Peñarol
salía con la imperiosa necesidad de ganar para quedar a un punto de conquistar
el apertura. Para ello, el técnico dispuso como único cambio la salida de Piriz
(que es un secreto a voces que no continuará en Peñarol en la próxima
temporada) y el regreso de Luque, sumando otro delantero a la ofensiva con
respecto al enfrentamiento ante Wanderers y dejando solo a Nandez en el medio.
Plaza salió
a jugar con una línea de 5 en el fondo y 4 en el medio para cerrarle los
espacios al aurinegro, tal cual hicieron Nacional y Wanderers en los partidos
anteriores. Sin embargo, fue el equipo coloniense el que impresionó mejor con
la pelota ante un Peñarol que volvió a jugar un mal primer tiempo, mostrándose
nervioso, apurado, sin inspiración en ataque y frágil en defensa.
La primera
de aurinegro fue a los 9´ con un remate desde afuera de Albarracín que pasa
cerca del palo izquierdo del arquero Dawson.
Respondió
Plaza a los 15´ con un tiro libre desde la derecha a modo de córner corto, el
cabezazo de Villoldo en el primer palo y Guruceaga consigue rechazar con el
cuerpo y Zalayeta despeja antes que llegara ningún jugador coloniense.
Sobre
los 20´ pudo ser para ambos. Primero para Plaza con otro tiro libre desde la
derecha mandado en forma de centro y el cabezazo de Dibble lo contiene
Guruceaga. Saca rápido el arquero y Albarracín mete el pase largo para Luque
que entra por izquierda y remata cruzado conteniendo Dawson.
Un
minuto después un pase largo de Aguiar para Forlán que entraba por izquierda,
enfrenta al arquero y saca el remate cruzado que se pierde apenas ancho contra
la base del palo derecho.
Sobre
los 29´ un fallo entre el arquero y un defensa de Plaza dejan la pelota perdida
en el área y la pelea Albarracín que desde la izquierda y casi sin ángulo
remata alto y afuera.
A los
32´ un pase largo para el pique de Dibble que se mete entre los zagueros
aurinegros y Guruceaga se juega la ropa para ir al piso y quedarse con la
pelota.
Sobre
los 35´ un centro de Aguirregaray desde la derecha, peina Zalayeta en el primer
palo y en el segundo recibe Luque que remata cruzado y la pelota se pierde increíblemente
rozando la base del caño izquierdo.
Tuvo
otra el argentino a los 40´ luego de un toque de Albarracín para Zalayeta como
puntero derecho, mete el centro y la pelota supera a Forlán en el primer palo y
le queda a Luque por el segundo y su remate se pierde alto cuando tenía
inmejorables chances para convertir.
Finalmente
el gol llega en el minuto 43´ luego de que Aguiar pierde y recupera una pelota
en el medio y mete un pase largo para Forlán que entra por derecha, engancha
hacia el medio para sacarse a su marcador y saca el zurdazo fuerte, a media
altura para que la pelota supere la estirada del arquero y se clave contra el
palo derecho. Gol típico del balón de oro de Sudáfrica 2010.
Se fue
el primer tiempo 1 a 0 con un Peñarol que nuevamente no convenció a nadie pero
que al menos se retiraba en ventaja para manejar el segundo tiempo.
Pero
entonces nuestro técnico (que parece el técnico del enemigo) decide no ganar el
partido y saca a Luque, que es verdad, había errado algunas situaciones
favorables pero era una preocupación permanente para la defensa rival y el único jugador rápido y con capacidad de
desborde que teníamos en ataque y pone a Ifrán que no tocó una pelota en todo
el segundo tiempo.
Para
peor, Peñarol no aprovechó el momento de liquidarlo porque Plaza se mostró
perdido en los primeros minutos del segundo tiempo y Peñarol no lo mató.
Plaza
llegó a los 7´ con un remate de Dibble desde la puerta del área que contuvo Guruceaga
yendo abajo a contrapié contra el palo derecho.
Pudo
ser de Peñarol a los 13´ con un córner desde la izquierda que Forlán manda
directo al arco y el manotazo del arquero y el travesaño evitan el gol
olímpico.
Entonces
Bengoechea decide complicarla más y manda a la cancha a Piriz por Zalayeta y la
primera jugada donde interviene el ex Danubio hace falta sobre Leal sobre la
derecha. El tiro libre y es el propio Leal el que gana en el primer palo y
consigue tocar para vencer a Guruceaga y meterla contra el palo derecho.
Con el
1 a 1 a los 18´, Peñarol volvió a ser ese equipo desesperado, nervioso,
apurado, sin ideas y sin temple que ha caracterizado a esta era de Bengoechea.
Tuvo
una a los 22´ con una pelota larga que mete Forlán al área, baja de pecho
Albarracín y remata de media vuelta mandándola por encima del horizontal.
Pero a
los 24´ se murió toda esperanza de ganar el partido cuando Nandez es expulsado
por segunda amarilla bien sacada.
De ahí en
más fue todo de Plaza, que aprovechándose de los nervios y la falta de
personalidad de nuestro equipo nos metió contra el arco y mereció ganar el
encuentro.
A los
33´ una de las que llego a tener Peñarol. Otro pase profundo de Forlán para
Palacios (entró por Albarracín) por derecha, viene hacia el medio pero define mal,
desviado contra el palo derecho.
Sobre
los 35´ un remate de Milessi que se va apenas afuera contra el palo derecho.
Un
minuto después un tiro libre desde la derecha de Forlán en forma de centro es
cabeceado por Piriz desviado contra el palo izquierdo.
Finalmente
a los 40´ un córner desde la izquierda es cabeceado por Leal apenas alto contra
el ángulo superior derecho de Guruceaga.
Peñarol
volvió a empatar y sigue dependiendo de
si mismo, pero dejó una imagen triste. Bengoechea volvió a probar que no tiene
la capacidad para ser el entrenador aurinegro. Lo peor es que ya nuestro
presidente (perdedor empedernido si los hay) ya declaró que Bengoechea seguirá siendo
el técnico para el Clausura y la Copa Libertadores 2016.
Bengoechea
hizo todo mal en la tarde de hoy. Vio el partido de espaldas y sigue sin lograr
mostrar un equipo que cuando le falte futbol, al menos muestre la enjundia
característica de los equipos aurinegros. Este Peñarol juega muy mal, no genera
futbol, resulta previsible, lento y para peor es un equipo al que le falta
temple y el menor contratiempo en el trámite del juego lo pone nervioso.
No nos
gusta ser profetas de la desgracia y mucho menos cuando se trata de estos
colores que amamos, pero de seguir por este camino solo pueden esperarnos más decepciones.