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miércoles, 24 de junio de 2015

GRACIAS TONY



Finalmente la directiva de Peñarol resolvió por unanimidad no renovarle el contrato a Antonio Pacheco. Ante este hecho, se impone el dicho tradicional que más que nunca ha popularizado en nuestro país un conocido relator que lo usa como muletilla permanente: “Una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa”.

Una cosa es que Pacheco es el último gran ídolo de Peñarol. Pacheco es 8 veces campeón uruguayo con Peñarol, pero además con participación decisiva con goles en finales, partidos clásicos y siendo goleador del campeonato en un par de ocasiones. Es además el jugador que más clásicos ha disputado en la historia. Pero además ha tenido una identificación innegable con el club y su hinchada, siendo el actual capitán aurinegro. Nadie puede discutir esto ni restarle mérito.

Otra cosa es que el tiempo pasa inexorablemente para todos y Pacheco ya tiene 39 años.  Ya no está en condiciones físicas para ser titular en el equipo aurinegro. Su rendimiento, sobre todo físico, pero también futbolístico, ha decrecido notoriamente a lo largo de las últimas temporadas. Su aporte al equipo ha sido prácticamente nulo en esta última campaña y ha comenzado a ser resistido por buena parte de esa hinchada que le idolatraba.

El regreso de Pacheco desde Wanderers constituyó prácticamente una película épica. Fracturado en su primer partido, parecía lógico que no volviera a jugar. No solo volvió a hacerlo sino que contribuyó con un singularísimo aporte al equipo convirtiendo en el clásico y marcando los 3 tantos en la final. Si Pacheco se hubiera retirado en ese momento, hoy sería Pelé.

Lamentablemente Pacheco decidió seguir jugando y se expuso a este final que hoy se concreta. No tenía que terminar así. Es lamentable para todos. Para el club que lo vio nacer y lo hizo su capitán. Para los hinchas que lo vimos jugar y tanto nos hizo disfrutar. Y sobre todo para el propio Pacheco que merecía otra cosa.

No tenía que ser así, Tony. Merecías mucho más y nosotros también. Como hincha de Peñarol, solo puedo agradecer tanto que nos diste. Tantas alegrías, tantos goles, tantos campeonatos. Con esa sonrisa eterna , con ese comportamiento ejemplar dentro y fuera de la cancha, con esa lengua mostrada con alegría después de cada tanto. Por tantas alegrías clásicas, golazos de enorme calidad, por tantas vueltas olímpicas. Un simple pero enorme GRACIAS.

Los hinchas que te queremos bien, nos vamos a quedar con eso y nos olvidaremos de esta salida que no está a la altura de tu calidad y de tanto que le aportaste a la historia del más grande de este país. Sos de Peñarol porque sos hincha como cualquiera de nosotros y eso es algo que te acompañará por el resto de tus días.

GRACIAS TONY Y HASTA SIEMPRE.

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