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domingo, 6 de abril de 2014

Amistosa caída

Así presentaba el Inter el encuentro de reapertura del Beira Rio. La primera parte es evidentemente una exageración, Inter no es el campeón del siglo XXI, la segunda si es verdadera, Peñarol es el campeón del siglo XX certificado por el IFFHS.

Un estadio que el mismo Peñarol había inaugurado en 1969 con una fea derrota. Que también traía el recuerdo de una goleada fea por la Libertadores del 89, pero que tenía el último grato recuerdo de la clasificación aurinegra ganándole de atrás a un Inter que era campeón de América en 2011.

Un Peñarol de alternativa que tenía como misión quedar lo más lejos posible del papelón. Con Lerda en el arco, línea de tres con Macaluso, Bizera y Mac Eachen, los carrileros Albín por derecha y Raguso por izquierda, dos medios centrales Novick y Nandez, un enganche Pacheco y dos delanteros Leyes y Toledo.

Hablar de las diferencias entre un equipo brasileño y uno uruguayo en cuanto a la tenencia de la pelota, toque de balón, dinámica, desmarque y precisión es de Perogrullo. Y el Inter fue superior en todos esos rubros en todo momento.

A pesar de que la primera fue del aurinegro a los 2´ con una incursión de Albín que engancha hacia adentro y remata afuera contra el palo derecho del experimentado Dida.

Pero a los 4´ ya estaba en ganancia el colorado. Cuando D´Alessandro ejecuta un tiro libre desde el vértice izquierdo del área y la clava justa contra el ángulo superior izquierdo de un Lerda que regaló el palo y no atinó a defensa alguna.

El segundo llegó a los 14´ cuando Valdivia recibe una pelota dentro del área y cuando va a girar, Bizera lo baja burdamente en un penal clarísimo. Otra vez remata D´Alessandro contra el palo izquierdo haciendo inútil la estirada de Lerda para ya liquidar el partido temprano y asegurar la fiesta colorada.

De ahí en más se sintió más que cómodo el dueño de casa que tuvo otra sobre los 27´ con un remate de Valdivia que contuvo Lerda.

Peñarol tuvo una sobre los 30´ con un remate de Raguso desde afuera que Dida mandó al córner.

Así se fue el primer tiempo con una merecida victoria del Inter que además consiguió convertir en las dos situaciones claras que tuvo.

El segundo tiempo fue más de lo mismo, aún desvirtuado por una catarata de cambios en ambos equipos, mostro una acumulación de situaciones para el local.

Para mencionar solo algunas, a los 7´ una buena jugada por derecha termina con un centro pasado al segundo palo que cabecea solo William ganándole la espalda a Macaluso y se va apenas afuera.

Sobre los 11´ un remate de Wellington desde afuera del área es contenido por Lerda.

A los 15´ un tiro libre de D´Alessandro desde la derecha es sacado por Lerda volando contra el palo derecho.

Un minuto después, otro tiro libre del argentino, esta vez desde la izquierda permite el cabezazo de Indio solo debajo del arco y ganándole a Lerda en la salida y la pelota se va apenas afuera.

Siguieron los cambios y el partido continuó desvirtuándose. En virtud de eso, Peñarol con el ingreso de los rápidos Jonathan Rodríguez, Mauro Fernández y Carlos Nuñez, generó algo más de peligro incluyendo la jugada del descuento.

Fue a los 30´con un lateral desde la derecha que recibe Jonathan Rodríguez, va hasta la raya de fondo y mete el centro atrás que remata Mauro Fernández y la pelota, después de rebotar en un defensa, se mete abajo contra el palo derecho.

Incluso pudo empatar Peñarol en el último minuto con otra corrida de Jonathan Rodríguez, pero esta vez elige mal la conclusión y prefiere definir sin ángulo en lugar de meter el pase al medio donde entraba solo Augusto Medina.

En definitiva, un partido que no tiene más valor que el homenaje de ser convocado para la reinauguración de un estadio que será mundialista y permitir que jueguen algunos de los futbolistas que no son habitualmente titulares en el carbonero.

Al final lo más importante de la tarde fue que perdió River y Peñarol vuelve a depender de sí mismo para ganar el Clausura.

Rocha intercambia banderines con el capitán del Inter antes del partido (1969)


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