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martes, 28 de enero de 2014

18 años después.

Finalmente y como era esperado, en la mañana de hoy Jorge Fossati inició su segundo período como entrenador de Peñarol. Lo primero que debemos dejar claramente establecido es que estamos de acuerdo con esta nominación. Es el mejor técnico que podíamos traer en esta coyuntura y pensamos que reúne las características que requiere este momento aurinegro.

Es un técnico serio, sólido, experiente, campeón a nivel de clubes en Uruguay, en Ecuador, en Paraguay. Ganador de la copa sudamericana y ex técnico de la selección. Un técnico con la personalidad que este plantel de Peñarol necesita como el aire.

Ya sabe lo que es la casa y ha sido campeón como jugador y como técnico con nuestra camiseta (si, somos de aquellos que priorizamos a quienes tienen historia en el club por sobre quienes no la tienen, sin que por eso rechacemos a quienes demuestren la capacidad necesaria para conducir al equipo a pesar de no haberlo defendido como jugadores o dirigido con anterioridad).

Su estilo de fútbol no es el que más nos gusta, pero no se puede negar que ha sido exitoso y los títulos cosechados así lo demuestran. Hoy por hoy Peñarol no puede darse el lujo de hacer experimentos (bastante mal salieron los últimos) ni aspirar a jugar vistoso. La única consigna es ganar y poner algo de orden en este plantel.

Hay que ver cuánto influyó en la designación del técnico el que Pelusso haya sido contratado por el tradicional adversario y se sintiera la necesidad de colocarle enfrente otro profesional con la misma experiencia y trayectoria y Fossati encaja perfectamente en ese perfil.

De todos modos tenemos la obligación de recordar algunos hechos que nos han quedado en la memoria. Fossati es el mismo que tuvo grandes problemas internos con el plantel en el 96 que lo llevaron a una merma de rendimiento importante entre el Apertura y el Clausura de aquel año. También justo es decir que de un campeonato a otro perdió a Romero y Magallanes, transferidos por Casal al exterior y terminamos jugando las finales con una delantera compuesta por Pacheco (un pibe en la época) y Martín Rodríguez.

A pesar de esos problemas, de todos modos consiguió el objetivo de salir campeón, lo que terminó siendo imprescindible para lograr el quinquenio al año siguiente, ya conducidos nuevamente por Gregorio Pérez.

Pero en lo personal lo que más recordamos es cuando Fossati, técnico de la selección, desmembró a Peñarol quitándole 4 jugadores impidiéndoles jugar contra Cerro Porteño mientras el equipo paraguayo vino con todo su potencial incluyendo los jugadores de su selección. El resultado fue derrota 3 a 1 en el Centenario y no lo pudimos levantar allá a pesar de ganar 2 a 1 (ya con todo el plantel). Lo más curioso del hecho, es que Paraguay jugaba precisamente contra Uruguay y no necesitó quitarle los jugadores a Cerro Porteño.

Tampoco nos olvidamos que en su momento se quiso llevar a Darío Rodríguez a Cerro Porteño y presionó sobre nuestro capitán de entonces. Hasta ahí nada que decir, todo técnico puede hacer lo que esté a su alcance para incorporar a un jugador que pretende para sus filas. Lo que cuestionamos es que cuando la operación no se concretó, Fossati negó que hubiera pedido a Darío Rodríguez.

Sin olvidar estos cuestionamientos, nos reafirmamos en la certeza de esta elección. Esperamos que sea exitosa y le dé a nuestro equipo (y sobre todo un plantel tan necesitado de orientación y mano firme) el éxito que procuramos. No debemos engañarnos, la situación es muy difícil; estamos lejos en la tabla, el equipo ha demostrado muy poco y la elección del técnico se hizo demasiado tarde, de todos modos deseamos que sea lo mejor para Peñarol.

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