Peñarol
ya sabía que Danubio había caído en Jardines y que si ganaba quedaba otra vez
primero y dependiendo de sí mismo una fecha antes del clásico. El aurinegro
salió con el cambio obligado de la suspensión de Valdez, sustituido por Viera.
Finalmente con Aguiar y Piriz dentro de
los 11 pese a sus dolores de la semana. Cuidando también las 4 amarillas de
Diogo y Mac Eachen. Lo único que debía hacer Peñarol, era ganar.
Pero
Peñarol no arrancó bien, tocando demasiado la pelota pero sin profundidad. Por
el contrario Rampla intentó abrir la cancha con velocidad y forzar una defensa
aurinegra que no se mostraba del todo firme.
Sin
embargo, fue el carbonero el que tuvo las primeras opciones. La primera fue en
el minuto 5 con un desborde de Diogo por izquierda, mete la pelota al área y
anticipa Zalayeta con el pie y la pelota se va por encima de horizontal.
La
segunda fue a los 11´ con un toque de Pacheco para el japo Rodríguez dentro del
área, toca para Zalayeta que remata trabado y la pelota sale ancha.
La
primera para Rampla fue a los 17´ con un tiro libre de Cuello que se fue apenas
afuera contra la base del palo derecho de un Migiore que voló pero no llegaba.
Cuando parecía
que Peñarol se quedaba sin ideas y Rampla intentaba arrimarse, llega la
apertura carbonera. Fue a los 33´ con una salida del japo que manda a la
izquierda para Sandoval. La mete al medio por donde entraba Aguiar que se mete
en el área pero se entrevera y la pelota le queda para Zalayeta que, de media
vuelta, saca un zapatazo a media altura para clavarla contra el palo izquierdo
del arquero marcando la apertura.
Pero el
1 a 0 no tranquilizó al aurinegro y el picapiedra tuvo un par muy buenas para
empatar.
Fueron
en un minuto, en el 39 a través de un córner desde la derecha donde gana de
cabeza un delantero y le queda a Dzeruvs que la toca para superar a Migliore y
Pacheco la despeja debajo del arco cuando entraba.
La
siguiente fue un minuto después con otro córner desde la derecha que recoge
Barboza con una chilena que se pierde afuera contra el palo derecho.
La
última de Peñarol fue a los 43´ con una escapada de Urretavizcaya por
izquierda, mete la pelota al segundo palo y el japo Rodríguez de tijera la
manda por encima del horizontal.
Peñarol
se fue al descanso ganando 1 a 0 pero sin terminar de convencer. Es cierto que
tuvo más la pelota y se mostró superior al rival, pero por momentos careció de
ideas y profundidad.
El
segundo tiempo se presentó con las mismas características. Peñarol tenía más la
pelota, tocaba, rotaba, pero le faltaba profundidad.
La primera
fue para Rampla a los 3´ con un remate del ex aurinegro Nuñez que pasó cerca
del palo derecho.
Peñarol
respondió recién a los 21´ con un pase en profundidad de Zalayeta que pasa la
pelota entre 3 zagueros para la entrada de Urreta por derecha que llega exigido
y el arquero consigue despejar.
Pudo
ser también a los 23´ cuando Aguiar se va por izquierda y mete el centro, Piriz
le gana a las manos del arquero y la pelota se va apenas por sobre el
horizontal.
El
partido se resuelve a los 29´ con un grueso error del línea Changala. Una
pelota que levanta Zalayeta y Urreta la mete adentro con un toque de cabeza y un zaguero la despeja
claramente con la mano pero también claramente fuera del área. El línea lo
marca adentro en un error grave de interpretación.
Lo
remató Pacheco contra el palo izquierdo y puso el 2 a 0 que sería definitivo.
Fue
demasiada ventaja para Rampla el 2 a 0 y Peñarol se limitó a mantener la pelota
y hacerla rotar, tal cual había hecho desde el inicio del juego.
Peñarol
tuvo otra para aumentar sobre el final del partido con una apilada de Hernán
Novick por izquierda, hace el toque atrás para el remate de Nandez que se
pierde afuera contra el palo derecho.
Ganó
Peñarol y se subió a la punta y eso es lo más importante. El aurinegro vuelve a
depender de sí mismo a falta de 4 partidos para el final. Hasta ahí lo
positivo.
Lo
preocupante es que el equipo sigue mostrando carencias, sobre todo a la hora de
generar futbol. Por momentos mantiene un ritmo lento, cansino, exasperante de
ver. Hoy Peñarol fue claramente beneficiado por el arbitraje. Justo es
reconocerlo cuando tantas veces se nos ha perjudicado. Lo preocupante es que
sea justamente antes del clásico, como si los perspicaces de siempre le dieran
al enemigo la posibilidad de llorar como acostumbran hacerlo, durante estos
próximos 15 días.
Ahora
viene Nacional en un partido que será especial, no solo porque Peñarol debe
ganar (esa es la obligación de siempre) sino porque el tricolor no se juega absolutamente
nada y solo buscará amargarle la fiesta al mirasol.
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