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miércoles, 16 de enero de 2013

No se va


Después de finalizada la novela de la posible partida de Darío Rodríguez a Cerro Porteño, puedo decir que en lo personal me siento satisfecho de que el capitán haya decidido quedarse a ser campeón con el equipo del cual es hincha. Y la razon de mi alegría tiene varias aristas.

En primer lugar porque Darío es un jugador hecho para Peñarol, moldeado en el fuego sagrado de los defensores históricos aurinegros y dotado del temple característico de nuestros grandes jugadores.

Es antes que nada, un profesional irreprochable y ejemplo para jugadores más jóvenes. Pero además es un jugador de enorme clase.

Es verdad que ha tenido etapas no muy felices, sobre todo en sus últimos tiempos jugando como lateral, pero mejoró muchísimo al pasar de zaguero y además hizo mejorar a la zaga toda. Porque es un jugador que ordena, que transmite, que influye sobre propios y rivales y tiene visión de juego. Es indudable como levantó el juego de Valdez jugando al lado de Darío haciéndonos recodar a la actuación en la Libertadores 2011 cuando jugaba con Guillermo Rodríguez.

Es más, en el último amistoso ante Vélez, quedó claro que Macaluso no calza los puntos de Darío y se vió como Valdez jugó mucho más desordenado, permitiendo ataques por sectores que él debía cubrir (entre otros, en la jugada del segundo gol velezano).

Pero además Darío es un referente de Peñarol de los pocos que nos van quedando. Heredero directo del quinquenio (porque no participó, pero jugo al lado de todos los que lo jugaron) y con muchos años llevando la aurinegra en el pecho.

Alguien puede dudar que Darío es hincha de Peñarol como yo o como cualquiera que lea estas líneas?.

Pero por si esto fuera poco, ES EL CAPITÁN DE PEÑAROL, casi nada como para que se fuera a jugar a un equipo como Cerro Porteño, que con todo respeto, no está ni cerca del prestigio del campeón sudamericano del siglo XX.

En estos días he leido los comentarios en la red sobre la actitud de Darío y he visto como se lo calificaba desde mercenario a pesetero, desde chantajista hasta impresentable. Sinceramente he sentido vergüenza ajena de muchos que se llaman hinchas de Peñarol y se permiten, con total soltura, criticar a un jugador que ha dado sobradas muestras de adhesión al club.

Se quejan de que se le aumenta un 50 % el sueldo sin preguntarse cuánto gana. El 50 % de cuánto?. Darío es tan hincha de Peñarol que, conciente de que en su momento no estaba en su mejor nivel, aceptó tener un contrato a rendimiento. No necesito explicar que en esas condiciones, el 50 % del que hablamos no resulta una cifra considerable y seguramente mucho menos de lo que se hubiera tenido que invertir buscando un sustituto (ni hablemos si ese sustituto es del mismo nivel de Darío).

Quienes lo criticaron con tanta soltura, seguramente son los mismos que un día lo ovacionaron por una buena actuación y al siguiente lo insultaron por un mal rendimiento. Me da tristeza ver ese tipo de comportamientos en quienes se dicen hinchas aurinegros.

Párrafo aparte para la actitud de Cerro Porteño y de su técnico Jorge Fossatti que hablaron directamente con un jugador con contrato vigente sin tomar en cuenta a Peñarol.

Nuestro capitán se queda y como todos nosotros apuesta a alzar una copa más con el equipo más veces campeón de este país.

Darío es aurinegro, es el capitán de Peñarol. DARÍO NO SE VA.

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