil que es ganar
una copa, pero esa razón se perderá en el momento que se dé el pitazo inicial
de cada juego y con toda la pasión e irracionalidad de la que somos capaces,
pensaremos que el aurinegro será el próximo campeón y no hay nadie que pueda
impedirlo.
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