Cuando
a un equipo le anulan un gol lícitamente convertido y no le cobran un enorme
penal a favor, tiene todo el derecho a sentirse perjudicado. Pero cuando un día
antes el mismo cuerpo arbitral (obviamente no el mismo juez pero es el mismo
cuerpo) extiende un partido hasta que el archi-enemigo de ese equipo convierta
un gol que le dé la victoria, da para sentirse sencillamente robado. Eso fue
justamente lo que le pasó a Peñarol este fin de semana.
Peñarol
volvía a presentarse en el Franzini, donde cayó por última vez en el campeonato
pasado que terminó consagrándolo como campeón. Por el despropósito que es este
futbol uruguayo, con el demagógico argumento de “la fiesta del barrio”, se
estableció que Peñarol jugara en una cancha donde queda mucha de su gente
afuera, en un horario absolutamente inapropiado para la época del año y en una
zona donde aún se hacía sentir más el frio por la proximidad de la costa.
El aurinegro salió a la cancha con un montón de cambios. En 4 partidos nunca
fue la misma formación y se han operado cambios radicales de un partido a otro,
lo cual no contribuye a despejar las dudas y dar tranquilidad al equipo.
Con
Baltazar por el lateral derecho, Albín en el izquierdo, Ragusso apareciendo
como volante por izquierda, la pareja de medios con Aguiar y Amado y con Nuñez
en ofensiva. Salieron con respecto a la formación del otro día contra River:
Sandoval, Novick, Píriz, el japo Rodríguez y el lolo Estoyanoff.
Enfrente
un Defensor con la sangre en el ojo por la derrota, con baile incluido, de la
final pasada y la derrota de la primera fecha con Liverpool. Fue más Defensor
en el primer tiempo, impresionó siempre mejor, teniendo más la pelota y manejándola
mejor.
En los
primeros minutos, Peñarol muy metido en su propio campo, curiosamente sufriendo
más por el sector derecho de la defensa que por el izquierdo, quizás porque por
ahí caían Gedoz y De Arrascaeta. El aurinegro carecía de elaboración de futbol,
no aparecieron esos pases de Aguiar y a Pacheco le costó generar.
A los 7´
tuvo la primera Defensor con una media vuelta de De Arrascaeta, débil que
contuvo abajo Castillo.
Peñarol
respondió recién a los 19´ con un toque de Pacheco para Zalayeta que remata
forzado afuera contra el palo izquierdo.
Sobre
los 30´ se dio una jugada determinante para el trámite del encuentro. Un pase
profundo de Pacheco para la entrada de Nuñez que pica solo y HABILITADO y
define marcando el tanto. Pero los integrantes del mismo cuerpo arbitral que
ayer hicieron jugar el partido hasta que Nacional hiciera un gol, marcaron un
OFFSIDE INEXISTENTE QUE PRIVÓ A PEÑAROL DE UN TANTO LEGÍTIMAMENTE OBTENIDO. Una
vez más estos sátrapas intervienen en el natural desarrollo del campeonato,
perjudicando a Peñarol y favoreciendo a los rivales de siempre.
Tuvo
dos más Peñarol antes del final. A los 37´ toque de Pacheco, devolución magnifica
de Zalayeta y el capitán aurinegro que llega exigido, remata muy débil, fácil
para Campaña.
A los
39´ un remate de Zalayeta de media vuelta dentro del área, también salió débil a
las manos del arquero.
Antes
del final se volvió a lesionar Nuñez. Otra vez solo, sin marca, corrió una
pelota y se tironeó. Un jugador por el que se ha pagado una suma nada
despreciable y que se ha mostrado muy frágil físicamente para ser jugador de
Peñarol.
En el
clausura pasado, en esa misma cancha, Peñarol recibió un gol psicológico en el
último minuto del primer tiempo, esta vez lo sufrió en el primer minuto del
segundo tiempo.
Centro
de De Arrascaeta desde la derecha, pasado al segundo palo y la entrada de
Gedoz, que remata de semi volea. La pelota pica y supera una deficiente salida
de Castillo y se le va por encima del cuerpo para meterse justo contra el palo izquierdo.
1 a 0 y otra vez cuesta arriba.
Cuando
un equipo de Peñarol está perdiendo, lo que exigimos los hinchas carboneros es
que se meta al rival contra su arco. Poco nos importa si es con futbol, con
ganas o con temple, pero queremos ver a nuestro representativo llevándose por
delante al rival y este equipo de Peñarol lo hizo.
Así se
fueron acumulando situaciones de gol a favor de un aurinegro que no quería
perder.
A los
8´ un remate del japo Rodríguez, que había ingresado por Ragusso, lo contiene
Campaña.
A los
10´ la deja pasar el japo por el medio y entra solo Estoyanoff por derecha y
queda de frente con el arquero y su remate lo saca Campaña con el cuerpo.
A los
12´ un centro del japo desde la izquierda es despejado por la defensa violeta y
la toma Estoyanoff fuera del área, engancha y saca el remate que se estrella en
la base del palo derecho, cuando estaba vencido el arquero.
A los
16´un córner desde la derecha es cabeceado por Aguiar, fuerte, abajo y la
pelota es contenida por Campaña.
En esos
pocos minutos Peñarol metía a su rival en su propia área y merecía largamente
el empate.
A los
22´ un centro al área es recibido por Zalayeta y cuando se aprontaba a rematar,
es derribado claramente por Fleurquin. Un penal enorme como la Facultad de
Ingeniería que no cobra el árbitro Vázquez.
Alonso
se juga el todo por el todo. Hace ingresar a Leyes por Macaluso y queda con línea
de tres en el fondo, exponiéndose al contragolpe violeta.
A los
32´ una corrida de Estoyanoff por derecha, va hasta el fondo y mete el centro
al área que rebota y lo toma Zalayeta por el segundo palo. Su remate obliga a
una enorme atajada de Campaña que evita el tanto mirasol.
Responde
Defensor un minuto después con un centro de Gedoz que toma De Arrascaeta dentro
del área y se quiere afirmar tanto que su remate sale fuerte y lejos por encima
del travesaño.
Parecía
que Peñarol se iba a ir del Franzini derrotado sin merecerlo, cuando dos
minutos pasada la hora, Estoyanoff desborda por derecha, frena para sacarse de
encima a su marcador y éste sigue de largo y se barre derribando al delantero
mirasol. Vázquez no podía no cobrar un segundo penal y no tuvo más remedio que
sancionarlo.
Lo
remató Pacheco. Muy mal tirado, débil, anunciado, al medio del arco, fácil para
Campaña que contenía sin problemas pero inexplicablemente la deja pasar y se le
mete mansa por el medio del arco.
Fue 1 a
1, para nosotros, injusto, porque Peñarol fue más, tuvo media docena de chances
de gol, convirtió al arquero rival en la mejor figura del encuentro, le
anularon un gol lícito y no le cobraron un penal a favor.
Entre
sus propios errores, falta de definición y la desastrosa actuación de los árbitros
(cobrando en contra nuestra y favor de los rivales), Peñarol ha quedado 5
puntos debajo de su adversario de siempre en apenas dos fechas.
Alonso
agota rápidamente el poco crédito que le queda y está a una derrota más de
agotarlo por completo. Es imperioso que Peñarol empiece a sumar de a tres.
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