Peñarol
llegaba a enfrentar a Juventud (el rival ante el cual se coronó campeón del
Apertura) con la necesidad de ganar y trasladarle la presión a Defensor. Para
ello Da Silva volvió a cambiar la formación en una clara intención de no
desperdiciar medio tiempo como había hecho en los últimos partidos. Pasando a
Aguirregaray al lateral derecho dando salida a Alejandro González (algo que
pedimos muchas veces desde estas páginas), con la vuelta a la titularidad de
Darío Rodríguez por la lesión de Macaluso (otro desgarro y van…) haciendo
pareja con Valdez (justo ahora Tabárez se da cuenta que es el mejor zaguero del
campeonato, antes no lo vio). Manteniendo a Baltazar Silva por izquierda con
perfil cambiado, un medio campo de
contención con Novick y Cristóforo, con Pacheco, Estoyanoff, Nuñez y Zalayeta
para intentar hacer daño al rival.
Juventud
venía mostrando un nivel mucho más alto en este clausura, ganándole (y bien) a
Nacional, ya salvado del descenso y buscando un lugar en la Sudamericana. Con la
dirección técnica de Saraleguy, que nos conoce muy bien, campeón de América y
del Mundo como jugador con nuestra institución y que, curiosamente nos dirigió en
aquella final del 2008 ante el Defensor que dirigía Da Silva. Un técnico que
venía invicto desde que tomó el equipo (4 partidos), que mantiene un esquema de
tres en punta apostando a la velocidad, justo el juego que más complica a la
siempre lenta defensa de Peñarol.
Pero
Peñarol pareció resolverlo rápidamente, porque a los 3 minutos ya estaba en
ventaja, producto de una jugada que inicia el lolo por derecha metiendo un
cambio de frente de 40 metros a la izquierda para Zalayeta. El moreno recibe,
engancha y la toca al medio para el mismo Estoyanoff que se entrevera en
primera instancia y la pelota le queda para la pierna izquierda, pero igual
saca el remate potente y bien colocado sobre el ángulo derecho del ex arquero
aurinegro Berbia, para marcar la ventaja mirasol.
Se
sintió cómodo Peñarol con esa ventaja y manejó bien la pelota, con toques
precisos y cambios posicionales permanentes de Nuñez y Estoyanoff, con un
Pacheco que hacía la pausa justa y un Zalayeta impresionante a la hora de leer
e interpretar el juego.
No obstante
pasó alguna zozobra atrás como una jugada donde quedó muy mal parado y entró
solo el delantero pedrense por derecha y Novick lo bajó fuera del área. El
árbitro no cobró la falta que era evidente y además amarilla para el calvo
volante carbonero.
A los
15 duplicó la ventaja el campeón de siglo. Pase profundo por izquierda para
Nuñez que aguanta la pelota y la mete al área para la entrada de Estoyanoff. El
lolo que va hasta el fondo y hace el pase atrás (el famoso pase de la muerte)
para Zalayeta que entraba solo y toca al arco desguarnecido para marcar el 2 a
0.
Parecía
tarde tranquila para el aurinegro, pero a Peñarol le encanta complicarse los
partidos fáciles y así, a los 23 toma un gol que perfectamente pudo evitarse.
Una pelota metida desde la derecha al área, a la espalda de Novick,
Aguirregaray se entrevera y Cavallini liga con el rebote y consigue llegar
antes que Bologna para meterla mansa por el medio del arco y marcar el
descuento.
Ahí
pudieron aparecer todos los fantasmas que suelen aquejar a este equipo
carbonero, pero Peñarol siguió jugando mejor y llegando sobre el arco de Berbia
madurando el tercero.
Llegó sobre
los 42, ese famoso gol psicológico para irse en ventaja por dos. Un contragolpe
rápido donde Estoyanoff trae la pelota por
el centro y que toma mal parada a la defensa de Juventud. El lolo la lleva y
mete el pase en el momento justo para dejar solo a Zalayeta dentro del área y
el toque preciso, certero, justo del 17 para meterla abajo, ajustada al palo
derecho de Berbia que salió a cerrar.
3 a 1
Peñarol y final del primer tiempo, esperando que el carbonero pudiera
administrar la ventaja en el segundo.
Y el
segundo tiempo tuvo la misma tónica, con el agregado de que Peñarol lo liquidó
rápido y pudo administrar el resto de juego.
Concretamente
lo liquidó a los 9 cuando Baltazar Silva desbordó por izquierda, la metió al
medio para Pacheco quien a su vez tocó para Nuñez. El ex Liverpool giró, se la
devolvió al Tony a quien lo trabaron al momento de rematar y el rebote le quedó
al medio para Zalayeta quien disparó fuerte y la pelota, después de rozar en un
zaguero, se metió en el arco de la Colombes. Cuarto de Peñarol y hattrick para
el moreno.
De ahí
en más no hubo partido. Peñarol controló sin exigirse y Juventud no tuvo fuerza
para llevar peligro al arco de Bologna.
La
lotería llegó a los 22 con un contraataque que inicia el propio Bologna después
de cortar notablemente un pase. La pelota le cayó a Estoyanoff que se fue por
derecha, la metió de nuevo atrás y Zalayeta paró y fusiló al arquero Berbia
marcando su cuarto tanto de la tarde y la lotería aurinegra.
Antes
de mover de medio Da Silva los sacó a los dos, sustituídos por Olivera y
Zambrana.
El
partido se terminó ahí y casi no hay nuevas jugadas dignas de mención a no ser
un par de corridas de Nuñez y algún muy buen despeje de Bologna.
Fue el
mejor partido de Peñarol en el clausura, empleando una formación que se pareció
mucho más a la utilizada en el apertura. Fue el mejor partido no solo por los 5
tantos, sino por el juego desplegado, con movilidad, rapidez, desborde y
contundencia en el área rival. Justo es mencionar también que el rival nos
permitió jugar y no se metió atrás como suelen hacer los equipos que nos
enfrentan.
Mencionar
quienes jugaron bien después de un 5 a 1 es complicado, no obstante hubo algún
rendimiento que se destacó sobre los demás. Muy bien otra vez Bologna, con
alguna atajada importante, cortando un pase atrás en la jugada previa al gol e
iniciando una jugada de ataque que termina en la red adversaria. Segurísimo
Valdez, justificando la convocatoria a la selección. Buen partido de Baltazar
Silva, en marca y en subida y todo con la pierna cambiada. Gran partido de
Estoyanoff, abriendo la cuenta con un gol y abriendo la cancha permanentemente,
esta vez sin egoísmos, asistiendo al
medio en dos goles y poniendo el pase de un tercero.
Inconmensurable
Zalayeta y lo menciono aparte porque su tarea merece un destaque absoluto. El mejor
jugador aurinegro considerando apertura, clausura y actividad internacional.
Inteligente, rápido a la hora de pensar, habilidoso y mortal cuando le
interpretan el juego. Hoy hizo 4 goles porque lo sacaron faltando 25 minutos.
Ganó
Peñarol, goleó Peñarol y esta vez, gustó Peñarol. Lo que no hicimos ante
Wanderers la semana pasada si lo hicimos hoy. Le pasamos la responsabilidad de
ganar a los rivales y nos quedamos esperando el resultado. Mientras escribo
estas líneas, Defensor está jugando en Cerro Largo. No sé cómo van ni quiero
saber, como Peñarol, esperaré al final del encuentro.
Queda
un partido para que se resuelva todo y saber qué deberemos jugar de aquí en más,
contra quién y cuándo.
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