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miércoles, 31 de julio de 2013

Arranca la nueva temporada.

Mañana Peñarol comienza su participación oficial en la nueva temporada que se inicia. Una vez más, por la desorganización de nuestro futbol (y esta vez el “nuestro” se aplica tanto al futbol uruguayo como al sudamericano) se comienza antes la actividad internacional que la doméstica y la temporada (y las copas) comienzan en medio del período de pases abierto en Europa.

Debido a este calendario, Peñarol debió suspender una gira que parecía prometedora, con varios partidos y participaciones en importantes copas del verano europeo y su actividad antes del debut oficial quedó reducida a un par de partidos amistosos ante equipos portugueses con viajes cansadores de por medio. Sin dudas no es la menor manera de prepararse para lo que se viene. 

En cuanto al plantel, no podemos hablar de plantel cerrado porque todavía algún jugador puede llegar (se da por hecho lo de Bizera) y alguno se puede ir (Cristóforo casi seguro y Nuñez con posibilidades). Por eso no hemos analizado las altas y las bajas del equipo aurinegro, porque nos gusta hacerlo cuando tenemos la certeza de haber cerrado el plantel.

En esos dos encuentros que jugó Peñarol ante los lusitanos, se mostró una sana intención de manejar bien la pelota y ser protagonista. La delantera demostró su valía aunque también en defensa resultó evidente que aún falta. Fue evidente la falta de algún zaguero más, agravada por la ausencia de Valdez y Darío.

Hubo minutos interesantes del japo Rodríguez, de Estoyanoff, de Jonathan Rodríguez y algún toque de clase de Pacheco (como la habilitación para el gol ante Benfica). Buenas actuaciones de Castillo y Lerda (estamos bien cubiertos en el arco), de Piriz, de Baltazar Silva. Le falta todavía a Zalayeta y Albín aparece como el talón de Aquiles de nuestro equipo.

Es poco para dar una opinión definitiva de como jugará el equipo de Alonso, pero en líneas generales, ha gustado lo que se vio hasta ahora.

Nos ha tocado como rival un viejo conocido: el Cobreloa chileno, nuestro derrotado en la final de la Libertadores del 82. Es un equipo que viene en pleno rodaje,  jugando la copa y la liga de su país y que ha disputado 7 encuentros oficiales y se mantiene invicto (5 victorias y dos empates).

Tiene como principales figuras a Hugo Droguett y los argentinos Gaitán y Cháves y honestamente, poco más sabemos de los trasandinos.

Como ventaja, Cobreloa no podrá utilizar su estadio en Calama que está en refacción, por lo que no contará con los aliados de la altura y la sequedad de la desértica ciudad. El partido se disputará en el estadio Calvo y Bascuñán de la ciudad de Antofagasta.

En la temporada pasada la dirigencia del club y el cuerpo técnico de la época dejaron expresamente claro que se priorizaba la actividad local por sobre la internacional (lo cual se da de bruces con nuestra historia). Las razones esgrimidas pasaban por cortar el tri campeonato del tradicional rival (otra razón que va a contramano de nuestra historia, los que siempre se preocuparon de nosotros fueron ellos y no al revés) y que Peñarol debía recuperar el campeonato local.

Al final de esa temporada se dijo que este año se apostaría por la actividad internacional y que Peñarol armaría un equipo para ser candidato en esta Copa. En nuestra opinión, no se ha cumplido con esa premisa. Peñarol tiene un equipo competitivo pero no como para ser candidato. De todos modos y como decimos siempre, somos Peñarol y nada nos es imposible. 

Nos queda esperar el partido y desear el mejor de los éxitos a nuestro representativo y que el resultado nos deje encaminados para la revancha en Montevideo.

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