Al día
siguiente de las contradicciones acerca de la noticia del fallecimiento de
Pedro Rocha (lo cual no hace que cambiemos ni una coma de lo expresado en el
día de ayer), Peñarol salía a la cancha en el encuentro previo al clásico, con
la verdadera revolución que generó el técnico Gonçalves en la formación
inicial.
El
regreso de Baltazar Silva por el lateral derecho en sustitución de Albín, en la
zaga Bizera por Viera (quien, de haber jugado todos los minutos en este campeonato,
pasó a no estar ni el banco de suplentes), el ingreso de Novick por el japo
Rodríguez y el más significativo: la salida de Pacheco para dejar lugar a
Carlos Nuñez.
Enfrente,
un equipo al que nos ha costado ganarle en los últimos tiempos y nos ha
amargado más de una tarde. Y empezó mejor Fénix, tuvo mayor control de la
pelota ante un Peñarol que estaba perdido en la cancha, entreverado, sin
generación de futbol y lo más preocupante, mal parado en defensa.
Peñarol
se paró con 4 en el fondo pero puestos en línea por lo que le resultó muy fácil
a los jugadores rivales superar la última línea aurinegra, simplemente
colocando pases profundos.
Fue así
que Fénix dispuso de dos canches claras de gol, quedando los delanteros del
equipo de Capurro, mano a mano con Lerda. La primera fue a los 5´ con un pase
profundo de Novick (el hermano del jugador aurinegro) para la entrada del
panameño Waterman, que queda frente a frente a Lerda quien cierra el arco con
el cuerpo y la pelota le rebota en el pecho, salvando la incidencia.
La
segunda fue a los 13´ con otro pase profundo que vuelve a dejar a Waterman
frente a Lerda y nuevamente gana el mano a mano el arquero aurinegro, esta vez
con el pie.
A los
14´ llega la apertura. Un gran pase profundo de Aguiar para la entrada de Mauro
Fernández por derecha, el centro al medio y la llegada de Nuñez definiendo de
primera y venciendo la resistencia del arquero panameño Mejía. 1 a 0 Peñarol.
Pero
ese gol no hizo que aurinegro se asentara ni jugara mejor. Apenas si tuvo otra
chance a los 22´ cuando Jonathan Rodríguez luchó, ganó y se llevó una pelota por
izquierda, fue hasta la raya y con poco ángulo, sacó el remate que despejó al
córner el arquero Mejía.
De ahí
hasta el final del primer tiempo, Peñarol no volvió a generar ninguna chance de convertir. Otro
mal partido del aurinegro que encontró ese gol y nada más y cerró el primer
tiempo con más dudas que certezas.
Para el
segundo tiempo, Gonçalves buscó darle minutos a Zalayeta antes de clásico (por
la misma razón entró luego Estoyanoff), pero Peñarol siguió haciendo un muy mal
encuentro. No generó fútbol y dejo crecer a Fénix que se fue animando cada vez
más.
A los
16´ pudo ser para el albivioleta cuando un centro de la derecha es cabeceado
por Hernán Novick y la pelota se pierde cerca del palo derecho.
A los
19´ llega el segundo de Peñarol. Una doble pared perfecta entre Aguiar y Jonathan
Rodríguez por izquierda, permite el desborde del primero hasta el fondo y el
pase al medio para que el mismo Jonathan Rodríguez remate para mandar la pelota
al fondo del arco de la Ámsterdam. 2 a 0 pero no tranquilidad.
Porque
este Peñarol no ofrece tranquilidad debido a su flaqueza de espíritu y
rápidamente tomó un gol en contra. Fue a
los 25´ cuando un centro frontal supera a un Maximiliano Gómez que no salta y a
un Lerda que se queda parado en el arco y es cabeceada por el ex aurinegro
Maximiliano Pérez para meterla abajo contra el palo derecho.
De ahí
en adelante, nuevamente la sensación en la tribuna era que este equipo débil de
carácter podía terminar complicando en encuentro.
No
obstante eso tuvo un par de chances de conquistar el tercer tanto. La primera
fue sobre los 27´ cuando un tiro libre magistralmente ejecutado por Aguiar
reventó el ángulo superior derecho de Mejía que estaba vencido.
La otra
fue mismo sobre el final, cuando un centro preciso de Estoyanoff desde la
izquierda, puesto en la cabeza de Zalayeta, es mal definido por el moreno que
la manda afuera cuando estaba solo en el área.
Sobre
el final Peñarol terminó arrinconado en su arco, sufriendo los embates de un
equipo mediocre como Fénix que estuvo a punto de empatar.
Fue
pasada la hora con córner ejecutado por Novick desde el ángulo de Colombes y
América que superó el deficiente esfuerzo defensivo de Lerda y se estrelló
contra el segundo palo a milímetros de convertirse en el empate.
Peñarol
volvió a jugar un pésimo partido, contra un equipo mediocre, la diferencia es que
hoy ganó.
Apenas
si Aguiar, Mauro Fernández y Jonathan Rodríguez, mostraron un nivel
medianamente rescatable. Lerda no dio ninguna seguridad (como siempre), la
defensa estuvo muy mal parada y fue superada permanentemente, Píriz y Novick se
la dieron con más frecuencia a los rivales que a los compañeros. Bajísimo nivel
de Zalayeta, falto de estado físico, de futbol y de distancia. Apenitas algo de
Estoyanoff cuando entró.
Como
apronte para el clásico, este partido deja más dudas que certezas. Peñarol debe
solucionar un cúmulo de problemas si pretende disputar con éxito el encuentro
más importante que le queda hasta el año venidero.
Gonçalves
tiene muchísimo que trabajar, esperemos que por lo menos hoy no haya visto que
Peñarol “jugó un partido perfecto”.
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