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sábado, 16 de mayo de 2015

Mañana es el clásico


Mañana es el clásico. Ese partido especial del que todos los hinchas aurinegros guardamos los mejores recuerdos. Recuerdos que darían por si solos para escribir montañas y montañas de notas.

El clásico que la prensa viene promocionando como el 200 en la historia del profesionalismo. Pero para los que consideramos la historia como una sola, independiente de las mezquindades del profesionalismo que niega la etapa del romanticismo amateurista, este será el clásico 525. El que más veces se ha disputado en la historia del planeta futbol. Y el que tiene un ganador histórico claro: El Club Atlético Peñarol.

Como ha sido constante en los últimos tiempos, Peñarol llega con una necesidad mayor que su adversario. Porque necesita ganar el Clausura como única posibilidad de pelear por el Uruguayo. Por más que en los últimos dias a través de la prensa, se quiera hacer ver que Nacional necesita ganar para pelear por el clausura, la verdad es que el equipo tricolor no se juega nada y su objetivo más importante será complicar las posibilidades aurinegras.

Esto permitirá que Nacional salga a especular sin la presión del resultado, aplicando lo que mejores réditos le ha dado en esta temporada: esperar y contrapoponer.

Los problemas de Peñarol son harto conocidos. En un equipo que se torna muy lento por momentos y se queda sin sorpresa ni generación de futbol. Un equipo que deja enormes espacios en el medio, producto de jugar con un solo volante de marca y permite a los rivales el rápido pasaje de defensa a ataque, recargando la labor de nuestra retaguardia. A esto se suma la falta de contención por los laterales (más marcada aún por derecha) y la carencia de un goleador nato que hace que el equipo dependa en gran medida de la capacdad de gol de sus volantes.

El equipo aurinegro ya se recita de memoria. Salvo con pequeñas variantes, Pablo ha venido manteniendo la misma oncena y eso es una virtud que le debemos reconocer. Independientemente de no estar de acuerdo con algunas cosas, pensando por ej que Nandez debía ser titular, aunque no lo tuviéramos para este encuentro o que Zalayeta y sobre todo Pacheco, deben ser dosificados en una medida mayor, es indiscutible que Pablo ha seguido los pasos del manual del nuevo técnico. Su primera tarea ha sido buscar un equipo y consolidarlo. Nos guste o no, este es el equipo del técnico.

Enfrente estará un equipo que está lejos de ser impresionante. Ha sido un equipo más utilitario que vistoso y no repitió la campaña (por demás inusual) del Apertura. La situación le permitirá implantar la estrategia que le ha dado mejores resultados.

En la irregularidad de nuestro futbol, mañana puede pasar cualquier cosa y ningún imponderable puede descartarse. Factores como el arbitraje, que tan perjudicales nos han resultado en los últimos tiempos, serán determinantes. Nacional quería a Cunha (que tanto nos ha perjudicado) sin embargo, éste quedará reservado para las posibles finales, donde puedan necesitarlo más.

Quien crea que el partido se define 11 contra 11 dentro del campo es un iluso. Las últimas historias clásicas nos lo demuestran. También la política de nuestro tradicional adversario cuyo presidente ha ganado las elecciones basado en el slogan "ganar en todas las canchas".

Mañana puede pasar cualquier cosa, pero como cada vez que nos enfrentamos ante una justa clásica, nuestro fervor aurinegro se mantiene incólume. Mañana sabremos si aún podemos dar lucha o habrá que comenzar a trabajar pensando en la siguiente temporada.

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