Peñarol
jugaba en un Atilio Paiva Olivera repleto, demostrando que en Rivera, como en
todo el Uruguay, Peñarol es el más popular, el que tiene más hinchada por
lejos.
Para
jugar en su tierra natal, el profe Bengoechea hacía dos cambios: la vuelta de
Valdez por la estrambótica lesión de Bizera que desde que vino ha estado más afuera
que adentro y el ingreso de Aguiar en el medio, pasando el japo a la izquierda,
saliendo Facundo Rodríguez.
El
partido arrancó con mucho estudio pero insinuaba algo más el carbonero con
alguna corrida de Urretavizcaya, el único diferente que tiene este equipo. Fue
así que a los 8´se puso en ventaja con una pelota que roban el medio y dejan
para Urretavizcaya, toca con Pacheco que devuelve, se la lleva Urreta por el
medio, toca para Zalayeta mientras se ubica en el área y el moreno mete un
centro perfecto al segundo palo. Se eleva Urretavizcaya y de emboquillada la
manda por arriba del arquero para meterla contra el palo izquierdo.
Pudo
aumentar Peñarol a los 13´ con un centro de Rodales desde la derecha que recibe
Pacheco en el segundo palo, la para y saca el remate que se va por encima del
horizontal.
Pero
Tacuarembó empata en la primera llegada al arco. No puede Valdez y la pelota en
centro desde la derecha es ganada por Aldo Díaz que le gana al salto de Mac
Eachen y la mete arriba, en el ángulo superior izquierdo de Migliore que vuela
pero no llega.
Y siguió
de largo Tacuarembó que tuvo otra a los 29´ con un córner desde la derecha que
gana Carvalho en el primer palo y la pelota roza el horizontal para irse
afuera.
A los
41´ un tiro libre de Fagúndez desde la izquierda pasa cerca de ángulo
izquierdo. Dos minutos después otro remate de Fagúndez desde afuera lo saca
Migliore al córner.
La
última fue para Peñarol sobre el cierre del primer tiempo con un centro de
Zalayeta que cabecea Aguiar por encima de horizontal.
El
primer tiempo se fue 1 a 1 con una imagen opaca del carbonero.
En el
segundo tiempo, Bengochea fue colocando cada vez más jugadores de ofensiva y
sacando defensas pero el equipo nunca funcionó como tal y generó muy poco.
Sin
embargo Peñarol tuvo las más claras y de no ser UNA VEZ MÁS POR LA DESASTROSA
LABOR DEL ÁRBITRO CUNHA, debió ganar el partido.
A los
13´ pudo para Tacuarembó cuando Migliore sale mal en un córner tirado desde la
izquierda y llega solo Aldo Díaz por atrás y cabecea solo con el arco libre y
la tira afuera.
Sobre
los 17´ una vez más Cunha nos roba el partido y si digo nos roba porque no es
la primera vez que este funesto árbitro se come un penal contra Peñarol. Todos
recordamos el partido con Cerro en la temporada pasada cuando Dadomo se manda
una atajada dentro del área tirándose con ambas manos y el ciego consuetudinario
de Cunha no cobra nada. Esta vez fue igual, luego de un entrevero en el área de
Tacuarembó, la pelota le queda a Facundo Rodríguez que saca el remate y la
pelota da claramente en el brazo completamente separado del cuerpo del defensa,
pero Cunha otra vez perjudica a Peñarol como cada vez que nos arbitra (además de
ese penal, expulsión de Jonathan contra Liverpool y de Píriz contra River).
Después
de eso el partido se tornó entreverado y si bien Peñarol tuvo a Tacuarembó
contra su área casi no generó chances claras, quizás un remate de Pacheco desde
afuera que se fue cerca del palo derecho, una corrida de Zalayeta como puntero izquierdo
y cuando la mete atrás no llega el japo y otra que desperdicia Aguiar que en
lugar de rematar fuerte, se la alcanza al arquero.
Peñarol
empató con un equipo que tiene 11 puntos en el año y que se va a ir a la B,
pero además jugó mal, no generó un juego colectivo, careció de un conductor futbolístico
(donde andará Hernán Novick) y terminó al ollazo sin claridad ninguna.
Ahora
viene Defensor, un equipo en serio y no como los amateurs que hemos enfrentado
hasta ahora. Creo que es hora de que se impongan los cambios y que se entienda
que Pacheco y Zalayeta no están para 90 minutos y menos los dos juntos y que
hay que buscar alguna alternativa en la generación (de nuevo, alguien vio a
Novick?) y entender cómo aprovechar la
velocidad de Urretavizcaya para lanzarlo bien en ataque.
Mientras tanto, nuestros dirigentes continuan durmiendo la siesta y permitiendo que árbitros como Cunha nos sigan robando puntos partido a partido.
Negro panorama para un Peñarol que tiene que salir campeón como único recurso para no irse con otra temporada de fracasos.
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