Peñarol en su salida
al Troccoli con la necesidad imperiosa de comenzar a sumar de a tres, producto
de la pésima campaña desarrollada hasta el momento y que lo tiene afuera de
cualquier posibilidad en el Apertura y fuera también de la anual.
Con incidentes en
las tribunas desde bastante antes de empezar el encuentro, entre la policía y
el sector de siempre de la parcialidad de Peñarol, en una cancha que no tiene
las condiciones para recibir a las hinchadas de los equipos grandes y donde
jugamos por obra de la demagogia de siempre, contenida en el argumento pueril
de que “se debe jugar en todas las canchas”. Se debe jugar en aquellas canchas
que tengan las condiciones para recibir a las parcialidades de los equipos
grandes, le guste a quien le guste y le caiga mal a quien le caiga mal.
Volviendo a lo
futbolístico, para lograr esos tres puntos tan necesarios, el técnico Gonçalves
planeaba volver colocar en el once
titular a Darío y el japo Rodríguez, pero Darío se desgarró (el último desgarro
le demandó mes y medio de recuperación) y no pudo ser de la partida, sumándose
a los lesionados Zalayeta, Estoyanoff y Bizera (que a esta altura vino a
tomarnos el pelo a todos).
Con el ingreso desde
el vamos de Gabriel Leyes y el medio armado con Píriz y Novick en contención y
Aguiar acompañando al japo en el armado.
Enfrente un Cerro
casi tan necesitado como nosotros jugando en su cancha. E impresionó mejor
Cerro en esos primeros minutos, donde incluso Lerda tuvo que sacar una pelota
complicada debajo de nuestro arco.
A los 4´ se arrimó
tímidamente Peñarol luego de una pelota rebotada después de un centro de Albín
que tomó Aguiar sobre la izquierda y remató fuerte pero desviado.
A los 21´ pudo ser
para Cerro luego de un córner desde la derecha donde falla la zaga aurinegra y
la pelota le queda al ex carbonero Alejandro Lago, que remata mal, desviado y
afuera.
Respondió Peñarol a
los 23´ con una jugada similar. Córner desde la derecha que cabecea solo Píriz,
elevando la pelota por encima del marco.
Sobre los 28´ un
tiro libre desde la derecha, genera un entrevero en el área albi-celeste, la
defensa de Cerro no consigue sacarla y le queda dentro del área a Macaluso que
le pega muy de abajo, lejos y afuera.
Desde ahí hasta el
final del primer tiempo no hubo nada digno de mención para ninguno de los dos
equipos. Otro pésimo partido de Peñarol, sin generación de futbol, con un
Pacheco que perdió más delas que ganó y aportó muy poco. El japo Rodríguez
volvió a pasar desapercibido, hubiera sido lo mismo que no jugara. Perdido
Leyes, a quien no le jugaron una sola pelota bien. Mal los dos laterales, tanto
Raguso como Albín compitieron por cuál de los dos resultaba más intrascendente.
Tampoco se generó gran sensación de seguridad atrás.
La suma de todos
estos factores determinó otro muy mal primer tiempo del aurinegro y con cero
perspectivas de mejoras para el segundo tiempo.
Y el segundo tiempo
empezó de la peor manera. Al minuto pelota que lleva Leites por derecha,
levanta un centro que no tenía ninguna pretensión a la posición del arquero,
pero Lerda, otra vez flojísimo de reacción, permite que le pase por encima y se
le meta contra el segundo palo. Otra vez un blooper de un arquero de Peñarol
nos cuesta un gol (y el partido).
De ahí en adelante,
Peñarol fue lo que nos tiene acostumbrado en estos tiempos, un manojo de
nervios, cero de futbol, menos diez de criterio y la suerte en contra.
Justo es decir que
pudo aumentar Cerro a los 11´ cuando una pelota peleada por alto le queda a
Acuña en la puerta del área y su remate se va lamiendo el palo derecho de un
Lerda que ya estaba vencido y desparramado por el suelo.
Peñarol intentó,
pudo y debió al menos empatar porque tuvo las chances, pero entre su falta de
categoría para definir y la suerte en contra, acabó sin nada.
A los 21´ debió ser
el empate cuando un pase largo del japo Rodríguez (su pobre aporte mientras
estuvo en cancha) deja solo a Pacheco dentro del área y ante la salida del
arquero se la toca por encima y cuando entraba, la saca Leites de la línea.
A los 23´ es Pacheco
el que mete un pase largo perfecto que deja solo a Leyes con el arquero, pero
el ex River se enreda solo y no alcanza a rematar como debía y el tiro le sale
suave y fácil para Odriozola.
Respondió Cerro a
los 24´ con un pase profundo para la entrada de Silveira por derecha quien saca
el remate que supera a Lerda y Albín la saca cuando entraba.
A los 31´ córner de
Pacheco desde la derecha y gana limpiamente Piriz cambiándola de palo y la
pelota se estrella contra al parante derecho de Odriozola que estaba vencido.
La última fue sobre
el final mismo del partido con un tiro libre de Pacheco desde el vértice
derecho del área que se fue por arriba.
Es inútil reiterar
los mismos conceptos de hace una semana atrás. Peñarol vive la crisis deportiva
más grave de su historia con un equipo absolutamente deficiente, falto de
confianza y completamente perdido dentro de la cancha. Un equipo en el que no
puede sentirse representado ningún hincha de Peñarol.
Es verdad que hoy
mereció mejor suerte, no porque haya jugado mejor sino porque su rival tuvo un
nivel tan mediocre como el nuestro. Era difícil pensar que Peñarol podría jugar
peor que durante la era Alonso, pero este equipo ha involucionado y juega cada vez
peor. A esta altura el desconcierto que hay dentro y fuera de la cancha es
mayúsculo y no se ve por donde se puede encontrar la salida.
No es ganando el
clásico, esta vez eso ni siquiera alcanza para disimular una campaña
desastrosa. Acá hay que hacer una re estructura deportiva profunda, que tiene
que empezar con los propios dirigentes, grandes culpables de este ciclo
nefasto, seguir por una gerencia deportiva que ha demostrado claramente no
tener la capacidad que se requiere, debe continuar por contratar un cuerpo
técnico capaz de sacarnos de este pozo y finalmente, por depurar un plantel de
malos profesionales y mediocres jugadores que hoy tenemos.
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