Hoy
Peñarol comenzaba su camino en la copa Sudamericana 2014 y lo hacía con un
partido que a los carboneros no nos resultaba indiferente. Porque el rival era
el Jorge Wilstermann boliviano, el mismo ante el que Peñarol jugó el partido
inaugural de la historia de la Copa Libertadores y fue el primer paso para ser
el primer campeón.
Fue el
19 de abril de 1960 y Peñarol goleó 7 a 1 correspondiéndole al recientemente
desparecido Carlos Borges el honor de ser el primer jugador en anotar un gol
por la Copa que se estrenaba ese día. Esa noche el enorme Alberto Spencer hizo
4 goles y comenzó a acumular la enorme cifra que lo mantiene hasta hoy como el
máximo goleador de la historia de la Libertadores con 54 anotaciones.
Pero
estos eran otros equipos. Wilstermann era una incógnita para nosotros (y
probablemente también para sus propios hinchas ya que cambió 14 jugadores para
esta temporada, además del técnico). Peñarol venía de la muy buena imagen creada
ante Cerro y con la misión de quedar lo más cerca posible de la clasificación.
Para ello,
Fossati repitió la misma integración que hace 4 días ante los de la villa. Y
Peñarol arrancó bien el juego, haciéndose dueño del campo y la pelota, tocando
el balón, rotando e imponiendo velocidad.
Por su
parte el equipo boliviano soportaba el embate mostrándose limitado y golpeando
mucho con la complicidad de un mediocre juez brasileño que permitió al
visitante golpear en demasía.
A los
12´ llegó la apertura. Un tiro libre de Pacheco desde la izquierda es bajado
por Zalayeta con el pecho de espaldas al arco. La pelota acomodada por el
moreno es tomada por el japo Rodríguez que saca un zapatazo impresionante que
rozando en un defensa boliviano se clava contra el palo izquierdo del arco de
la Ámsterdam.
Luego
del tanto, Peñarol mantuvo el nivel de juego por algunos minutos más pero ya
sobre los 20´ perdió la precisión que había mostrado hasta ese momento. Comenzó
a abusar del pelotazo y no volvió a generar ninguna otra situación clara para
convertir.
Para el
segundo tiempo el panorama fue aun peor. Peñarol continuaba equivocando los
caminos y el equipo boliviano comenzó a tener más la pelota y jugarla con mayor
criterio. De tal modo el Wilstermann se fue acercando al arco mirasol, fundamentalmente
con un par de remates de media distancia que controló bien Migliore.
Fossati
se dio cuenta de que estaba perdiendo el medio campo e hizo ingresar a Orteman
por Valdez que estaba sentido, pasando a una línea de 4 en defensa. El cambio
le hizo bien al equipo que ya no perdió tanto en el medio y se vio reforzado en
los últimos minutos cuando salió Pacheco por Alejandro Silva.
Pero
antes de irse, sobre los 25´, Pacheco puedo perfectamente convertir el segundo
gol cuando una pelota elevada le quedó justa para que sacara una impresionante
volea que obliga a una magnífica atajada del arquero Dituro.
Enseguida
respondió el Wilstermann con un cabezazo del paraguayo Neumann que pasó cerca
del palo derecho de Migliore.
Sobre
los 36´ se da una jugada clave en el partido donde resulta abiertamente
perjudicado el equipo aurinegro. Un córner desde la izquierda cae en el centro
del área boliviana y le queda a Píriz que saca un remate fuertísimo que un
zaguero boliviano saca con las dos manos en una gran atajada. Un penal enorme
que vio todo el mundo excepto el mediocre árbitro brasileño que no lo cobró,
perjudicando abiertamente a Peñarol.
Pero la
justicia que no trajo la decisión del juez llegó sobre el minuto 39 de mano de
la fortuna. Porque Jonathan Rodríguez recibió la pelota sobre la izquierda,
enganchó hacia el medio y sacó el remate que rebotando en un zaguero, descolocó
al arquero y provocó que la pelota se metiera contra el palo derecho. 2 a 0 que
era quizás algo excesivo con el trámite del partido, pero se acercaba más al
objetivo que buscaba Peñarol.
Sobre
los 43´ pudieron descontar los bolivianos con una jugada bastante curiosa. Una
pelota por izquierda para Neumann, Viera lo quiere cerrar y su corte rebota en
el paraguayo y hace que la pelota se eleve tomando a contrapié a Migliore que salía.
Pero el argentino logró tocar con la punta de los dedos mostrando unos enormes
reflejos que evitaron la caída de su arco.
En
definitiva Peñarol ganó por una diferencia aceptable pensando en el partido revancha en los 2.500 mts de altura
de Cochabamba. Ventaja aún más valorada por el mal juego expresado por el
equipo en la noche de hoy.
Mal
partido de Pacheco que no volvió a mostrar el nivel desplegado ante Cerro. Un
pésimo partido de Píriz que jugó mal toda pelota que le tocó, o se la dio a los
rivales o la jugó afuera. Viera volvió a bartolear la pelota en demasía. No
gravitaron tanto los carrileros Rodales y Diogo y Johathan y Zalayeta se
perdieron ante los pelotazos enviados por sus compañeros.
En una
semana sabremos si la ventaja obtenida hoy es o no suficiente. Lo que ya
sabemos es que jugando como hoy no podemos tener demasiado futuro en esta copa.
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