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miércoles, 12 de febrero de 2014

Discreto comienzo. Peñarol 1 Deportivo Anzoátegui 1

Peñarol debutaba en la Copa Libertadores 2014 en tierra venezolana. Y para ello Fossati eligió un equipo donde el jugador más joven tenía 29 años. Porque las ausencias de Píriz y Aguiar fueron cubiertas por Novick y Orteman, con Macaluso por Viera en la zaga y el japo Rodríguez en lugar de su homónimo Jonathan.

Peñarol sufriendo el larguísimo viaje y el comienzo de la mezquina venganza de Fox por el problema de los derechos de tv, haciendo que el partido se jugase a las 5 y 15 de la tarde, hora local, con un calor y una humedad insoportables.

Un equipo con un promedio de 33 años no parecía el más adecuado para enfrentar esas condiciones con éxito y el trámite del partido demostró eso.

En los primeros minutos se paró mejor Peñarol, ejerciendo presión sobre la pelota y situándose en campo local. Pero la duda era cuanto podría aguantar ese juego el aurinegro (hoy todo de negro) si no se ponía en ventaja rápidamente. Considerando el largo viaje, el calor, la humedad y el alto promedio de edad, esa presión no duró más que lo lógicamente posible.

La primera fue a los 15´ para el aurinegro con un pase de emboquillada de Lima para la entrada por izquierda del japo Rodríguez y el remate de éste consigue despejarlo el arquero.

Sobre los 20´ Peñarol se empezó a fundir y el local se fue animando. Primero con remates desde lejos que contuvo bien Castillo, pero cada vez más tocando la pelota y acercándose a nuestra última zona.

Peñarol tuvo otra a los 34´ con un enganche de Pacheco en la puerta del área y su remate fuerte se fue por encima del horizontal.

A los 38´ llegó la apertura. Un pase de cuchara para la entrada de Villegas que amortiguó con el pecho y definió por debajo del cuerpo de Castillo, que no salió en forma convincente.

De ahí en adelante fue todo cuesta arriba. Con un equipo cansado, cada vez más lento y anunciado, sin sorpresa, sin elaboración, sin velocidad, sin fuerza.

Todavía pudo ser más duro el primer tiempo, porque sobre los 45´ tuvo una clarísima el Anzoátegui. Una pelota jugada en largo para Villegas que en velocidad supera a toda la defensa e ingresa solo de cara al gol. Esta vez sale bien Castillo y gana el mano a mano despejando en gran intervención.

Para el segundo tiempo, Peñarol arranca sin cambios pero con otra tónica, más parecida al inicio del encuentro, parándose en campo rival e intentado ofender.

A los 6´ una combinación de Zalayeta con Pacheco que se va por derecha y mete un buen centro que consigue cabecear Zalayeta en palomita y la pelota se pierde apenas afuera contra el palo derecho.

Sobre los 15´ otra para el aurinegro. El toque de espaldas de Zalayeta para la entrada por izquierda de Baltazar Silva que saca el remate fuerte y cruzado y el arquero consigue despejar con una mano al córner.

A los 18´ lo pudo liquidar el Anzoátegui con un remate de Escobar desde la media luna y Castillo vuela abajo contra el palo derecho para sacarla afuera en gran atajada.

De ahí en más el partido se hizo lento y cansino con algo de predominancia del aurinegro y con un equipo venezolano que tocaba la bola y hacía tiempo.

Hasta que a los 33´ llega el empate mirasol. Toque de Albín para la entrada por derecha de Jonathan Rodrìguez (que había entrado por Pacheco). El juvenil aurinegro hace flor de jugada dejando atrás a dos marcadores y yendo hasta la línea de fondo para pasarla al medio por donde entraba Zalayeta. El moreno le gana a al cierre del zaguero y la salida del arquero y con un toque consigue meterla en el arco venezolano para decretar el empate.

Sobre los 35´ hay una roja para Hernández por una patada sobre Albín. Parecía que había tiempo para que Peñarol lo ganara, pero estaba fundido y no consiguió hacer pesar la supremacía del hombre demás a pesar del ingreso fresco del peruano Hurtado.

Peñarol sacó hoy un punto que no mereció por su juego, apenas si  un premio a la voluntad y al no entregarse, condiciones que parecen volver a figurar en la grifa de nuestra camiseta desde que está Fossati al frente.

Pero la actuación del equipo fue preocupante y habrá que ver si este punto termina siendo o no decisivo. El Anzoátegui es una pobrísima expresión futbolística, que apenas se limitó a hacer correr la pelota y con eso les alcanzó para complicarnos. Porque Peñarol corrió siempre detrás de la pelota sin poder agarrarla casi nunca. Fue un equipo cansino, lento, anunciado, sin ideas, sin dinámica, sin creación. Debió luchar contra el viaje, la hora impropia, el calor, la humedad, pero aún así jugó muy poquito.

El punto podrá servir o no, porque Peñarol no será el único que se traiga puntos desde Venezuela, visto lo poco aportado por el Anzoátegui. También es cierto que Peñarol puede ganar los 3 partidos en casa, pero eso es otra historia y habrá que conseguirlo.

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