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domingo, 25 de agosto de 2013

Entre la falta de acierto y los horrores arbitrales.



Cuando a un equipo le anulan un gol lícitamente convertido y no le cobran un enorme penal a favor, tiene todo el derecho a sentirse perjudicado. Pero cuando un día antes el mismo cuerpo arbitral (obviamente no el mismo juez pero es el mismo cuerpo) extiende un partido hasta que el archi-enemigo de ese equipo convierta un gol que le dé la victoria, da para sentirse sencillamente robado. Eso fue justamente lo que le pasó a Peñarol este fin de semana.

Peñarol volvía a presentarse en el Franzini, donde cayó por última vez en el campeonato pasado que terminó consagrándolo como campeón. Por el despropósito que es este futbol uruguayo, con el demagógico argumento de “la fiesta del barrio”, se estableció que Peñarol jugara en una cancha donde queda mucha de su gente afuera, en un horario absolutamente inapropiado para la época del año y en una zona donde aún se hacía sentir más el frio por la proximidad de la costa.

El aurinegro salió a la cancha con un montón de cambios. En 4 partidos nunca fue la misma formación y se han operado cambios radicales de un partido a otro, lo cual no contribuye a despejar las dudas y dar tranquilidad al equipo.

Con Baltazar por el lateral derecho, Albín en el izquierdo, Ragusso apareciendo como volante por izquierda, la pareja de medios con Aguiar y Amado y con Nuñez en ofensiva. Salieron con respecto a la formación del otro día contra River: Sandoval, Novick, Píriz, el japo Rodríguez y el lolo Estoyanoff.

Enfrente un Defensor con la sangre en el ojo por la derrota, con baile incluido, de la final pasada y la derrota de la primera fecha con Liverpool. Fue más Defensor en el primer tiempo, impresionó siempre mejor, teniendo más la pelota y manejándola mejor. 

En los primeros minutos, Peñarol muy metido en su propio campo, curiosamente sufriendo más por el sector derecho de la defensa que por el izquierdo, quizás porque por ahí caían Gedoz y De Arrascaeta. El aurinegro carecía de elaboración de futbol, no aparecieron esos pases de Aguiar y a Pacheco le costó generar.

A los 7´ tuvo la primera Defensor con una media vuelta de De Arrascaeta, débil que contuvo abajo Castillo.

Peñarol respondió recién a los 19´ con un toque de Pacheco para Zalayeta que remata forzado afuera contra el palo izquierdo.

Sobre los 30´ se dio una jugada determinante para el trámite del encuentro. Un pase profundo de Pacheco para la entrada de Nuñez que pica solo y HABILITADO y define marcando el tanto. Pero los integrantes del mismo cuerpo arbitral que ayer hicieron jugar el partido hasta que Nacional hiciera un gol, marcaron un OFFSIDE INEXISTENTE QUE PRIVÓ A PEÑAROL DE UN TANTO LEGÍTIMAMENTE OBTENIDO. Una vez más estos sátrapas intervienen en el natural desarrollo del campeonato, perjudicando a Peñarol y favoreciendo a los rivales de siempre.

Tuvo dos más Peñarol antes del final. A los 37´ toque de Pacheco, devolución magnifica de Zalayeta y el capitán aurinegro que llega exigido, remata muy débil, fácil para Campaña.

A los 39´ un remate de Zalayeta de media vuelta dentro del área, también salió débil a las manos del arquero.

Antes del final se volvió a lesionar Nuñez. Otra vez solo, sin marca, corrió una pelota y se tironeó. Un jugador por el que se ha pagado una suma nada despreciable y que se ha mostrado muy frágil físicamente para ser jugador de Peñarol.

En el clausura pasado, en esa misma cancha, Peñarol recibió un gol psicológico en el último minuto del primer tiempo, esta vez lo sufrió en el primer minuto del segundo tiempo.

Centro de De Arrascaeta desde la derecha, pasado al segundo palo y la entrada de Gedoz, que remata de semi volea. La pelota pica y supera una deficiente salida de Castillo y se le va por encima del cuerpo para meterse justo contra el palo izquierdo. 1 a 0 y otra vez cuesta arriba.

Cuando un equipo de Peñarol está perdiendo, lo que exigimos los hinchas carboneros es que se meta al rival contra su arco. Poco nos importa si es con futbol, con ganas o con temple, pero queremos ver a nuestro representativo llevándose por delante al rival y este equipo de Peñarol lo hizo.

Así se fueron acumulando situaciones de gol a favor de un aurinegro que no quería perder.

A los 8´ un remate del japo Rodríguez, que había ingresado por Ragusso, lo contiene Campaña.

A los 10´ la deja pasar el japo por el medio y entra solo Estoyanoff por derecha y queda de frente con el arquero y su remate lo saca Campaña con el cuerpo.

A los 12´ un centro del japo desde la izquierda es despejado por la defensa violeta y la toma Estoyanoff fuera del área, engancha y saca el remate que se estrella en la base del palo derecho, cuando estaba vencido el arquero.

A los 16´un córner desde la derecha es cabeceado por Aguiar, fuerte, abajo y la pelota es contenida por Campaña.

En esos pocos minutos Peñarol metía a su rival en su propia área y merecía largamente el empate.

A los 22´ un centro al área es recibido por Zalayeta y cuando se aprontaba a rematar, es derribado claramente por Fleurquin. Un penal enorme como la Facultad de Ingeniería que no cobra el árbitro Vázquez.

Alonso se juga el todo por el todo. Hace ingresar a Leyes por Macaluso y queda con línea de tres en el fondo, exponiéndose al contragolpe violeta.

A los 32´ una corrida de Estoyanoff por derecha, va hasta el fondo y mete el centro al área que rebota y lo toma Zalayeta por el segundo palo. Su remate obliga a una enorme atajada de Campaña que evita el tanto mirasol.

Responde Defensor un minuto después con un centro de Gedoz que toma De Arrascaeta dentro del área y se quiere afirmar tanto que su remate sale fuerte y lejos por encima del travesaño.

Parecía que Peñarol se iba a ir del Franzini derrotado sin merecerlo, cuando dos minutos pasada la hora, Estoyanoff desborda por derecha, frena para sacarse de encima a su marcador y éste sigue de largo y se barre derribando al delantero mirasol. Vázquez no podía no cobrar un segundo penal y no tuvo más remedio que sancionarlo.

Lo remató Pacheco. Muy mal tirado, débil, anunciado, al medio del arco, fácil para Campaña que contenía sin problemas pero inexplicablemente la deja pasar y se le mete mansa por el medio del arco.

Fue 1 a 1, para nosotros, injusto, porque Peñarol fue más, tuvo media docena de chances de gol, convirtió al arquero rival en la mejor figura del encuentro, le anularon un gol lícito y no le cobraron un penal a favor.

Entre sus propios errores, falta de definición y la desastrosa actuación de los árbitros (cobrando en contra nuestra y favor de los rivales), Peñarol ha quedado 5 puntos debajo de su adversario de siempre en apenas dos fechas.

Alonso agota rápidamente el poco crédito que le queda y está a una derrota más de agotarlo por completo. Es imperioso que Peñarol empiece a sumar de a tres.

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