Después
de algunos días de silencio para tomar distancia emocional del desastre que ha
significado este campeonato apertura, es momento de analizar los objetivos de
Peñarol para 2014.
El panorama
se presenta muy complicado. Todos los responsables de la debacle reciente
continúan en el club: los mismos dirigentes (responsables de la peor época en
la historia de la institución), el núcleo de jugadores (que se han
caracterizado más por su falta de profesionalismo que por su desempeño en la
cancha), el cuerpo técnico (cuyo único mérito hasta el momento ha sido ganar el
clásico, pero que ha mostrado una falta de autocrítica importante), el gerente
deportivo (responsable de avalar contrataciones que han representado un enorme
fracaso) y la sanidad (que ha dado más que probadas muestras de incompetencia).
Ante
ese panorama, los objetivos para la próxima temporada se presentan más que
complicados.
Sabido
es que, para nosotros la actividad internacional debe ser siempre prioritaria
para una institución del prestigio y la historia de Peñarol. Sin embargo, este
año consideramos que no tiene el menor sentido tener alguna esperanza de
alcanzar alguna cosa a nivel internacional.
La
denuncia de Peñarol a la mafia de la CONMEBOL (que ya ha repercutido en la
corporación mafiosa por excelencia que es la FIFA) hace más que probable que
Peñarol sea radiado de la disputa de la Copa Libertadores 2014 (y de algunas
más) puesto que estas corporaciones harán todo para aplastar cualquier intento
aurinegro (o de cualquier otro) por defender sus legítimos derechos y privarlos
de sus pingües y dudosas ganancias.
Pero
aun si esto no se produjera y la CONMEBOL tuviera el mínimo de decencia para no
animarse a suspender a Peñarol, tenemos más que claro que no dejará de pasarnos
la factura.
En el
improbable caso de que disputemos la Copa Libertadores, la cadena que tiene los
derechos de emisión de los partidos y cuya principal figura ya salió a defender
su negocio destilando veneno contra Peñarol, nos va a desprestigiar durante la
emisión de los encuentros.
Pero
además, la propia CONMEBOL se va a encargar de que no lleguemos muy lejos a
través de los arbitrajes.
Por lo
antedicho, resultaría más que ingenuo apostar a algún logro internacional en
este 2014. Por tanto, apenas si nos queda la posibilidad de pelear por el
bi-campeonato del triste torneo local. Pero aún esta tarea aparece como
dificultosa debido a la desastrosa posición que ocupamos en la tabla general,
como consecuencia del horroroso
desempeño mostrado en el campeonato Apertura.
No
sería la primera vez que Peñarol se encuentra al inicio del segundo campeonato
del año a una distancia considerable del puntero, pero siempre se trató de
alcanzar a un solo equipo (a lo sumo, dos). En esta ocasión, prácticamente
todos los rivales tienen más puntos que nosotros y estamos muy rezagados.
Resulta completamente imposible superarlos a todos, por lo que la única opción
que tiene el equipo aurinegro es ganar el Clausura y disputar las finales.
Ese es
el objetivo realista que debemos plantearnos. Es el objetivo alcanzable y
posible.
Para
eso se ha comenzado a trabajar temprano y eso nos complace. Se han logrado las
primeras incorporaciones que, desde el primer día de la pretemporada, ya
estarán trabajando con el plantel. Se continúa trabajando en alguna otra
llegada que potencie el equipo y además los jugadores han dado la buena señal
de comenzar a entrenar antes y todos juntos (no entendemos cuál es esa
resolución gremial que les impide entrenar en el club bajo la dirección del
cuerpo técnico, mientras los jugadores del tradicional rival ya lo están
haciendo).
Es una
buena señal que los jugadores comiencen a demostrar algo de profesionalismo y
adhesión a la causa (con la excepción del descerebrado de Carlos Nuñez que otra
vez dio la nota).
Las posibilidades
para este 2014 (en realidad segunda parte de la temporada 2013) aparecen como difíciles
y complicados, representan también una nueva oportunidad de demostrar quienes
somos y la importancia de llamarse PEÑAROL.
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