Hoy 11
de junio, se cumple el aniversario de
otra de las historias de nuestra historia que contribuyeron a que Peñarol fuera
reconocido mundialmente como el campeón sudamericano del siglo XX.
Un 11
de junio de 1961, Peñarol se consagraba por segunda vez campeón de la Copa
Libertadores al empatar 1 a 1 en el estadio Pacaembú de Sao Paulo con Palmeiras.
Palmeiras
era el campeón brasileño y contaba en sus filas con jugadores de la talla de
Djalma Santos y Nilton Santos, campeones del mundo con Brasil en 1958 y con el
puntero Julinho considerado como un verdadero crack.
La
primer final se había jugado en el Centenario el 4 de junio. Fue un partido de
trámite cerrado, donde Palmeiras impuso su juego por momentos. Peñarol no podía
convertir y cuando parecía que el partido se iba 0 a 0 apareció el enorme
ecuatoriano Alberto Spencer para marcar el gol de la victoria a los 89 minutos.
Como tantas veces, antes y después de esa tarde, Peñarol ganaba un partido
trascendente cuando ya parecía imposible.
Para la
revancha en Pacembú, el campeón de América de 1960 formó con: Luis
Maidana, William Martínez, Núber Cano, Edgardo González, Roberto Matosas,
Walter Aguerre, Luis Cubilla, Ernesto Ledesma, Alberto Spencer, José Sasía y
Juan Joya.
A los 4 minutos de juego, Spencer baja un centro en el área del Palmeiras
para la entrada de Sasía que remató de bolea a la carrera para clavarla en el
arco del “porco”. Le pegó con tanta violencia que la pelota rompió la red y fue
a dar a la pista de atletismo que rodea la cancha del estadio paulista.
Ante tal suceso, los jugadores del Palmeiras protestaron alegando que la
pelota no había entrado. “No fue gol” le decían los brasileños al árbitro
argentino Praddaude, éste consultó con el juez de línea, su compatriota Nai Foino, quien respondió de forma tan futbolera como contundente:
“Gol no, golazo!”.
De ahí en más, Peñarol defendió la ventaja con el temple y corazón que
han caracterizado siempre a nuestros representativos y logró mantenerla pese a
la calidad del rival y la hostilidad de la tribuna, hasta los 25 minutos del
segundo tiempo, cuando un cabezazo de Nardo venció a Maidana.
El encuentro se fue 1 a 1 y Peñarol se consagraba bi campeón de América e
iría por la revancha de la Copa Intercontinental que no había podido conseguir
un año antes ante el Real Madrid. El rival sería el Benfica portugués y Peñarol
obtendría su primer título mundial, pero esa es otra historia.
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