Eso fue
lo que duró la punta. Peñarol cayó en un partido donde no mereció perder,
porque fue más que su rival, porque tuvo las mejores posibilidades y porque el árbitro
Cunha no cobró un penal donde el zaguero albiceleste despejó con ambas manos por
encima de su cabeza.
Para
enfrentar a Cerro, Peñarol presentaba 5 cambios con relación a la formación que
derroto el miércoles a Arsenal por la copa. La vuelta de Castillo al arco por
Lerda, Darío por el suspendido Valdez, el japo por Raguso, Nandez por Marcel
Novick y Toledo por Pacheco.
Empezó
bien Peñarol, con dinámica y buen toque de balón. Intentando abrir la cancha
con Hurtado y el japo. Pero le faltó precisión en el toque final y atención
para no caer en posición adelantada (fueron nada menos que 4 en los primeros
minutos del juego).
Sin
embargo el que tuvo la primera aproximación fue Cerro, luego de un toque del ex
aurinegro Grossmüller por izquierda para la entrada de Dadomo que va hasta la
raya y hace el centro al medio que es despejado justo por la defensa.
Peñarol
respondió a los 22´ con una descarga de Toledo, el toque atrás de Zalayeta y el
remate desde afuera de Nandez que hace volar al arquero Odriozola para sacarla
contra el palo izquierdo.
Tuvo
otra a los 28´ con un gran pase de Aguiar por el medio para la entrada de
Zalayeta que remata y el arquero consigue desviar al córner en otra muy buena
atajada.
Pero
sobre los 30´ Peñarol perdió el dominio del balón y lo comenzó a tomar Cerro,
que si bien no creó situaciones del gol, por lo menos alivió a su defensa que
hasta ese momento había estado comprimida en su campo.
Apenas
si un remate desde lejos a los 39´ de Oliveira que pasó cerca del palo
izquierdo de Castillo.
La
última de Peñarol fue a los 42´ con otro gran pase de Aguiar para la entrada de
Jonathan Rodríguez que queda mano a mano con el arquero, pero cuando va a
definir se la toca justo Melo y hace que el remate rebotado se vaya por encima
del travesaño.
Fue más
Peñarol en ese primer tiempo, tuvo la pelota, presionó bien, abrió la cancha
por afuera y tuvo las más claras, pero se fue sin convertir porque no acertó en
el momento de la definición.
Para el
segundo tiempo la tónica fue la misma con Peñarol lanzado al ataque y dominando
el juego.
Ya a los 4´ la primera fue de Toledo con una media vuelta que pasó
cerca del palo derecho de Odriozola.
Pero
Peñarol no supo convertir y lo pagó caro porque una vez más un horror defensivo
permitió que el rival conquistara un gol con el que terminamos perdiendo 3
puntos. Era el mejor momento aurinegro cuando a los 17´ perdemos una pelota, no
marca nadie en el medio, permiten que Grossmüller reciba solo y meta el pase
para la entrada de Delgado que enfrenta la salida de Castillo tocando cruzado
al palo más lejano para poner el gol que sería el de la derrota aurinegra.
Y no es
que Peñarol no haya tenido chances. De hecho tuvo unas cuantas para empatar
mientras que Cerro no dispuso de ninguna, pero las malogró y en el resto el
desastroso trabajo de Cunha se encargó de evitar lo que hubiera sido un
resultado más justo.
Ya un
minuto después pudo ser cuando un lateral sacado desde la izquierda frente al
área villera le quedo en el segundo palo donde entraba solo Hurtado, pero en
lugar de definir cómo debía, la quiso parar de pecho y la pelota se le fue
afuera. Una vez más el peruano falla en una oportunidad donde le queda todo
para definir y malogra la chance. Inmediatamente lo sacó Fossati y a nuestro
entender no debería entrar más porque cada vez que ha tenido una chance clara
de convertir, la ha desperdiciado.
A los
25´ un toque de Jonathan Rodríguez para la Zalayeta en el área y el moreno, de
espaldas al arco, la contiene con el pecho y ensaya la chilena que pasa apenas
afuera contra el palo izquierdo.
Y a los
30´ se termina el partido porque gracias a la funesta actuación de Cunha
Peñarol se termina de enloquecer y pierde cualquier posibilidad de lograr el
empate. Una pelota larga que gana Jonathan Rodríguez dentro del área, se la
toca por arriba a Dadomo y este mete las dos manos por encima de la cabeza para
despejar la pelota y el árbitro VE PECHO, PEOR QUE UN CIEGO ES AQUEL QUE NO
QUIERE VER, dice el dicho y Cunha se hizo el tonto para no cobrar un penal que
vió todo el estadio.
En los
últimos 15´ Peñarol jugó a lo loco, porque se le escapaba un partido donde había
jugado mejor, porque perdía la punta del campeonato, pero sobre todo porque el
robo del que fue objeto lo saco completamente de balance.
De ahí
hasta el final apenas si tuvo un par de remates de Jonathan Rodríguez con
cierto peligro.
Peñarol
perdió la punta de un campeonato donde insólitamente estaba puntero jugando tan
mal, pero lo que nos rebela es que la pierde en un partido donde mereció mejor
suerte, hizo más por la victoria que su rival y donde fue despojado por un
árbitro que no pudo no ver ese penal.
PEÑAROL
INSTITUCIÓN DEBE IR HASTA LAS ÚLTIMAS CONSECUENCIAS PARA QUE ESTE ARBRITO SEA
SANCIONADO. Aunque seguramente no va a pasar nada y en la calle 8 de octubre el
rey del llanto que escuchamos llorar todas las semanas de gira por las radios
hoy estará contento de que su llanto eterno ha tenido sus frutos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario