Peñarol se juega la vida mañana. Es a un único partido. Es
la última chance. Solo pensando de este modo, Peñarol podrá forzar una
definición. Los jugadores, el técnico y todos nosotros debemos tener esto muy
claro. Si entramos pensando que venimos mejor y que vamos a forzar la
definición, nuestras posibilidades decrecen sensiblemente.
Que Peñarol viene mejor y ha hecho un mejor clausura que su
rival no es discutible, es real. Que Nacional tiene la ventaja de poder cerrar
todo en un solo partido, también es real.
Ambos equipos se sienten más cómodos con espacios y sufren
cuando el rival los espera. La ventaja que tiene Nacional le permite especular
con un juego de espera y contragolpe. Peñarol no puede apostar a eso. No digo
que Peñarol tenga que salir a atacar desde el primer minuto, por el contrario,
creo que buena parte del encuentro será de estudio, pero eventualmente, si la
ventaja no llega, quien deberá modificar su postura, es el aurinegro.
Bengoechea apuesta por “su” equipo, el que ha definido y
conformado a lo largo de estos meses. Más allá de las opiniones y críticas que
le podamos hacer, nadie tiene dudas de cuál será la formación aurinegra que,
salvo alguna molestia de último momento, está confirmada.
Nacional podrá contar finalmente con Pereiro y honestamente
no estoy seguro que eso sea una ventaja para ellos. Dependerá de cómo llegue el
jugador. Todos pensamos en un medio campo albo bien poblado (probablemente con
Porras, Romero y Arismendi), la inclusión de Pereiro puede llegar a modificar
eso.
Por su parte Peñarol tiene problemas en el medio, porque
solo Piriz es apto en recuperación. Aguiar no colabora y eso hace que muchas
veces el japo o hasta Pacheco terminen corriendo rivales en el medio y pierdan
efectividad en su juego.
La defensa mirasol tampoco se ha mostrado demasiado firme. Valdez
no está en su mejor nivel, Mac Eachen aún comete faltas innecesarias. Diogo no
siente la marca y Sandoval es toda una incógnita (por ahí va a caer De Pena,
que no jugó bien el clásico anterior, pero que si anda inspirado, puede
complicar).
En defensa hay dos aspectos que resultaran medulares. En
primer lugar, el control de Alonso. Nacional basa en su centro-delantero gran
parte de su juego ofensivo. Quedó probado en el anterior clásico donde tuvo una
sola y terminó en gol. Anularlo será tener la mitad del encuentro ganado.
El segundo aspecto es evitar al máximo las faltas cercanas a
nuestra área. Sabido es que nuestro equipo toma la mayoría de los tantos por
vía de la pelota quieta (ej reciente ante Racing). También en su momento, Gutiérrez
puede colocar a Recoba y no hay que darle chance de remates francos.
En ofensiva Peñarol carece de un goleador definido por lo
que depende mucho del juego asociativo de Pacheco, Zalayeta, el japo,
Uretavizcaya (que no ha jugado bien los clásicos), Aguiar (otro que está en el
debe) y la subida de Diogo y en menor medida, de Sandoval. De cómo se
encuentren estos jugadores dependerá en gran parte nuestra posibilidad de
hacernos con el partido.
Se nos ocurre que es razonable plantear la duda sobre en qué
momento el juego de Pacheco nos puede resultar más útil. No cabe ninguna duda
de que para Bengoechea, Pacheco es titular. Sabido es que no está para todo el
partido. Será mejor colocarlo desde el inicio y que sea un cambio cantado o
hacerlo entrar después con el rival cansado?. Es lógico que Pacheco no termine
en cancha en un partido que puede definirse con alargue y penales?. En nuestra opinión
Pacheco debería ser reservado para esa eventualidad. No solo es el mejor
rematador de penales que tenemos, sino el único que prácticamente nos asegura
un alto porcentaje de convertir. Es saludable no contar con esa carta?.
También Migliore resultara clave no solo por su actuación
en los 90´ sino sobre todo, ante una eventual definición por penales. Nuestro arquero debera jugar un clásico sin errores y eventualmente, ser decisvo a la hora de la definición si queremos tener chance de tener dos partidos más.
Peñarol y su técnico deben jugar este partido con
inteligencia. Dejar de lado el miedo a perder pero no enloquecerse al punto de
que nos domine la ansiedad y salgamos a lo loco a buscar los goles. Eso vale
también para la tribuna. Todos debemos entender que ESTE es el partido, sin
este partido no hay nada más, pero en lugar de que eso nos genere presión,
debemos canalizarla para jugar el encuentro de la manera que más nos convenga.
Por otra parte, si Peñarol se hace con el encuentro, le
trasladará a Nacional un nerviosismo que deberán saber sobrellevar. Es verdad
que ganar mañana no nos asegura aún el campeonato (la última vez que fuimos
campeones, perdimos esta semi-final) pero dejará la ventaja de nuestro lado.
Todos pensábamos que iba a ser muy difícil lograr este
campeonato y aun lo pensamos. Pero también entendíamos que la forma de pelearlo
era ir por etapas. Ganamos el clausura, ahora la meta es este partido, nada
más. De lograr la victoria podremos, entonces sí, pasar a la siguiente etapa.
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