Peñarol
debutaba en la Copa Libertadores 2014 en tierra venezolana. Y para ello Fossati
eligió un equipo donde el jugador más joven tenía 29 años. Porque las ausencias
de Píriz y Aguiar fueron cubiertas por Novick y Orteman, con Macaluso por Viera
en la zaga y el japo Rodríguez en lugar de su homónimo Jonathan.
Peñarol
sufriendo el larguísimo viaje y el comienzo de la mezquina venganza de Fox por
el problema de los derechos de tv, haciendo que el partido se jugase a las 5 y
15 de la tarde, hora local, con un calor y una humedad insoportables.
Un
equipo con un promedio de 33 años no parecía el más adecuado para enfrentar
esas condiciones con éxito y el trámite del partido demostró eso.
En los
primeros minutos se paró mejor Peñarol, ejerciendo presión sobre la pelota y
situándose en campo local. Pero la duda era cuanto podría aguantar ese juego el
aurinegro (hoy todo de negro) si no se ponía en ventaja rápidamente. Considerando el largo viaje,
el calor, la humedad y el alto promedio de edad, esa presión no duró más que lo
lógicamente posible.
La
primera fue a los 15´ para el aurinegro con un pase de emboquillada de Lima
para la entrada por izquierda del japo Rodríguez y el remate de éste consigue
despejarlo el arquero.
Sobre
los 20´ Peñarol se empezó a fundir y el local se fue animando. Primero con
remates desde lejos que contuvo bien Castillo, pero cada vez más tocando la
pelota y acercándose a nuestra última zona.
Peñarol
tuvo otra a los 34´ con un enganche de Pacheco en la puerta del área y su
remate fuerte se fue por encima del horizontal.
A los
38´ llegó la apertura. Un pase de cuchara para la entrada de Villegas que
amortiguó con el pecho y definió por debajo del cuerpo de Castillo, que no
salió en forma convincente.
De ahí
en adelante fue todo cuesta arriba. Con un equipo cansado, cada vez más lento y
anunciado, sin sorpresa, sin elaboración, sin velocidad, sin fuerza.
Todavía
pudo ser más duro el primer tiempo, porque sobre los 45´ tuvo una clarísima el
Anzoátegui. Una pelota jugada en largo para Villegas que en velocidad supera a
toda la defensa e ingresa solo de cara al gol. Esta vez sale bien Castillo y
gana el mano a mano despejando en gran intervención.
Para el
segundo tiempo, Peñarol arranca sin cambios pero con otra tónica, más parecida
al inicio del encuentro, parándose en campo rival e intentado ofender.
A los
6´ una combinación de Zalayeta con Pacheco que se va por derecha y mete un buen
centro que consigue cabecear Zalayeta en palomita y la pelota se pierde apenas
afuera contra el palo derecho.
Sobre
los 15´ otra para el aurinegro. El toque de espaldas de Zalayeta para la
entrada por izquierda de Baltazar Silva que saca el remate fuerte y cruzado y
el arquero consigue despejar con una mano al córner.
A los
18´ lo pudo liquidar el Anzoátegui con un remate de Escobar desde la media luna
y Castillo vuela abajo contra el palo derecho para sacarla afuera en gran
atajada.
De ahí
en más el partido se hizo lento y cansino con algo de predominancia del
aurinegro y con un equipo venezolano que tocaba la bola y hacía tiempo.
Hasta
que a los 33´ llega el empate mirasol. Toque de Albín para la entrada por
derecha de Jonathan Rodrìguez (que había entrado por Pacheco). El juvenil
aurinegro hace flor de jugada dejando atrás a dos marcadores y yendo hasta la
línea de fondo para pasarla al medio por donde entraba Zalayeta. El moreno le
gana a al cierre del zaguero y la salida del arquero y con un toque consigue
meterla en el arco venezolano para decretar el empate.
Sobre
los 35´ hay una roja para Hernández por una patada sobre Albín. Parecía que había
tiempo para que Peñarol lo ganara, pero estaba fundido y no consiguió hacer
pesar la supremacía del hombre demás a pesar del ingreso fresco del peruano
Hurtado.
Peñarol
sacó hoy un punto que no mereció por su juego, apenas si un premio a la voluntad y al no entregarse,
condiciones que parecen volver a figurar en la grifa de nuestra camiseta desde
que está Fossati al frente.
Pero la
actuación del equipo fue preocupante y habrá que ver si este punto termina
siendo o no decisivo. El Anzoátegui es una pobrísima expresión futbolística,
que apenas se limitó a hacer correr la pelota y con eso les alcanzó para
complicarnos. Porque Peñarol corrió siempre detrás de la pelota sin poder agarrarla
casi nunca. Fue un equipo cansino, lento, anunciado, sin ideas, sin dinámica,
sin creación. Debió luchar contra el viaje, la hora impropia, el calor, la humedad,
pero aún así jugó muy poquito.
El
punto podrá servir o no, porque Peñarol no será el único que se traiga puntos
desde Venezuela, visto lo poco aportado por el Anzoátegui. También es cierto
que Peñarol puede ganar los 3 partidos en casa, pero eso es otra historia y
habrá que conseguirlo.
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