Crónicas de nuestra historia, de las hazañas conseguidas, de los jugadores que defendieron nuestros colores y de la actualidad aurinegra.
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martes, 9 de julio de 2013
Ley o justicia?
Hoy debemos ocuparnos de un tema que ex profeso dejamos de lado hasta conocer más elementos: el resultado positivo del examen de Darío Rodríguez en el clásico.
Por tratarse de quien se trata ya sería un tema a discutir, pero aún más dadas las circunstancias que rodean el hecho.
En primer lugar, la sustancia revelada en el examen se trata de un corticoide utilizado como analgésico para el tratamiento de la lesión que padecía Darío. De esta manera, lo primero que hay que dejar en claro es que estamos hablando de una droga en el sentido farmacológico del término, no se trata de una de las llamadas "drogas sociales" o alguna sustancia que permita aumentar el rendimiento físico o deportivo.
Esto condice con la reputación del jugador, que en tantos años de carrera, aquí y en el exterior, es considerado unánimemente como un ejemplo de conducta profesional y de quien NADIE tiene dudas de que se trata de una persona íntegra que nunca recurriría a una droga para obtener un beneficio extra deportivo.
Por otra parte resulta evidente que Peñarol no obtuvo ningún beneficio deportivo, puesto que Darío no ingresó en el clásico. Da Silva lo colocó en el banco únicamente por lo que implica su figura para propios y extraños, buscando un efecto psicológico, no deportivo.
Por si esto fuera poco, Peñarol ganó el clásico sin atenuantes, no solo con absoluta justicia sino aplastando a su rival, por lo que el resultado no puede cuestionarse desde ningún punto de vista.
Esta situación se genera por la no declaración en tiempo y forma de la sustancia por parte de los profesionales que atendieron el caso. ES EXCLUSIVAMENTE RESPONSABILIDAD DEL CUERPO MÉDICO DE PEÑAROL Y EN NINGÚN CASO DEL JUGADOR que, como es lógico y natural, hizo confianza en los profesionales médicos que se suponen idóneos para el desempeño de su función.
El trasfondo de esta situción radica en las divergencias (celos profesionales?) de las dos principales figuras de la sanidad mirasol, los doctores Rienzi y Pagano. Sabido es que en momentos en que Diego Aguirre era el técnico aurinegro, mostró la intención de dejar al Dr. Rienzi en un cargo de supervisión y que fuera el Dr. Pagano quien estuviera a cargo del tratamiento efectivo del plantel. La salida anticipada del técnico por la oferta del exterior, dejó este proyecto a medio camino, con un Rienzi que es el jefe de sanidad y un Pagano a media agua.
Es notorio que este problema con Darío Rodríguez se suscita por la falta de coordinación y sobre todo, comunicación entre estos dos profesionales. Es lícito pensar que el problema de fondo radica en la situación incómoda en la que quedaron ambos. Pero de esto EN NADA TIENE CULPA EL JUGADOR. Si existe un problema entre ambos doctores, es algo que deben solucionar entre ellos sin afectar a sus pacientes y si no son capaces de hacerlo, es el Club Atlético Peñarol como institución quien debe dar una solucion definitiva a una situación que afecta a sus empleados.
Desde hace ya bastante tiempo la sanidad mirasol ha sido fuertemente cuestionada por su actuación, por la cantidad de lesiones que sufren nuestros jugadores y por el tiempo que demanda la recuperación de las mismas, ambos ítems bastante superiores a lo que se considera normal en una institución deportiva.
Entendemos que Darío Rodríguez será sancionado puesto que esto es lo que establece la norma y los tribunales no tienen más remedio que aplicarla, pero queda claro que el jugador no tiene culpa (no hablamos de responsabilidad, que es otro concepto) en este asunto. Ahora, nos preguntamos: será que debe primar el texto de la norma sobre el criterio de justicia?. Es sabio guiarse exclusivamente por lo que dice la letra fría de la ley dejando de lado el sentido común que indica que en este caso no sería lógico sancionar?.
Se trata del eterno debate en torno a qué bien es más preciado, la ley o la justicia. En nuestro caso nos pronunciamos fervorosamente en favor de la segunda.
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