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viernes, 26 de junio de 2015

El último gran ídolo



Siempre digo que mi mayor ídolo fue Fernando Morena porque tuve la suerte de verlo jugar, pero además porque tuve la inmensa fortuna de tener la edad suficiente para acordarme. Tenía 6 años cuando lo vi jugar por primera vez, en 1977 cuando el nando era Dios para la hinchada aurinegra. Por eso con 10 años, en el 81, invertí 14 pesos en la colecta de los hinchas para traerlo de nuevo y me pagó con una Libertadores y una Intercontinental. Fue la mejor inversión de mi vida.

A que voy con esto? A que yo le preguntaba a mi viejo, que vio la fuga del 49, como podía ser que Míguez fuera mejor que Morena? y hoy me doy cuenta que la idolatría va por generación. Nuestro ídolo es aquel crack que pudimos ver jugar de niños y lo disfrutamos por tanto tiempo en nuestro club, domingo a domingo como para podernos acordar de él.

Por eso mi ídolo fue Morena y el de mi viejo el cotorra. Por eso los menores que yo lo tienen a Bengoechea como máximo referente y los aún más chicos al Tony. Todos son ídolos y no son comparables entre ellos porque esa categoría es subjetiva.

Pacheco es el último gran ídolo aurinegro y me pregunto cuánto tiempo más habrá que esperar para poder tener en Peñarol otro referente de su calibre. Por la dinámica de futbol actual, nuestros jugadores se van cuando apenas empiezan a mostrar sus talentos y solo regresan cuando sus carreras están ya en el declive (para el caso más reciente está el ejemplo de Forlán).

Por eso Pacheco será, a mi entender, el último gran ídolo de Peñarol al que podamos disfrutar por tanto tiempo. Ojalá me equivoque, pero siento que pasarán muchos años para que otro jugador de su talento pueda jugar en Peñarol los años suficientes para tornarse en ídolo.

Quería otro final para el Tony pero de lo que no tengo dudas es que a partir de hoy, los hinchas de Peñarol empezaremos a olvidar convenientemente esta última etapa para acordarnos de todo lo que nos dio, de tantas alegrías, de tantos goles, de tantas vueltas.

A partir de hoy la camiseta número 8 pasará a quedar por siempre identificada con él,  como la 9 lo está con el nando y la 10 con el profesor.

A partir de hoy habrá banderas con su rostro, con su camiseta y con sus colores en las tribunas.

A partir de hoy nos empezaremos a olvidar convenientemente de que no se fue en 2013 cuando se tenía que ir y lo empezaremos a extrañar. A partir de hoy comienza la leyenda, porque no hay como el paso del tiempo y la nostalgia para transformar a los ídolos en seres míticos.

A partir de hoy empezamos a formar parte de aquellos que en unos años vamos a decir: “la puta, como jugaba el Tony!”.

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